Mazatlán, Sinaloa.- Un bello poema de Luis Gonzaga Urbina, dice en el párrafo final: “…… Huyó la mano hasta el confín lejano y el beso que volaba tras la mano, rompiendo el aire, se volvió suspiro”. Parafraseando esta fragmento de “Metamorfosis”, fue precisamente lo que duró el momento cumbre del llamado Gran Eclipse Mexicano: un suspiro, aun cuando en realidad fue visto en otros países pero en diferentes condiciones. Una eternidad para esperarlo y un suspiro para contemplarlo.
¿Qué el fenómeno duró un par de horas a partir de que la luna “beso” al sol?
Totalmente cierto, pero como lo explicaron los expertos, mientras el astro rey no sea totalmente tapado por la luna, el fenómeno estaba en el formato de parcial, tanto de entrada como de salida. Lo espectacular, lo más esperado, duró escasamente poco más de un minuto, un suspiro pues, tomando en cuenta todo el tiempo que “ocupó” la luna para tapar el sol.
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¿Al pie de la letra?
Permítanos narrarle lo que observamos y escuchamos del mundo de gente que llenó el malecón y muchos lugares púbicos aptos para reunir gran cantidad de gente, entre ellos el parque Ciudades Hermanas, en el que, de acuerdo a versiones de entrevistados, llegaron desde las 4.30 horas para asegurar un lugar en lo más alto de sus varios niveles.
Todo empezó para el que esto escribe pasaditas las 5 de la mañana, cuando el gallo mañanero del Chat de los Futbolistas, Carlos Careaga, ya había dado los buenos días. En ese primer andar del día cero fue comprobar el cierre total del malecón desde las 4.30 horas. No fue así, esto ocurrió a las 6 de la mañana, de tal manera que varios vehículos lograron colarse y estacionarse en lugares cercanos a la llamada explanada Sánchez Taboada. Peccata minuta porque no fueron muchos.
Antes de esa hora, ya estaba el personal de diversas dependencias, cada quien en su tarea, listos para repartir lentes, colocar bocinas y otras tareas enfocadas a ofrecer orientación a la ciudadanía. Al asomarnos al malecón a la altura de las olas altas, ya había gente apostada, sobre todo quienes llevaban todo tipo de aparatos para documentar el fenómeno. Con el paso de los minutos poco a poco la gente arribó a todo lo largo de la zona costera, ya para las 9 de la mañana aquello fue un auténtico carnaval.
El recorrido al punto de observación
Nuestro plan de observar la culminación del fenómeno en su máximo nivel, simplemente la descartamos porque la facultad de Ciencias del Mar, estaba totalmente abarrotada de universitarios, convirtieron aquello en un mitin relacionado con su problema con el gobierno estatal. Como el parque Ciudades Hermanas, también estaba hasta el tope, con sus más de 600 sillas ocupadas, así como el resto del espacio, nuevamente pusimos pie en polvorosa. Huimos, pues, y nos encaminamos rumbo al Valentinos, deteniendo nuestra marcha por intervalos para echarle una hojeada al panorama estelar.
Por fin encontramos un huequito en el entronque con la avenida Lola Beltrán, para ahora sí, dedicarnos a ver paso a paso el eclipse, desde luego ver y escuchar la reacción de la gente. De por si pretextos no faltan, no pocos llevaron sus sillas y hieleras con sus respectivas chelas. En donde estaban ubicados los monigotes, música en vivo, como vivillos los que rentaban sillas con sus mesas en la playa, nada menos que 800 pesos por las cuatro sillas, eso sí, sin límite de tiempo. En esa zona hacer uso de los sanitarios 10 pesos, pero en otros lugares de los arriba mencionados, fueron colocados baños portátiles gratuitos, entre ellos a donde llegó el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.
En ese lugar había una ambulancia de la marina, a una dama acompañada de su galán le alcanzamos a escuchar: “por si le da el patatús al presidente” la gente alrededor, se carcajeó ante la puntada. Por cierto, el transporte público, simplemente desapareció, lo que nos obligó nuevamente a realizar la caminata de regreso de plano, arrastrando los pies hasta el centro del puerto. La plazuela, el mercado y toda esa zona, prácticamente desierta porque la fiesta con el pretexto del eclipse siguió toda la mañana y según nos informaron parte de la tarde.
Pero también hubo mucha gente, los llamados golondrinos, que hicieron pisa y corre, incluso sin terminar de ver la totalidad del fenómeno. Nos explicó gente que venía de Tlaxcala, que ese fue el convenio con los organizadores de viaje, comentaron la posibilidad de realizar una coperacha para que los esperara un par de horas más con la finalidad de gozar un poco de la vista del mar.
La hora llegó
En cuanto al momento cumbre, los que bailaban pararon, los que estaban sentados, se pusieron de pie, solo faltó que alguien contara 10, 9, 8, etc. Entre gritos y exclamaciones se vivió la primera noche de dos en un mismo día, la “matutina” como lo apuntamos, duró un suspiro.
“Pero no está absolutamente obscuro”, escuchamos comentar a nuestro lado. “Mira alrededor parece un amanecer y una puesta del sol”, añadió. Y efectivamente, en 360 grados se veía un tenue resplandor, pero eso no le restó emoción al momento cumbre. El sabroso calorcito que se sentía, definitivamente desapareció por completo, la temperatura bajó de manera considerablemente, pero igual… Fue un suspiro.
Estábamos por cerrar esta entrega, cuando recibimos de parte de Hugo López, de Concordia, un vídeo en el que efectivamente quedó demostrada la desorientación del ganado y de las aves, grabó el canto de un gallo y aquí en Mazatlán observamos a las gaviotas ir y venir sin rumbo fijo.
Y ahora, nos vemos dentro de 50 años. Bueno, es un decir. De nuestra parte, misión cumplida. Y Algo más, a reponer la energía de estas piernas que trabajaron como nunca antes.