Escuinapa, Sinaloa.- Hablar de ladrillos en Escuinapa es sinónimo de hablar de don Marcelino “Chelino” Moreno y su familia, quienes durante más de seis décadas se han dedicado a la elaboración ladrillos con los cuales se han edificado desde la casa más pequeña, hasta el edificio más grande del municipio.
Don Chelino, como es mejor conocido por los escuinapenses, relató cómo se inició en el oficio en que ha laborado por más de 60 años, el cual le fue enseñado por su padre.
Yo inicié en esto desde que tenía como 10 años, ahorita ya tengo 77 años, mi papá Gerardo Moreno, en ese entonces aprendió a hacer ladrillos trabajando en otras ladrilleras y ya luego inició por su cuenta y fue cuando ya nos tocó entrarle, íbamos a la escuela y saliendo me iba a trabajar y desde entonces no hemos parado… Trabajé con él (papá) hasta que Dios le prestó vida y ya luego le seguimos nosotros.
Don Chelino.
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Comentó que de la elaboración de ladrillos ha salido para el sustento de su familia la cual está integrada por 10 hijos y ahora nietos y bisnietos.
“De los ladrillos ha salido para todos, son 10 hijos los que tengo, siete hombres y tres mujeres, de aquí salía para darles de comer y para quienes quisieron ir a la escuela también de aquí salió… Ahorita son dos hijos los que más se han dedicado a seguir con este trabajo, Eduardo y Jaime son los que aún siguen y con ellos también sus hijos, ya llevamos cuatro generaciones y esperamos que sigan”.
En cuanto a la elaboración del ladrillo, dijo que es poco lo que ha cambiado la técnica, ya que la materia prima de esto, es que sean entre dos o tres clases de tierra las que deben de tener, éstas se mezclan con pasto que sale de los jardines que se podan y los campos deportivos, aunque antes se hacía con estiércol de burro, caballo o vaca.
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Entre los recuerdos gratos que asegura tener de las más de seis décadas que se ha dedicado a este oficio, el cual dice, ha pensado dejar ya en manos de sus hijos, se encuentra la fabricación de más de cien mil ladrillos para la edificación del centro educativo “Antonio Toledo Corro”.
“Hasta aquí, a la ladrillera, vino don Toño (Antonio Toledo) y me dijo que ocupaba 100 mil ladrillos para levantar una escuela, ya después tuvimos que hacer 30 mil más, porque no le ajustaron; pero sí es bastante satisfactorio ver que ya formamos parte de una historia y al igual que ese edificio, miles de casas se aquí de Escuinapa se han hecho con ladrillos salidos de aquí, de nuestra ladrillera”.
Por último, reconoció que ya el cansancio se ha visto reflejado en su cuerpo, lo cual lo ha hecho pensar infinidad de veces en alejarse, pero asegura que si en un momento lo llegara a hacer, nunca dejaría de estar al pendiente de éste, su trabajo de toda la vida.