El desempleo galopa por las calles de Culiacán

Ismael y Joel son dos sinaloenses que los une un gran dolor: no tener trabajo y lo persigue otro sufrimiento: las secuelas del Covid-19

Irene Medrano Villanueva│ El Sol de Sinaloa

  · sábado 27 de marzo de 2021

Foto: Archivo│ El Sol de Sinaloa

Culiacán, Sin.- Joel no tiene trabajo. Camina lentamente, con la cabeza baja, cansado, desmoralizado. Se detiene en una refaccionaria en el bulevar Madero, al oriente de la ciudad. Sus ojos se iluminan al ver el anuncio: se solicita empleado.

Por fin hay una esperanza para su alma agobiada, pues en su desesperación ha pensado en el suicidio.

Foto: Cortesía│ Pixabay

Ismael López Arreola forma parte de los más de 2.4 millones de personas que están sin empleo, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática.

Los datos que revela el Inegi no son nada halagüeños, ya que establece que hay 361 mil personas sin empleo más, en comparación a febrero del 2020.

“La tasa de desempleo en México se situó en un 4.4 por ciento de la población económicamente activa (PEA) en febrero de 2021, una cifra superior al 3.6 por ciento del mismo mes en 2020”, según informó este miércoles el Inegi.

EL VIRUS LO DEJA SIN EMPLEO

Al “Isma”, como le dice su esposa, al igual que a millones de mexicanos, les cayó la maldición del Covid-19. Él era un empleado cumplido de una empresa de limpieza de albercas. Cumplido porque de acuerdo a los clientes que atendía era su pago.

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“Tenía una buena cartera. Ganaba bien, tenía todas las prestaciones de Ley, pero en septiembre, me contagié de Covid-19. La pasé muy mal desde el principio, a los pocos días me intubaron, no sé cuánto tiempo pasé así, finalmente logré vencer el virus pero las secuelas fueron muy serias”.

Foto: Cortesía│ Pixabay


Al Isma se le dañó el riñón, sus pulmones apenas se empiezan a recuperar, siempre está cansado, desesperado, le duelen las articulaciones.

Esposa

Ismael tuvo que reintegrarse a su trabajo porque no le podían dar más tiempo –la empresa le pagó su sueldo de septiembre y octubre y el cinco de noviembre le pidieron que volviera a sus labores.

“Me sentía agotado, pero sacaba fuerzas no sé de dónde. No volví a ganar lo que percibía cuando estaba sano, por muchas circunstancias. Mis clientes los repartieron con otros compañeros, me regresaron cerca de la mitad, de esos, unos dos o tres, no permitieron que ingresara a sus casas, por temor al contagio, cuando yo me contagié en una de esas casas”.

GOLPE A LA EMPRESA

La empresa también empezó a sentir los estragos de la pandemia. Muchos clientes pidieron que la atención que era por lo menos cada tercer día, pidieran que sólo fuera por un día y en enero llegaron los recortes de personal.

Este año habrá una segunda versión de la Feria del Empleo Virtual para ofrecer vacantes a los  jóvenes desempleados. Foto: Juan Carlos Ramírez | El Sol de Mazatlán

Me llamaron y me dieron la mala noticia. Me ofrecieron que cuando vuelva la normalidad, me vuelven a recontratar, pero mientras que hago…

Ismael

Desde hace más de dos meses, a diario sale a la calle a peregrinar en busca de empleo. Estudió hasta el tercer semestre de ingeniería mecánica.

Le hago de todo, tengo experiencia en el mantenimiento total de albercas, sé de albañilería, electricidad, pero no sale nade.

Ismael


Foto: Archivo│OEM

Entró a la refaccionaria, el rótulo de se solicita empleado, le abrió por unos momentos el cielo, pero el desencanto llegó casi de inmediato. “Ya estamos completos, ese anuncio es viejo, se nos olvidó quitarlo”, le respondieron desde el mostrador.

Vuelve a la calle, buscó que lo emplearan en gasolineras, hasta en casas se ofrece a tirar basuras, lavar carros. “a los que sea porque tengo dos niños”, sus labios están blancos, su rostro pálido, Ismael ahora carga las secuelas del virus: enfermo y desempleado.

POR RECORTES

También Joel Betancourt es otro desempleado, desde hace cinco meses hubo recortes en su empresa y “por mala suerte me tocó a mí, me despidieron conforme a lo que marca la ley, estoy agradecido con los patrones, pero no se vale que la gente que trabajamos nos quedemos sin ningún apoyo, ya me cansé de tocar puertas, todo está muy difícil”.

Dice que ha buscado empleo en todas partes, de lo que sea “lo que me importa es llevar la comida a mis hijos, a veces me siento desesperado que dijo que si existiera el demonio hasta a él le vendería mi alma para poder subsistir, porque mis hijos requieren de todo”.

Foto: Juan Carlos Ramírez │ El Sol de Mazatlán

Destaca que antes de la pandemia, solamente con un televisor la hacía, ahora, con las clases en línea, tengo que pagar más luz, hasta internet para que mis hijos no pierdan, pero ya no puedo, ya no puedo”, señala desesperado.

Los dos desempleados se dicen avergonzados, al principio se resisten a hablar de sus casos, pero finalmente acceden. Sus vidas están entrelazadas por un mismo problema y un mismo anhelo: encontrar trabajo. También la desesperación es la misma y han pensado lo mismo: quitarse la vida.

“Yo la verdad a veces me he visto tentado en quitarme la vida, porque no puedo ayudar a mi familia, estoy desesperado, porque en lo más profundo de mi corazón quiero ser útil a mi familia, me siento un parásito. Estoy desesperado…”, dijo Joel.




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Foto: Jesús Verdugo │ El Sol de Sinaloa