Escuinapa, Sin.- Luego de haber nacido como un proyecto ambicioso en materia turística para el sur de Sinaloa, el predio del CIP Playa Espíritu pasó a convertirse en una "Área Natural Protegida".
Este predio, que cuenta con poco menos de dos mil hectáreas, está en la zona de playas del municipio de Escuinapa y fue adquirido en el 2006 por el Gobierno Federal al finado Antonio Toledo Corro, para el desarrollo de un proyecto turístico a un costo de 120 millones de dólares.
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Después de más de 15 años de anunciado dicho proyecto que nunca detonó y en el cual se encuentra construido un hotel que se edificó como muestra, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer que este predio que forma parte de un aproximado de 16 mil hectáreas pertenecientes a Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo) pasarán a convertirse en reserva natural protegida; anuncio el cual lo llevó a cabo en la conferencia mañanera de este jueves 16 de febrero.
En un comunicado, publicado por parte del Gobierno Federal, Javier May Rodríguez, director general de FONATUR, ratifica y detalla la decisión que se tomó con los predios de FONATUR, de los cuales "Playa Espíritu" forma parte.
Para garantizar al pueblo su derecho a un medio ambiente sano y devolver el sentido humano a la práctica turística, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha identificado 16 mil 414 hectáreas de sus reservas territoriales con alto valor ambiental que pueden ser convertidas en Áreas Naturales Protegidas.
Así lo informó el director general de la dependencia, Javier May Rodríguez, al afirmar que con ello también se contribuirá a proteger especies en peligro de extinción, evitar la desmedida explotación de recursos naturales, combatir la corrupción inmobiliaria y proteger el patrimonio público.
Detalló que las 16 mil 414 hectáreas identificadas se encuentran en seis entidades: ocho mil 64 en Baja California Sur; cinco mil 263 en Oaxaca; mil 921 en Sinaloa; 981 en Guerrero; 115 en Quintana Roo y 66.8 hectáreas en Baja California.
“Por mucho tiempo, los bienes a cargo de Fonatur fueron del uso al abuso y se convirtieron en privilegios a costa del pueblo. La venta de terrenos terminó prácticamente con las playas públicas y el negocio turístico avanzó sin resolver la pobreza de la gente.”
Por ello, advirtió, “ahora se erradica el turismo depredador para pasar a un turismo responsable con el medio ambiente y con dimensión social. Las playas de México son de todas y todos los mexicanos y los bienes públicos deben fortalecer el medio ambiente y, sobre todo, devolver el sentido humano a la práctica turística”.