El cerro de la Nevería es considerado uno de los sitios más emblemáticos de Mazatlán, no solo por ubicación, también por su historia que está ligada al mar.
Flanqueado por las calles Zaragoza y Ángel Flores su presencia enriquece ese paisaje urbano de la zona.Datos históricos revelan que el cerro de la Nevería se convirtió en el primer asentamiento oficial del puerto, en el Siglo 19.
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En esa época el comercio sentaba las bases del Mazatlán boyante, cuando los inmigrantes europeos y sudamericanos conectaban al puerto con sus lugares de origen.
"Las primeras viviendas por ahí deben haber sido alrededor del cerro, extendiéndose de la Playa Norte hasta el cerro", mencionó Enrique Vega Ayala, cronista oficial de Mazatlán.
Este desarrollo inicial se vio favorecido por la proximidad al puerto original, ubicado en lo que hoy se conoce como Puerto Viejo.
Este puerto desempeñó un papel crucial en la expansión de la ciudad, ya que el cambio del puerto, que se dio en 1975 hacia Playa Sur, impulsó el crecimiento urbano. El cerro de la Nevería se consolidó como un punto central en la geografía y el desarrollo de Mazatlán.
La primera iglesia y el comercio inicial
Además de ser el primer asentamiento habitado, el cerro de la Nevería alberga la primera iglesia de la ciudad, San José, templo histórico que aún se encuentra en pie y que es testimonio del arraigo religioso de los primeros habitantes del puerto.
"Todavía se encuentra ahí, pues sí, es la iglesia de San José, ahí tuvo lugar la primera iglesia de Mazatlán", añadió Vega Ayala.
El cerro fue testigo del desarrollo del comercio en sus alrededores, con el establecimiento de los primeros mercados.
"El primer mercado o el primer espacio donde se desarrolló el comercio estaba precisamente en esta área, destacando la importancia del cerro como núcleo comercial y social", dijo el cronista.
Mitos y realidades
A lo largo de los años han surgido diversas historias y mitos en torno al cerro de la Nevería. Uno de los más comentados es la existencia de un ferrocarril que alguna vez recorrió sus laderas.
"Lo que pasa es que hay fotografías donde se ven vías, pero eran usadas para el traslado de piedra, lo que refleja cómo la topografía del cerro fue utilizada para obras de construcción en sus alrededores", mencionó Enrique Vega.
Entre las leyendas locales destaca la "Cueva del Diablo", una historia que no tiene base sólida pero forma parte del folclor del lugar y añade un aura de misterio.
"Ahora se habla hasta de que se daba para las embarcaciones camaroneras y no sé qué, en unas cuevas, son fantasías, son relatos", señaló Vega Ayala.
El cronista aclaró que estas narraciones son parte del imaginario colectivo.
Origen del nombre
El nombre "cerro de la Nevería" tiene su origen en las primeras denominaciones de los terrenos. Inicialmente conocido como el "Cerro del Vez", en honor al constructor del mercado Pino Suárez, el nombre actual se estableció por tradición y se mantuvo en la memoria popular.
"No se cuenta con documentación precisa sobre el origen del nombre 'cerro de la Nevería' en Mazatlán. No obstante, según la tradición popular, el nombre proviene del hecho de que, la Cueva del Diablo se utilizaba para almacenar con hielo los productos del mar traídos por barcos camaroneros desde San Francisco", añadió.
Hoy en día, el cerro de la Nevería es un popular mirador desde donde se tiene una vista panorámica de Mazatlán. Desde el siglo XVIII, el cerro ha sido utilizado como punto de observación y su relevancia ha perdurado a través del tiempo.
"El cerro pues tiene su importancia de observación, hoy es mirador y tiene varios puntos para ver el paisaje, además de su valor como atractivo turístico y cultural para turistas y locales”, expuso.
El cerro de la Nevería no es solo un símbolo geográfico de Mazatlán, sino una pieza clave de su historia y cultura.
Su influencia en el desarrollo de la ciudad y su papel en la vida de sus primeros habitantes hizo de este lugar un sitio invaluable para el patrimonio cultural de Mazatlán.
“Este cerro nació con Mazatlán", finalizó Vega Ayala.