Culiacán, Sin.- En Sinaloa va en un aumento la automedicación para practicarse un aborto en casa y de manera silenciosa, lo cual, en realidad solo pone en riesgo a quien lo está realizando, advierte el Colegio Sinaloense de Ginecología y obstetricia, A.C.
Por ello, el diputado del PRI, Luis Javier de la Rocha y el presidente del Colegio de ginecólogos, Juan Carlos Balcázar Rodríguez presentaron una iniciativa ante la Oficialía de Partes del Congreso del Estado para que se regule la venta del medicamento Mizoprostol, que se utiliza en mujeres con fines abortivos.
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Se prohíbe la venta libre sin prescripción médica de aquellos medicamentos que ponen en riesgo la vida y la salud reproductiva de la mujer embarazada, establece la iniciativa que propón adicionar un segundo y tercer párrafo al artículo 4 Bis 2 de la Ley de Salud del Estado de Sinaloa, donde también se asienta que se castigará con cárcel a quien incurra en este ilícito.
Establece que quien venda un medicamento sin prescripción médica hecha por un especialista en ginecología, con la cual se busque una terminación forzada del embarazo será sancionado en los términos dispuestos por el artículo 157 del Código Penal para el Estado de Sinaloa que dice que se le suspenderá de dos a cinco años en el ejercicio de su profesión.
El legislador en conferencia de prensa, estuvo acompañado por el doctor Balcázar Rodríguez y la presidenta de Vía Familia, AC, Ana Laura Hernández, advirtieron que la venta libre de este medicamento puede poner en riesgo la vida y la salud reproductiva de las mujeres, estipulando que quien venda sin prescripción médica sea sancionado de manera penal.
Este fármaco al usarlo como abortivo puede causar la muerte
Destacaron que la suma entre un desespero y una información errónea, llena de desconocimiento, varias embarazadas han recurrido a la compra de este medicamento, el que no ha sido creado para este cometido, pero aun así lo usan por los efectos secundarios que son los que producen cierto funcionamiento en el vientre el cual puede llevar a depurar el producto, cuando el fin del medicamento en realidad era otro.
El ginecólogo Juan Carlos Balcázar explicó que este fármaco es utilizado para tratar úlceras gástricas, lamentando que algunas mujeres lo utilicen como un tratamiento abortivo, lo que puede provocar severas hemorragias y poner en riesgo su integridad.
Sin embargo, aclara que un médico sabe que si el embarazo es más de ocho semanas conoce la poca probabilidad de que el medicamento funcione, además cada paciente es distinto, tiene diferentes condiciones y circunstancias, por lo que el uso del misoprostol no garantiza nada, porque es un medicamento que también tiene fallas, por eso se debe de estar monitoreando constantemente.
En la iniciativa se insiste que su uso en terminación del embarazo tiene complicaciones, impedir la contracción al útero no es cualquier cosa, porque si no se puede revertir dicha contracción sucede lo que se llama atonía uterina lo que significa que el útero se queda completamente sin tono muscular y este ocasiona sangrados, el cual si no se puede controlar, la paciente cae en estado de choque por pérdida de sangre y si continúa con el sangrado solo existen dos alternativas; que se le quite el útero o la muerte de la paciente.