Mazatlán, Sin.- Desde hace más de 15 años la parroquia San Francisco de Asís, asistida por frailes en la colonia Salvador Allende y que se ubica a unos 500 metros de las vías del ferrocarril, empezó con una loable labor que tiene su fundamento en la gran comisión de la iglesia y el segundo gran mandamiento bíblico: predicar con el ejemplo y amar al prójimo.
Primero de forma natural, al término de los servicios, los frailes empezaron a dar apoyo a los migrantes de paso provenientes de Sudamérica y estados del sur del país, que transitan hacia los Estados Unidos para cumplir el sueño americano, pero después, por necesidad para atender a las grandes caravanas que hacen su trasiego por territorio mexicano, desde hace tres años.
Para cumplir con este propósito, acordaron construir un comedor con capacidad para 25 personas cómodamente sentados en sillas frente a mesas, con la posibilidad de extender la atención hacia todo el atrio del templo, el cual también se usa de dormitorio cuando es necesario y donde caben más de 100 personas.
Este comedor opera desde hace tres años con el apoyo de donativos voluntarios a granel que aporta la misma feligresía o vecinos de la parroquia, participan en el proyecto un grupo de 20 creyentes y siete frailes franciscanos, tanto en la cocina como en las gestiones y acopio de víveres.
Dentro de los proyectos está el poner en funcionamiento un albergue con dormitorio, sobre todo para quienes viajan en familia y las personas más vulnerables por su edad y condición, para lo cual ya se tiene una vivienda a dos cuadras del lugar, que serviría de dormitorio para 10 o 15 personas, faltaría acondicionar las recámaras.
Sin embargo, el albergue también resiente los efectos de la pandemia del coronavirus Covid-19, pues los apoyos empiezan a menguar por el temor de la gente a salir de sus casas para llevar sus aportaciones voluntarias, y porque el éxodo se estancó en esta ciudad, al cerrarse los albergues del sur y norte del país, así como centros de atención y la frontera con EUA.
El padre fray Agustín García hace un llamado a la población para que sigan apoyando el comedor de la parroquia, y poder seguir ofreciendo desayunos y comidas, ya que ante la falta de víveres se ha tenido que disminuir a un sólo alimento.
Actualmente, señaló, se atienden alrededor de 40 migrantes por día, de los cuales la mayoría se mantienen sin moverse de Mazatlán por el cierre de otros albergues y los operativos de restricción y aislamiento en las ciudades, que los expone a ser detectados y reenviados por Migración a su lugar de origen.
SIN PROSELITISMO
La idea de un comedor para migrantes, comentó Agustín García, surgió por la necesidad misma que representa vivir a un costado de la antigua estación del ferrocarril y de las vías del tren, pues es la parroquia más cercana.
Originalmente el apoyo se hacía de manera informal, llegaban y tocaban nuestras puertas, les ayudábamos con lo que podíamos, sobre todo la necesidad más básica que es el alimento, pero desde hace 15 años esto se ha ido formalizando, al tiempo que se fue adaptando el área de nuestro campanario para poderles prestar un servicio de acogida mejor, pero más formal, hace tres años cuando se vienen las grandes caravanas, nos vemos en la necesidad de establecer un lugar con mesas y sillas, sanitarios y lavaderos, y es así como hemos crecido.
Agustín García
En la actualidad, el comedor atiende un promedio de 40 personas con servicio en la mañana y en la tarde, pero las ayudas, donativos y apoyo voluntario disminuyeron con el plan de contingencia con motivo del coronavirus, y se tuvo que reducir a una sola comida por día.
De las 9:00 a 10:00 de la mañana, se entrega un desayuno frío o caliente, según el número de visitas y los víveres que se tengan, que por lo general es un kit con atún, galletas, tortillas tostadas, agua y jugo.
Tenemos los kits porque a veces nos llegan bastantes, en una sola exhibición nos pueden llegar hasta 30 juntos, si nos llegan 1 o 2 es más fácil prepararles algo caliente, la idea es darles la mejor atención humanamente posible, sin hacer excepción de personas, y dándole un trato desde la perspectiva cristiana.
Agustín García
Dijo que es con el amor como se puede ayudar al tejido social, que está muy descompuesto por falta de valores y principios.
A pesar de que el comedor se encuentra dentro de la parroquia y son frailes los que encabezan este servicio, en la atención se respeta todos los credos y creencias.
Somos muy respetuosos, la única característica que nosotros vemos es que tengan hambre para poderles dar alimento, practicar en los hechos el evangelio, no tratar de convencer a través de la Palabra, se hace una oración cuando se va a repartir los alimentos, pero hasta ahí, no es con el afán de proselitismo, incluso se le pide algunos de ellos que si gustan hacer la oración.
Agustín García
PERMANECEN VARADOS
El cierre de la frontera y la suspensión de los albergues en varias partes del país, mantiene varados a muchos de los migrantes en este puerto, quienes se quedan más tiempo de lo normal y necesitan más de la ayuda de los mazatlecos.
Somos un lugar de tránsito que se nos quedan estancados, y en ese quedarse más tiempo nosotros mermamos y nos vemos afectados en la manera de poderles atender, entonces los suministros que teníamos vienen disminuyendo, más porque la gente tiene temor de venir a donar.
Agustín García
Agustín García pidió a la ciudadanía apoyar esta causa con donativos de artículos no perecederos, sobre todo enlatados o en envase tetra pack que sean fáciles de abrir, así como ropa, principalmente para varones.
Refiere que el 80% de los migrantes que visitan el comedor son varones y el resto mujeres, de los cuales sólo un 2% son menores de 17 años.
Los meses con más afluencia, añadió, son los de menor calor, entre octubre y abril, mientras que de mayo a septiembre disminuye drásticamente por cuestiones de clima, porque los migrantes optan por la ruta más corta para llegar a la frontera, que es la del Golfo de México.
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TODO UN VIACRUCIS
Aunque los migrantes viajan con pocos recursos económicos, en su tránsito a los Estados Unidos sufren muchas vejaciones y asaltos por grupos de criminales, que los interceptan en el camino y les cobran la cuota de paso.
“Muchos de ellos se quejan de la inseguridad que viven por el camino, sobre todo a pesar de que traen poco dinero, son los asaltos y vejaciones por parte de grupos o las mismas autoridades que son de las cosas que más se quejan”, comenta el encargado de la parroquia.
Entre los servicios que se gestionan para las personas de paso, está la de atención médica en coordinación con el Sector Salud y la Cruz Roja, entre las que destacan las contusiones por golpes y casos de deshidratación.
“Aquí se les da chanza de que se queden a dormir, pero quedan a la intemperie, de ahí la necesidad de un dormitorio para la gente más vulnerable”, recalca Agustín García, quien asegura tener fe de que muy pronto contarán con este servicio, con la ayuda de Dios y la sociedad, porque es Dios quien pone el sentir, como el hacer.
CIFRAS
40 migrantes acuden diariamente al comedor de la parroquia San Francisco de Asís, de la colonia Salvador Allende.
80% de los migrantes que acuden al comedor de la parroquia son hombres.
2% de los migrantes son menores de 17 años de edad.
DONATIVOS*
Atún
Jugos
Galletas
Tortillas tostadas
Agua envasada
*Artículos enlatados o en envases tetra pack fáciles de abrir.
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