Cuando Teacapán vivió la “fiebre del oro blanco"

Bonanza y muerte trajo la mejor época de extracción de callo de hacha en el puerto escuinapense en el 2007

Jesús López | El Sol de Mazatlán

  · jueves 9 de abril de 2020

En ese año perdieron la vida más de una decena de buzos que acudieron a trabajar en la extracción del producto marino. Foto: Jesús López | El Sol de Mazatlán

Escuinapa.- Por una época de bonanza en la extracción de callo de hacha en Teacapán, le llamaron la “fiebre del oro blanco”, la cual terminó con la vida de más de una decena de personas dedicadas a este oficio.

El pequeño puerto escuinapense es bien conocido por ser una comunidad de hombres dedicados a la pesca de escama y camarón, principalmente, hombres que han dedicado toda su vida a este oficio.

Foto: Cortesía │ Ayuntamiento de Mazatlán

Corría el año 2007 cuando se vivió la llamada “fiebre del oro blanco", época en la que estos hombres dejaron la producción de escama y camarón para enfocarse en el callo de hacha, el cual dejaba mejores ganancias.

La pesca de este nuevo producto inició luego de que los mismos pescadores de este puerto lograran descubrir un banco de este marisco, el cual se decía tenía una longitud de 50 kilómetros aproximadamente. Iniciaba en las aguas frente a la comunidad de Chametla, Rosario y terminaba en El Palmar de Cuautla, Nayarit.

Se decía que ese banco no nos lo íbamos a terminar en unos 20 ó 30 años, que nos iba a dar para que los pescadores, quienes se dedicaron a la extracción del callo, tuvieran producto para todos estos años, pero no fue así, fue nada más como una 'calentura' que le dura dos o tres días a una gente.

Pescador del puerto de Teacapán.

Por esos años, al saberse del descubrimiento de este "banco", todo era risas y alegría, porque eran fuertes cantidades las que se extraían en un inicio.

En el 2007 se vivió la “fiebre del oro blanco" por la extracción del callo de hacha en Teacapán. Foto: Jesús López | El Sol de Mazatlán

Decenas de kilos sacaban, la gente se andaba riendo sola, de tanto que había, casi hasta lo tenías que regalar, llegó a costar hasta 100 pesos el kilo, de tanto callo que había en esos días.Pescador


La fiebre del callo de hacha de Teacapán se expandió como pólvora, tanto que a este lugar llegaron buzos de otros Estados del país, como de Baja California, Nayarit y de otros municipios del propio estado de Sinaloa, quienes sabían trabajar en grandes profundidades, ya que el preciado "tesoro" se encontraba a una profundidad de 25 metros.

La sonrisa a los pescadores se les fue acabando, luego de que falleció el primero de más de una decena de buzos que perdió la vida por realizar esta actividad.

El mes más difícil para ellos fue julio del 2007, ya que fueron un total de cinco buzos quienes perdieron la vida a causa de la descompensación que sufrían al bajar a esas profundidades.

A raíz de esta situación, los pescadores poco a poco se llenaron de temor, por el riesgo que corrían al llevar a cabo esta actividad, que aunque les dejaba buenos dividendos, empezó a cobrar lo más valioso que se tiene, que es la vida.


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La gente agarró miedo, para qué más que la verdad, porque sabías que si te aventabas a sacar, ibas a entrar, más no sabías si ibas a salir vivo de ahí, o en qué condiciones (de salud) ibas a salir, no se pagaba lo que estabas ganando sabiendo que ahí te estabas jugando la vida. Pescador


Además del riesgo que se corría, el producto, que se suponía alcanzaría para unos 20 años, se fue escaseando poco a poco, y esos 20 años se convirtieron en menos de 24 meses, ya que los pescadores prefirieron dejar esta actividad.

Hoy en día, a los pescadores de este puerto solamente les queda el recuerdo de esa época de bonanza y el amargo sabor de boca que vivieron por el fallecimiento de sus compañeros, quienes en su mayoría llegaron de otros lugares del país a buscar el sustento, y perdieron la vida en el intento.



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