Mazatlán, Sin. - A poco más de tres años de haber sido rehabilitado con una inversión de 400 millones de pesos, el Malecón de Mazatlán, el más largo de México y de América Latina, luce descuidado y deteriorado.
Las plantas en jardineras se marchitan poco a poco, las velarias y los barandales muestran señales de óxido, así como falta de mantenimiento en toda su infraestructura, al igual que postes y depósitos de basura metálicos. Y ni qué decir de la zona de Playa Norte, que es donde más se nota el deterioro.
Además, algunos topes que limitan la ciclovía ya no están, otros están por despegarse; y la pintura presenta desgaste en varios de sus tramos, lo que denota la falta de interés por parte de las autoridades de preservar en óptimas condiciones uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad.
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En el 2005, en la administración de Alejandro Higuera, se remplazó la eterna banca por un barandal, desde avenida Del Mar hasta Olas Altas; en el 2017 se regresó la banca y se dejó intacto el tramo de Paseo Claussen, el que pide “a gritos” el mantenimiento.
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