/ sábado 1 de mayo de 2021

El cartón que cambia vidas

Mientras una caja puede significar nada para algunas personas, para otras es la oportunidad de llevar de una mejor manera su discapacidad

Mazatlán, Sin.- David Werner llegó a Ajoya, San Ignacio, en 1965, cuando era maestro de preparatoria de la materia de Biología, en Palo Alto, California. Eran sus vacaciones de invierno y decidió explorar algún lugar de México para ampliar sus conocimientos, conocer y estudiar la flora medicinal.

Así, con un mapa en mano, llegó al crucero de la carretera México 15 y Coyotitán, tomó una vereda donde encontró a un maestro que lo invitó a El Verano, comunidad donde prestaba sus servicios.

La asociación apoya a niños con diferentes tipos de discapacidad. Foto: Rolando Salazar | El Sol de Mazatlán

Con muchas dificultades llegaron a ese lugar, pues tuvieron que caminar mucho a pie, pero cuando venía de regreso le agarró la tarde. Siguió caminando y se topó con un jacalito donde un hombre le preguntó que a dónde se dirigía. David le contesto que a Bordontita, el hombre le dijo que faltaba mucho y lo invitó a quedarse en su casa a pasar la noche.

Era hora de cenar, el hombre mandó a un niño que rengueaba por un par de huevos a los nidos de las gallinas, los cocinaron y ellos comieron frijoles de la olla con tortillas porque no tenían más.

"A la hora de dormir sacaron unas pieles de venado, las tendieron en el piso y se taparon siete personas con tres cobijas. Hacía mucho frío, lo podía sentir dentro de mi bolsa para dormir, el jacalito era de palos, el viento se colaba, como a las 3:00 de la mañana, los adultos se levantaron y prendieron una fogata en el piso para calentarse, así platicamos hasta el amanecer", narra David.

Por la mañana le dieron desayuno, luego vio que el niño que rengueaba tenía una yaga en el pie con pus, porque había pisado una espina hacia tres meses, también había dos niños, uno de 4 y otro de 5 años con bocio. La situación le preocupó.

Al regresar a la escuela platicó a sus estudiantes de toda la belleza natural de la sierra. Les narró también los problemas de salud que había, por lo que idearon llevar medicamentos y atender a la gente, en lugar de enfocarse a la biología.

"Uno de ellos tenía un tío médico, con el cual se apoyaron para hacer unos botiquines con lo más básico e indispensable, formaron un grupo y llegamos a Ajoya, de ahí los llevamos a las comunidades y como mucha gente no sabía leer ni escribir, hicimos como un libro con dibujos con colores, se los entregamos a los curanderos y parteras, la gente respondió muy bien”.

Luego regreso a California y pidió un año sabático para volver a la sierra, no a dar servicios de salud, pero sí información. Así surgieron los promotores de la salud.

Fue en 1979, cuando el biólogo de profesión decidió fundar la clínica de Ajoya, en donde comenzaron a llegar personas de diferentes lugares con algún problema de discapacidad, y en donde les ayudaron a rehabilitarse.

Rápidamente creció su fama, pero desafortunadamente la violencia que azotó esa zona los obligó a abandonar el lugar, trasladándose en 1998 a la sindicatura de Coyotitán, donde nació el Programa de Rehabilitación Organizado por Jóvenes Discapacitados en México Occidental (Projimo).

ASOCIACION HABILITATE A.C.

A sus 86 años de edad, Werner, originario de Ohio, Estados Unidos, sigue apoyando a los sinaloenses, desde hace tres años fundó la Asociación Habilítate A.C en Mazatlán para apoyar a niños con discapacitada

Gabriel Cortés Gutiérrez es el presidente de la asociación, Sergio y Manuel son quienes se encargan de la construcción de las sillas de ruedas elaboradas a base de cartón, Felipa es quien realiza la costura y Beatriz es la promotora y decoradora.

La asociación apoya a niños con diferentes tipos de discapacidad, parálisis cerebral, microcefalia, hidrocefalia, osteogénesis imperfecta (niños de cristal), adecuando asientos especiales de cartón y tablas estabilizadoras (bipedestadores) para su mayor terapia, y desarrollo psicomotor.

Al fundador y consejero, quien viene a México por una temporada de seis meses, con la pandemia se le ha complicado un poco seguir con sus actividades, pues ya tenía un año sin visitar Mazatlán, pero afortunadamente Habilítate camina sin que él esté presente.

"Al principio yo les ayudaba con la evaluación del niño y diseños, ahora ellos ya están haciendo todo, me impresionaron mucho porque tengo un año que yo no estaba aquí y siguen haciendo todo, hasta buscan patrocinadores para los equipos de los niños".

Sergio explica que el programa para sillas para niños, que son elaborados a base de cartón, es personalizado, toda vez que dependiendo de la enfermedad, es como se diseñan.

"Cada asiento se hace con las medidas específicas del niño, el problema que tiene. Normalmente este tipo de niños los traen en carriolas que les afecta su espalda y con el cartón queda rígida su espalda y los juguetes que se les ponen es parte de la terapia, estimularles el oído, la vista, porque muchos de los niños o tienen sensibilidad y a la mamá le sirve mucho porque le pueden poner otros juguetes, el plato de comida".

Quien esté interesado puede hacer el contacto con ellos. Las sillas no tienen ningún costo, el objetivo es mejorar la calidad de vida de los niños discapacitados.

Puedes leer: Estado de derecho, a la baja en Sinaloa

CONTACTO

Mediante Facebook, en la página Habilítate Mazatlán A. C. o al número telefónico 6691527743.

PARA SABER

La asociación apoya a niños con diferentes tipos de discapacidad, parálisis cerebral, microcefalia, hidrocefalia, osteogénesis imperfecta (niños de cristal), adecuando asientos especiales de cartón y tablas estabilizadoras para su mayor terapia, y desarrollo psicomotor.






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Mazatlán, Sin.- David Werner llegó a Ajoya, San Ignacio, en 1965, cuando era maestro de preparatoria de la materia de Biología, en Palo Alto, California. Eran sus vacaciones de invierno y decidió explorar algún lugar de México para ampliar sus conocimientos, conocer y estudiar la flora medicinal.

Así, con un mapa en mano, llegó al crucero de la carretera México 15 y Coyotitán, tomó una vereda donde encontró a un maestro que lo invitó a El Verano, comunidad donde prestaba sus servicios.

La asociación apoya a niños con diferentes tipos de discapacidad. Foto: Rolando Salazar | El Sol de Mazatlán

Con muchas dificultades llegaron a ese lugar, pues tuvieron que caminar mucho a pie, pero cuando venía de regreso le agarró la tarde. Siguió caminando y se topó con un jacalito donde un hombre le preguntó que a dónde se dirigía. David le contesto que a Bordontita, el hombre le dijo que faltaba mucho y lo invitó a quedarse en su casa a pasar la noche.

Era hora de cenar, el hombre mandó a un niño que rengueaba por un par de huevos a los nidos de las gallinas, los cocinaron y ellos comieron frijoles de la olla con tortillas porque no tenían más.

"A la hora de dormir sacaron unas pieles de venado, las tendieron en el piso y se taparon siete personas con tres cobijas. Hacía mucho frío, lo podía sentir dentro de mi bolsa para dormir, el jacalito era de palos, el viento se colaba, como a las 3:00 de la mañana, los adultos se levantaron y prendieron una fogata en el piso para calentarse, así platicamos hasta el amanecer", narra David.

Por la mañana le dieron desayuno, luego vio que el niño que rengueaba tenía una yaga en el pie con pus, porque había pisado una espina hacia tres meses, también había dos niños, uno de 4 y otro de 5 años con bocio. La situación le preocupó.

Al regresar a la escuela platicó a sus estudiantes de toda la belleza natural de la sierra. Les narró también los problemas de salud que había, por lo que idearon llevar medicamentos y atender a la gente, en lugar de enfocarse a la biología.

"Uno de ellos tenía un tío médico, con el cual se apoyaron para hacer unos botiquines con lo más básico e indispensable, formaron un grupo y llegamos a Ajoya, de ahí los llevamos a las comunidades y como mucha gente no sabía leer ni escribir, hicimos como un libro con dibujos con colores, se los entregamos a los curanderos y parteras, la gente respondió muy bien”.

Luego regreso a California y pidió un año sabático para volver a la sierra, no a dar servicios de salud, pero sí información. Así surgieron los promotores de la salud.

Fue en 1979, cuando el biólogo de profesión decidió fundar la clínica de Ajoya, en donde comenzaron a llegar personas de diferentes lugares con algún problema de discapacidad, y en donde les ayudaron a rehabilitarse.

Rápidamente creció su fama, pero desafortunadamente la violencia que azotó esa zona los obligó a abandonar el lugar, trasladándose en 1998 a la sindicatura de Coyotitán, donde nació el Programa de Rehabilitación Organizado por Jóvenes Discapacitados en México Occidental (Projimo).

ASOCIACION HABILITATE A.C.

A sus 86 años de edad, Werner, originario de Ohio, Estados Unidos, sigue apoyando a los sinaloenses, desde hace tres años fundó la Asociación Habilítate A.C en Mazatlán para apoyar a niños con discapacitada

Gabriel Cortés Gutiérrez es el presidente de la asociación, Sergio y Manuel son quienes se encargan de la construcción de las sillas de ruedas elaboradas a base de cartón, Felipa es quien realiza la costura y Beatriz es la promotora y decoradora.

La asociación apoya a niños con diferentes tipos de discapacidad, parálisis cerebral, microcefalia, hidrocefalia, osteogénesis imperfecta (niños de cristal), adecuando asientos especiales de cartón y tablas estabilizadoras (bipedestadores) para su mayor terapia, y desarrollo psicomotor.

Al fundador y consejero, quien viene a México por una temporada de seis meses, con la pandemia se le ha complicado un poco seguir con sus actividades, pues ya tenía un año sin visitar Mazatlán, pero afortunadamente Habilítate camina sin que él esté presente.

"Al principio yo les ayudaba con la evaluación del niño y diseños, ahora ellos ya están haciendo todo, me impresionaron mucho porque tengo un año que yo no estaba aquí y siguen haciendo todo, hasta buscan patrocinadores para los equipos de los niños".

Sergio explica que el programa para sillas para niños, que son elaborados a base de cartón, es personalizado, toda vez que dependiendo de la enfermedad, es como se diseñan.

"Cada asiento se hace con las medidas específicas del niño, el problema que tiene. Normalmente este tipo de niños los traen en carriolas que les afecta su espalda y con el cartón queda rígida su espalda y los juguetes que se les ponen es parte de la terapia, estimularles el oído, la vista, porque muchos de los niños o tienen sensibilidad y a la mamá le sirve mucho porque le pueden poner otros juguetes, el plato de comida".

Quien esté interesado puede hacer el contacto con ellos. Las sillas no tienen ningún costo, el objetivo es mejorar la calidad de vida de los niños discapacitados.

Puedes leer: Estado de derecho, a la baja en Sinaloa

CONTACTO

Mediante Facebook, en la página Habilítate Mazatlán A. C. o al número telefónico 6691527743.

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La asociación apoya a niños con diferentes tipos de discapacidad, parálisis cerebral, microcefalia, hidrocefalia, osteogénesis imperfecta (niños de cristal), adecuando asientos especiales de cartón y tablas estabilizadoras para su mayor terapia, y desarrollo psicomotor.






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