Mazatlán, Sin.- El macramé es la técnica de crear tejido usando nudos decorativos y es un arte muy antiguo en el que se utilizan sólo las manos para ejecutarlo. Diversos artículos, objetos o superficies son decorados con esta técnica, en la que el calzado no es la excepción.

Desde hace nueve años, la mazatleca Mónica Valenzuela se dedica al arte de entrelazar hilos bajo esta técnica, para crear diseños en sandalias, diademas y pulseras para ser vendidas al turismo que visita el puerto.

No recuerda haber hecho algo similar cuando era una niña, pero de lo que sí está segura es que siempre le ha llamado la atención, pues su hermana mayor tejía con gancho y ella observaba atenta, así aprendió a tejer bajo la técnica de crochet.

"No recuerdo haberlo hecho de niña pero siempre me ha llamado la atención todo esto, yo veía a mi hermana tejer y de ahí aprendí, viendo; llegué a hacer bolsitas tejidas, pero con gancho, hice mochilas, collares, incluso colchitas de bebé", recordó.

Para el tejido de macramé tomó un curso, el cual fue muy corto y muy rápido, pero con eso le bastó para tener las bases y ponerse a tejer sólo con sus manos.

Pero fue cuando visitó un mercado y vio a otra artesana tejiendo sandalias, cuando se interesó por la actividad. Antes del curso, comenzó tejiendo en sus propias sandalias, realizando nudos sobre las correas que éstas ya tenían.

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La creatividad y la imaginación son muy importantes para crear sus propios diseños y modelos. Y como dicen por ahí: "la práctica hace al maestro".

"A mí me enseñaron dos estilos y de ahí mi creatividad, en la madrugada, ya que estoy acostada, de repente digo: 'lo voy a hacer así', y ando con la adrenalina de que ya amanezca porque quiero practicar los modelos", contó.

Sus "chicos", como le llama a sus hijos, cuando eran pequeños y ella recién iniciaba a tejer, le ayudaban a hacer la diademas.

"Yo estaba en el tianguis, siempre tenía dos, tres diademas, se empezaban a vender y llegó el momento en que los tuve que enseñar, rápido aprendieron y me llevaban hasta 30", relató.

Tejer sandalias es su fuerte; de material sólo ocupa hilos, ella usa el llamado cola de rata, una suela, cuentas o piedras decorativas, además de sus manos. Desde cortar los hilos hasta terminar el tejido, le llevan aproximadamente tres horas.

"La plantilla que uso la compro ya hecha, se cortan a cierta medida los hilos, generalmente viene siendo una sola medida para cualquier estilo, se meten los hilos y se parte de ahí para el tejido, no lleva molde, sólo con los dedos", explicó.

Según el diseño, que generalmente son al gusto del cliente, es la cantidad de hilos que el modelo levará. El más solicitado es un multicolor de seis hilos, cada hilo mide dos metros y medio, en total se utilizan 30 metros por cada par.

El tianguis del Hotel Jacarandas fue su primer local, además ha estado en algunos mercados artesanales, también ha vendido en Tepic; le han solicitado sandalias de muchas partes de la República Mexicana y ha mandado hasta Nueva York, en los Estados Unidos.

FAMILIA ARTESANA

Mónica viene de una familia de artesanos, dos de sus hermanos se dedican a la pintura y en algún tiempo uno de ellos también fabricó sandalias, pero de cuero y vaqueta.

Uno de los más grandes retos de los artesanos es el poco valor que los clientes o compradores le dan a su trabajo; y la mazatleca no se salva de eso.

"Mucha gente valora y no regatea ni un peso, pero hay gente que dice: '¿por qué tan caro?, yo no vendo el material, lo que vendo es mi trabajo, es hecho a mano", expresó.

La actividad le deja algo más que una remuneración, pues también le ayuda para la relajación y el desestrés.

"Disfruto cada color que hago, cada combinación, la disfruto porque todas se bien bonitas", mencionó.

COMPARTE CONOCIMIENTO

El próximo sábado 5 de junio, Mónica compartirá sus conocimientos a través de un curso de tejido de sandalias en las instalaciones del hotel Las 7 Maravillas, el horario es de 3:00 a 7:00 pm, el costo es de 600 pesos, que incluye el material para tejer un par de sandalias.

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