Mazatlán, Sin.- Los derrames o fugas de aguas negras en la ciudad no solo son un problema de infraestructura hidrosanitaria, sino que también, por la cantidad de residuos y el tiempo que llevan escurriendo, pueden convertirse en un problema de salubridad e incluso medioambiental.
La encargada del despacho de la Dirección de Ecología, Miriam Isarahí Rodríguez Paniagua, señaló que son mínimos los reportes que llegan a la dependencia, por este motivo, la gran mayoría se van directamente a la Jumapam.
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Dijo que cuando llega una queja de este tipo se acude al lugar para verificar la problemática, posteriormente se canaliza a la paramunicipal para que intervenga a la brevedad posible en su reparación.
"Realizamos en conjunto la inspección para saber y definir qué tanta es la afectación que están realizando y en cuánto tiempo pudieran dar una solución", dijo.
No obstante, agregó, al ser la dependencia que recibió el reporte, tienen que darle seguimiento a la denuncia, así como a la reparación del daño.
"La situación de reparación no es nuestra área, nosotros no podemos ir más allá, pero si podemos estar dándole un seguimiento y haciendo presión (con Jumapam)", agregó.
Afectaciones
La funcionaria municipal reconoció que los derrames de aguas negras provocan diversas afectaciones, desde los malos olores, obstrucción en la vía pública hasta el criadero de zancudos.
"El estancamiento de agua sabemos que empiezan a generar bacterias que se convierten en zancudos y que puedan traer le a las personas problemas de salud o la contaminación ambiental, que todo eso se seca y se queda en el aire", reconoció.