Mazatlán, Sin.- Cuando tenía 12 años de edad, Walter Soberanes veía a su hermano Juan Diego vestido de bombero y sentía una emoción tan grande que desde entonces supo que seguiría sus pasos.
Y así fue, a esa edad se enroló en el Heroico Cuerpo de Bomberos de Mazatlán, donde poco a poco ha adquirido los conocimientos y habilidades necesarias para poder ser parte activa de esta agrupación, a la cual ahora honra con el número 462.
Desde hace nueve años Walter no sólo ha ayudado a la población cada vez que se presenta un incendio, pues sus conocimientos de primeros auxilios le han permitido salvar vidas.
Desde pequeño veía a mi hermano vestido de bombero y eso atraía mi atención y él me contaba lo que hacía cada vez que atendía una emergencia y pues eso hacía que creciera en mí un entusiasmo por pertenecer a lo que ahora es mi segunda familia Walter Soberanes
Desde abajo, el nobel bombero empezó con su formación, primero como cadete, donde recibió los conocimientos que requiere cada elemento que se dedica a ayudar a quienes se ven envueltos en alguna emergencia.
El joven reconoce que no ha sido nada fácil estar en la posición donde actualmente se encuentra, ya que a su corta edad, su labor es reconocida por sus compañeros.
En el transcurso de los nueve años que tiene dentro de la agrupación, el rescatista ha recibido constantes capacitaciones, que van desde la disciplina hasta la atención de siniestros, percances viales e inclusive sacar adelante a una persona que ha presentado un infarto.
Todo el esfuerzo realizado por ser cada vez mejor en su labor hace que sus papás se sientan orgullosos, pues saben que con él, al igual que con los otros bomberos, la ciudadanía se siente segura cada vez que se presenta una emergencia.
El formar parte de los Bomberos de Mazatlán hace que al menos un día de la semana tenga que estar al pendiente de los llamados de emergencia que se pudieran presentar al momento de su turno de labores, que principalmente se registra en el transcurso de la noche.
Mi guardia obligatoria son los días sábados, es cuando estoy al pendiente de todo lo que pueda suceder ese día, aunque cuando tengo tiempo libre, que no tengo otras cosas que hacer, pues me voy para allá, a seguir apoyando a mis compañeros Walter Soberanes
Por la pandemia de Covid-19 que se vive en el país, asegura, muchas actividades se paralizaron, por lo que actualmente sólo se enfoca en ayudar en el trabajo que realiza en la corporación, donde en cada guardia resultan decenas de emergencias, que en muchas ocasiones forman parte de las anécdotas de su vida.
Un día común
A mediados del 2019, Walter como cualquier día de guardia, acudió a cubrir el turno que le correspondía en sábado, en la Estación Central que se encuentra entre las avenidas Insurgentes y Juan Pablo Segundo.
Recuerda que un compañero que opera en la Estación 3, que se encuentra sobre el Parque Lineal en la zona norte del municipio, le pidió que si podía apoyarlo en unas cuantas horas de suplencia, que abarcaban una parte de la mañana y de la tarde.
En ese tiempo había fallecido un miembro del grupo de Bomberos Veteranos y aún sentía el desvelo de haber permanecido en el velorio.
Justo cuando el cuerpo era trasladado a su última morada, el joven bombero recibió un llamado del comandante de la agrupación, quien le informó que los bomberos de Elota requerían de su apoyo.
Un accidente de un tráiler en la carretera, en el que encontraba una persona prensada entre fierros retorcidos, era la emergencia que rápidamente hizo que cinco elementos se prepararan para acudir a la ayuda.
A bordo de una unidad de Protección Civil de Mazatlán, los héroes anónimos en cuestión de minutos arribaron al lugar de los hechos, donde se sorprendieron al ver la magnitud de la contingencia: un vehículo de carga completamente destrozado.
Después de más de dos horas de maniobras, lograron extraer el cuerpo del chófer de la unidad colisionada, que debido a la gravedad de las lesiones, requería ser trasladado lo más pronto posible a recibir atención médica.
Walter recuerda que por la cantidad de paramédicos que iban en la ambulancia estuvo a punto de irse en otro vehículo, sin embargo, el coordinador de Protección Civil le insistió en que acompañara al accidentado al nosocomio.
Tras arribar al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social de Mazatlán, el paciente inmediatamente fue pasado al área del quirofano para su rápida intervención, mientras los bomberos comenzaban a retirarse hacia el exterior del inmueble, donde fueron alcanzados por una enfermera.
Con una mirada de desesperación, la mujer de blanco pidió el apoyo de los paramédicos, ya que en ese instante un menor de 11 años de edad había presentado un infarto y requería masajes en el corazón para volverlo a la vida.
En una eternidad se convirtieron los siguientes minutos para Walter, que después de al menos cinco turnos de espera y de poner sus manos sobre el pecho del infante logró que el "pitido" del monitor que contabiliza los latidos de su corazón volviera a escucharse y con ello la algarabía del personal médico, que rápido dio continuidad a la atención del pequeño.
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En ese momento, Walter se dio cuenta de la importancia de su oficio. En un día logró salvar dos vidas en dos hechos completamente distintos. Ese día comprendió que él había nacido para ser bombero.
DATOS
12 años tenía Walter cuando se integró a los Bomberos de Mazatlán.
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