Mazatlán, Sin.- La música empieza a sonar, un grupo de mujeres guiadas por una instructora comienza a activarse al ritmo de la melodía. Curiosos que pasan por el lugar se detienen a ver aquella tabla rítmica que es muy diferente a cualquier otra. Y es que los movimientos tienen una característica en especial: viene acompañada de pequeños saltos, causados por unas peculiares botas de rebote.
El jumple es un ejercicio de rebote que tiene sus orígenes en Europa, en el cual trabajan varios músculos del cuerpo para obtener numerosos beneficios.
Para realizar esta técnica es necesario contar con unas botas de rebote o "botas saltarinas"; están compuestas por una base con sistema de amortiguamiento que brinda una protección de impacto a las articulaciones.
Son un calzado especial, dotado de una estructura de rebote en la parte inferior, compuesto por dos arcos, una multibanda, un tope y una suela en su parte inferior que permite absorber el impacto mientras se rebota o se salta.
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Esta modalidad y estas botas han armado una revolución en el mundo de quienes se dedican al fitness y han cambiado la cara del deporte tradicional, pues con ellas se pueden hacer programas que van desde caminar, correr, bailar o crear rutinas de salto. No sólo es el esfuerzo físico, sino también la manera divertida y entretenida en cómo se realiza.
Han tenido un boom en los últimos en México y también en el puerto de Mazatlán, se han convertido en la sensación y novedad de quienes practican alguna actividad física.
Grace González quedó "enamorada" de las botas de rebote cuando las conoció; inició en el jumple como alumna y rápidamente se convirtió en instructora. Un dato curioso es que empezó a practicar con la llegada de la pandemia del Covid-19, en mayo del año pasado, por lo que las primeras clases fueron en línea.
"Como instructora no tengo tanto tiempo, tengo desde octubre para acá. Empecé como alumna, esto llegó aquí a Mazatlán cuando llegó también la pandemia; me encantó, me atrapó, vino la certificación, tomé cursos y en enero encargué mi equipo y en febrero empecé a dar clases", contó.
Su certificación la obtuvo con una marca española, misma que fábrica las botas de rebote. Hoy día son cuatro los instructores en toda la ciudad que imparten este ejercicio.
"Es un ejercicio que te beneficia bastante, yo padecía de circulación y se me desapareció totalmente, te ayuda a quemar grasa corporal más que cualquier otro ejercicio, quemas hasta mil 200 calorías en una hora", detalló.
“Te ayuda también para la respiración, en las personas que sufrieron algún padecimiento del corazón, para mejorar el equilibrio, dolores en la columna, entre otras cosas. Lo principal es que nosotros no recibimos directo el impacto en el piso, la bota absorbe el 80%, tú solamente haces el 20% de esfuerzo para que no te lastimes las rodillas. Lo puedes hacer en cualquier ejercicio o corriendo y sobre todo en cualquier superficie por el antiderrapante", explicó.
La bota es personalizada, se tiene que adaptar a cada persona de acuerdo a su peso y a su talla. Los únicos requisitos para practicar el jumple son calcetas altas, llevar mucha agua para beber y no tener nada de nervios, solo muchas ganas y energía.
"Es muy novedoso, mucha gente tiene temor a caerse en su primera vez o piensan que son una especie de patines, pero no, nada qué ver", dijo.
Grace se ha convertido en una de las pioneras de la modalidad en el puerto. Desde muy pequeña le gustó el deporte, ha practicado patinaje y también se certificó como instructora de zumba, siempre tratar de estar realizando alguna actividad física.
"Ahora en mayo cumplimos un año de aniversario y aquí a Mazatlán vinieron todos los instructores de la República, se hizo un evento en grande, hubo el concurso de coreografía y nos llevamos el segundo lugar como Mazatlán", expresó orgullosa.
La sesión consta de 40 minutos de puros saltos, hay dos momentos para recuperarse e hidratarse, antes de iniciar hay estiramiento y calentamiento, en total una clase dura alrededor de una hora.
"Es puro salto y rebote, a un pie, a dos pies marcados en el piso y como la bota es la que amortigua tiene que ser salto, salto", describió.
Desde niños, hasta adultos, mujeres y hombres, pueden practicar el jumple, aunque de momento sólo trabaja con jóvenes y adultos.
Todos los lunes miércoles y viernes imparte sesión de 6:00 a 7:00 de la mañana en el Parque Lineal, a la altura de avenida Santa Rosa, y de 7:00 a 8:00 de la noche en el Parque Lineal frente a Plaza Acaya.
Su club se llama Power Jump, el cupo es limitado y se tiene que hacer previa visita para poder ingresar, pues el calzado es 100% personalizado, no se pueden usar cualquiera. El costo de la sesión es de 75 pesos e incluye la renta de las botas saltarinas.
EXTREMAR CUIDADOS
El jumple puede ser practicado por niños, adolescentes, personas adultas y mayores. Pero siempre evaluando su condición física y adaptando la intensidad del entrenamiento a cada grupo y nivel del participante.
La entrenadora comenta que tener una buena alineación del cuerpo y una postura correcta serán dos puntos clave. Así se podrá aprender de forma adecuada y evolucionar a través de la práctica.
El instructor debe dar a cada alumno todas las recomendaciones necesarias para poder participar en las sesiones, por eso es importante utilizar el material correctamente.
Por este motivo las sesiones de entrenamiento tienen que estar dirigidas por un profesional certificado.
DATOS
- 1,200 calorías se queman en una hora.
- DE REBOTE
- El jumple es un ejercicio de rebote que tiene sus orígenes en Europa, en el cual trabajan varios músculos del cuerpo para obtener numerosos beneficios. Para realizar esta técnica es necesario contar con unas botas de rebote o "botas saltarinas"; están compuestas por una base con sistema de amortiguamiento que brinda una protección de impacto a las articulaciones.
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