Culiacán, Sin.-Desde el cuatro de septiembre, David Garay Quiñones de 23 años desapareció en Mazatlán, junto con una amiga y desde entonces su madre, Ana Quiñones, ha exigido el acceso a las cámaras de seguridad del municipio y de las casetas de carreteras de los estados vecinos de Sinaloa.
Sin embargo, como en la mayoría de los casos de desaparición en el estado, las autoridades se han mostrado insensibles al caso y ha sido la señora Ana quien ha buscado a su hijo por sus propios medios.
David acudió a Mazatlán a vacacionar de jueves a sábado. Fue a las 13:30 horas del cuatro de septiembre cuando avisó a su madre que ya estaban por regresar a Coahuila y esta fue la última vez que tuvo contacto con su familia.
El joven y su amiga estaban hospedados en el hotel Alo, ubicado en Avenida Camarón Sábalo en Zona Dorada.
Su madre cuenta a casi dos meses de la desaparición de David, que ya es un tiempo considerable para que la Fiscalía General del Estado (FGE) siga en su proceso burocrático para tener acceso a las cámaras de videovigilancia de las casetas y que, aunque ha pedido permiso para ingresar al Centro Penitenciario, no se lo han autorizado.
“Yo siento que como que ellos creen que yo les estoy supervisando su trabajo, no, no es eso, yo nada más quiero a mi hijo, o sea, allá en Mazatlán tienen algo mío y es mi hijo y yo no se los voy a dejar”, acusó.
TOCAR PUERTAS
La señora Ana, ya se ha acercado a la Comisión de Búsqueda y de Víctimas, quienes han solicitado se amplíe el rastreo de las llamadas del celular de su hijo, ya que se revisó sólo del sábado y también han pedido el acceso al Centro Penitenciario.
Al Cereso, como era conocido el Centro Penitenciario ya ha acudido con una fotografía de David para saber si está preso y que por un error se haya cambiado el nombre, sin embargo, no ha tenido una respuesta.
La señora Ana al no ver resultados por parte de la Fiscalía, se acercó con el Alcalde, Guillermo Benítez, quien la contactó con el director de Seguridad Pública, Ramón Alfaro.
Su investigación arrojó que el carro de su hijo había circulado por una calle del centro a las 13:50 horas; con esta información, la señora Ana se dirigió a la FGE, en donde le dijeron que su hijo había sido visto en una cámara a las 17:00 horas por el Boulevard Ejército Mexicano, dato que se había omitido.
A los días, un trailero notificó a la Fiscalía de Durango que vio el carro del joven, varado en una zona serrana y la ayuda por la Fiscalía de Sinaloa, una vez más no llegó. La respuesta fue que era muy peligroso acudir a esa zona y que, además, no iban a molestar a la Guardia Nacional por una “simple” llamada.
LA BUROCRACIA MALDITA
En su desespero, la madre de David viajó al lugar, en donde los vecinos le comentaron que no vieron a los jóvenes.
“Todo esto es porque no tenemos las cámaras, no sabemos si están en Durango, si están en Torreón, están en Mazatlán, hasta que nos den las cámaras ¿cuánto tiempo más? yo creo que ya es un tiempo razonable, es más de un mes”, manifestó.
La madre de la víctima, indicó que se comunicó a la Capufe de Querétaro, por ser el concentrado de las cámaras de la caseta y aunque la Fiscalía se comprometió en enviar una solicitud, el documento no ha sido remitido.
“Yo la verdad estoy muy enojada, muy fastidiada, tengo mucho coraje, mucho dolor (…) ahorita que nos está pasando esto, yo me estoy dando cuenta que a diario se desaparecen personas, yo ignoraba eso", subrayó.
David es el hijo mayor de tres y es considerado por sus familiares como la luz de la casa y en estas últimas semanas, el dolor, frustración y enojo es lo que ha imperado en su hogar. Su profesión es optometrista.
El tiempo sigue pasando y la familia de David sigue esperando un milagro para dar con el paradero de los jóvenes, mientras tanto, la búsqueda seguirá por su madre y ante este lamentable hecho, Mazatlán se ha convertido en la última zona turística que van a visitar.
Yo la verdad estoy muy enojada, muy fastidiada, tengo mucho coraje, mucho dolor.
Ana Quiñones, madre de David Garay
Lee más aquí ⬇