Culiacán, Sin.- El maestro enseña desde el corazón, no desde el libro, eso es lo que ha hecho la profesora Socorro Salomón Angulo, quien apenas cumpliditos sus 15 años, montada en un caballo llena de ilusiones y unos cuantos libros que llevaba en ancas, se aventuró a lo más recóndito de la sierra para llevar el conocimiento a los niños.
La maestra Socorrito como la conocen de cariño, “que estoy cumpliendo 84 años, nomás”, es una mujer plena, satisfecha, alegre, entregada a su familia y al deporte, pero siempre con el recuerdo perene de cientos de niños que le alegraron la vida por su paso en las aulas.
"Empecé a trabajar hace poquito…” es su carta de presentación. Habla con cariño y amor a la vida y de manera desenfadada revela el elixir para mantener perene el amor a la vida: ser feliz pese a todas las adversidades ser feliz, verle el lado amable a nuestro existir.
En su cuaco, serpenteando caminos intrincados en la montaña, pensaba y repasaba en su mente cómo transformar el páramo de la vida serreña de los niños.
Originaria de Tameapa, Badiraguato, después de que terminó su primaria, inmediatamente abrazó la idea de remontarse más arriba de la sierra de su municipio para ir a enseñar a los niños que no tenían la posibilidad de bajar a la cabecera municipal.
MAESTRA EN LA TIERRA DEL CHAPO
Dispuesta a iniciar las labores de un apostolado renovado y comprometido con las comunidades y sus habitantes y su pensamiento, llegó en 1951 a la sierra, a un lugar llamado Babunica, perteneciente a la comunidad de la Noria.
Me montaba en mi caballo, porque no había otro medio de transporte y hacíamos como hora y media de Tameapa a un pueblito perdido en la sierra Socorro Salomón Angulo
Recuerda que la finalidad que llevaba era la de enseñar a los niños y a algunas niñas, a leer, escribir y “hacer cuentas”, como se decía coloquialmente, sin embargo, la maestra, con humildad acepta que todo mundo cometemos errores.
"Me encantaba enseñar las matemáticas, el español”, dice y reconoce que lo que se le dificultaba un poco era la ortografía.
Un día estaba escribiendo en el pizarrón y un niño se dio cuenta que había escrito la palabra mal, me corrigió, pero me saqué de la manga la contestación: para eso la escribí mal para que ustedes se dieran cuenta, pero la verdad el niño tenía razón. Ahí que el maestro superó al alumno Socorro Salomón Angulo
Cabe recordar que la atención a las poblaciones menos favorecidas, luchando contra el analfabetismo fue uno de los objetivos de la política educativa planteada por José Vasconcelos con la creación en 1921 de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que de manera simultánea, ante la insuficiencia de maestros, el gobierno tomó algunas decisiones sumamente importantes para crear un cuerpo de profesores dispuestos a iniciar las labores contratando a quienes terminaban la primaria.
DE LAMBERTO QUINTERO
Así a quienes habían concluido sus estudios de primaria se les daba la oportunidad de participar en este gran esfuerzo; el hecho de saber leer y escribir, así como el tener los conocimientos de seis años de cursos escolares, les otorgaban elementos suficientes para colaborar en la cruzada educativa de la época.
Por otro lado, se establecieron escuelas normales rurales para que quienes hubieran terminado la primaria tuvieran acceso a una formación docente y la profesora Socorrito, las aprovechó.
Gracias a Dios había esas oportunidades y yo las aproveché, estudié secundaria, la normal y posteriormente la licenciatura en primaria, me casé y fui teniendo hijos Socorro Salomón Angulo
Inició con 16 alumnos de primero a tercer grado les daba a todos juntos las lecciones.
Eran muy poquitos porque el pueblito estaba chiquito. Ahí duré una temporada y bajé a mi tierra Tameapa y fue entonces cuando empecé a estudiar en el Instituto de capacitación del magisterio en Culiacán. Ahora la maestra Socorro se sentía muy grande porque estaba estudiando para obtener un título, para mí eso era muy grande porque en ese entonces sólo estudiaban las personas con recursos Socorro Salomón Angulo
Cuando habla de su profesión lo hace con orgullo, recuerda a sus alumnos como si los tuviera enfrente, como a Lamberto Quintero, a quien lo describe como un niño callado respetuoso, con ojos inquisidores, que con su mirada interrogaba, muy humilde con sus huarachitos tejidos, pero, eso sí muy amiguero.
Posteriormente estuvo impartiendo clases en varias comunidades de Mocorito. En Comanito encontró el amor de su vida y se casó. Ya con tres hijos se trasladó al Zapote de los Pacheco. Su aspiración era lograr algún día a la capital del estado, porque quería una vida mejor para sus hijos.
A SUS 84 AÑOS VIAJA EN CAMIONES
Llegó a Estación Rosales, seguía preparándose, se daba tiempo para atender a sus niños, su casa, a sus siete hijos y a su esposo. En 1979 por fin estaba en Culiacán, pero una enfermedad parecía que le iba a cortar las alas que la obligaría a pensionarse, sin embargo, las autoridades educativas la apoyaron para que continuara dentro del magisterio, no frente a grupo, pero sí en las oficinas.
Su amor por la enseñanza no podía olvidarse fácilmente por lo que aceptó dar clases por las tardes en educación para adultos por más de quince años.
Duró quince años encargada de la certificación a nivel primaria. Se jubiló al cumplir 40 años de servicio y hasta la fecha no está muy conforme con los métodos educativos.
Cuando ayudo a mis nietos, la verdad no me sabe cómo los enseñan, es muy distinto a la manera de antes, aprendían más, la disciplina y el respeto eran unos de los pilares de la educación Socorro Salomón Angulo
Se siente bendecida por los años que Dios le ha permitido vivir, pero, eso sí, saca su lado presumido y con un tono vanidosito, señala que algunos de sus alumnos se ven más viejos que ella.
Hace unos días tomé el camión para ir al parque a jugar, al sentarme, me encontré con una viejecita, toda enredada, me daba el asiento de la orilla, pero yo no lo acepté porque la veía más anciana, así que tomé el de la ventanilla, al rato me pregunta si yo era la maestra Socorro, al responderle que sí, ella me contestó: hay usted fue mi maestra en la 22 de diciembre Socorro Salomón Angulo
"Me bajé muy contenta, la vi muy grande a ella y les presumí a mis compañeras cachiboleras, me siento muy nueva.
La maestra Socorrito una vez que encauzó a sus hijos profesionalmente y jubilarse dedicó su vida a la costura y al deporte.
Por su edad ya no entra a la cancha, hace calentamiento, pero eso sí es la porra más apasionada que tienen las cachiboleras, brinca, grita, ondea banderas, toca cencerros, maracas para entusiasmar a las jugadoras.
Yo no me quedo, les pido invítenme y a todos lados las acompaño a hacer boruca Socorro Salomón Angulo
La maestra recomienda a los jóvenes, a las madres de familia, a los jubilados a mantenerse activos, salir, divertirse sanamente y disfrutar con pasión la vida.
Ahora con este encierro por culpa del Covid-19, les digo a mis hijos que me saluda desde afuera: ya me muero por ver los camiones. Apenas salgo a la puerta Socorro Salomón Angulo
Esta es la historia de una maestra, que como la mayoría, escogieron esta carrera como un acto de amor y vocación al dar el todo por el todo por los niños. Felicidades.
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40
Fueron los años de servicio que cumplió Socorrito al momento de jubilarse, pero a sus 84 años sigue firme.
VOCACIÓN
Para la profesora, el llamado a la vocación fue más fuerte que tropezar con peligros en la Sierra de Sinaloa.
Cuando ayudo a mis nietos, la verdad no me sabe cómo los enseñan, es muy distinto a la manera de antes, aprendían más, la disciplina y el respeto eran unos de los pilares de la educaciónSocorro Salomón, Maestra jubilada
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