Mazatlán, Sin.- Según los hechos históricos, a través del ruido, al hacer sonar una campana desde lo alto del Cerro del Vigía, se comunicaba todo lo que entraba y salía por mar a Mazatlán: además se vigilaba y se alertaba al puerto de los ataques piratas, de ahí el nombre de esta colina ubicada sobre el Paseo del Centenario.
Con más de 500 metros cuadrados de extensión, lo que en un momento fue un recinto militar, en la cúspide del Vigía, en 1873, con un estilo neoclásico afrancesado, se construyó el Observatorio Mazatlán, uno de los más importantes en México durante la época del Porfiriato. Sin embargo, a los años fue desalojado quedando en el abandono.
Desde hace cuatro años el propietario de este histórico lugar emprendió un proyecto para rescatar y rehabilitar el terreno, con la intención de convertirlo en uno de los principales atractivos turísticos del puerto. Historia, naturaleza y tradiciones son los tres elementos que integran al renovado observatorio.
El recorrido inicia en la puerta principal, sobre el Paseo del Centenario, luego se pasa a una sala audiovisual donde los asistentes podrán conocer la historia de Mazatlán a través de un video.
El cerro se eleva a 75 metros de altura sobre el nivel del mar, y para llegar a la cima hay dos opciones, ascender más de 100 escalones, o subir la pendiente a bordo del gran funicular: un tipo de ferrocarril que recorre, en poco más de dos minutos, 80 metros lineales de riel, mientras se disfruta de una vista panorámica hacia las azules aguas del Océano Pacífico.
Al llegar a la cima, el visitante encontrará un bello jardín con árboles endémicos de la región, también se podrá apreciar desde otro ángulo El Faro y las piedras blancas; un escenario perfecto para tomar la foto del recuerdo.
MUSEO
La edificación del Siglo XIX que aún conserva su fachada original y con una ambientación de la época porfirista, guarda dentro grandes tesoros de aquellos tiempos. A pesar de los altos niveles de salinidad en el puerto que pronto deterioran las estructuras, el observatorio, dentro de lo que cabe, se ha mantenido en buen estado. Se dice que además del concreto, se adhirieron conchas para darle más durabilidad.
Muebles, máquinas, faros, boticas, baúles, libros, cientos de fotografías, armas, instrumentos musicales y hasta un reflector, adentro se pueden encontrar. Pero el tesoro mejor guardado es una antigua máquina para cobrar que perteneció a la familia Echeguren.
AVIARIO
En el antiguo Observatorio había aparatos para la medición del clima. Desde ahí se lanzaba un globo de látex al que se le ataban medidores del viento, la lluvia y la temperatura. También había un sismógrafo, fue de los primeros en el país, instalado en la primer década de 1900.
Ahora el inactivo sismógrafo será un aviario, el complejo turístico cuenta con una certificación de la Semarnat que lo avala como una Unidad de Manejo Ambiental. Ahí se resguardarán aves que han sido rescatadas y después de un proceso de rehabilitación, se liberarán en su hábitat natural.
Otro de los atractivos recolecta decenas de especies de agaves traídos de varias partes del país, la meta es tener una marca propia de mezcal, mientras tanto los visitantes podrán conocer el proceso de destilado, ya que en el lugar se cuenta con el equipo necesario en exhibición para este proceso.
Te puede interesar: En busca de tener una ciudad "conectada"
Las puertas del Observatorio 1873 se abrieron en febrero del año pasado, pero por la pandemia del coronavirus tuvo que cerrar temporalmente. Este 2021 promete grandes experiencias con sus nuevos atractivos; es sin duda un lugar para conocer el pasado y disfrutar del presente.
PREMIO
Apenas hace una semana, el Funicular hizo acreedor al proyecto turístico Observatorio Mazatlán 1873, ganador del primer lugar a nivel mundial del Elevator Word 2021 en la categoría elevadores inclinados.
Lee más aquí↓