Mazatlán, Sin.- Don Jesús es uno de los pocos más de 30 pescadores artesanales que realizan la actividad en el embarcadero de la Isla de la Piedra de Mazatlán. Con más de 27 años de experiencia, es un viejo lobo de mar que se las sabe “de todas todas” a la hora de subirse a su panga y lanzarse a la aventura en altamar.
Al llegar el mes de mayo sabe que sus ganancias pueden aumentar significativamente si el popular pez pajarito hace su aparición por las costas del puerto, ya que al ser una especie migratoria, no siempre “llega”, como él dice, sin embargo, este año sí llegó y además se adelantó, por lo que don Jesús no ha parado de pescarlo desde las últimas dos semanas del mes de abril.
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“Este año el tradicional pajarito arribó a la bahía una semana antes, ya que normalmente llega de manera masiva a las playas a principios o mediados mayo y ahora fue desde finales de abril, eso nos ha mantenido ocupados en la labor pesquera. La temporada se vislumbra buena, el producto ya se vende en los puestos del embarcadero con buena demanda y a muy buen precio".
El nombre del pez migratorio se debe al largo pico que tiene, además que vuela por encima del agua cuando va avanzando a su paso por Mazatlán; se pesca en el área de las tres islas entre la noche y la madrugada en pangas equipadas con lámparas, ya que es atraído hacia la luz y ahí los pescadores lo atrapan.
La temporada dura poco menos de 90 días y su llegada suele ser un gran suceso para los mazatlecos, quienes en cuanto se enteran que ya hay pajaritos acuden con cubeta en mano, ya sea a Playa Norte o al embarcadero de la Isla de la Piedra, para comprarlo.
Don Jesús dice que no todas las temporadas son buenas, ya que hay años en los que solo sacan unos cuantos kilos y cuando mucho una semana; sin embargo, este año la situación pinta bien, ya que el pez pajarito no ha dejado de salir, no en abundancia como en las mejores épocas en las que las pangas llegaban desbordadas de producto, pero sí con el suficiente para que los pescadores puedan tener más ganancias económicas.
Las condiciones
El presidente de la Cooperativa Pescadores Artesanales de Playa Norte, Édgar Moya Acosta, expresó que luego de tres semanas la producción ha bajado un poco por el efecto lunar, sin embargo puede decir que este año sí hubo producción.
“Las pangas están sacando en promedio 300 kilos de producto. Los pescadores duran aproximadamente dos horas en las maniobras de pesca, eso es todas las noches”, dice.
Cuando empiece a bajar la euforia del pajarito los pescadores como don Jesús irán a la captura de otras especies con un valor económico un poco más alto.
"Ya empieza también la captura de corvina, pargo, botete, que te dejan un poco más de ganancia. De pajarito, pues es más el volumen, pero es económico, te desvelas y requiere de mayor esfuerzo porque se saca con atarraya, si es beneficio para los pescadores, porque es muy demandado, sin embargo otras especies dejan también buenas ganancias".
Don Jesús sabe que tienen que aprovecharse estos días de pajaritos, ya que nada más comienza a llover la especie se va de las costas en busca de otros climas.
Cada noche, él llega al embarcadero con la ilusión de regresar con la panga llena. Sí le gusta pescar otras especies, pero en estas primeras semanas de mayo se enfoca en el pez pajarito, el tesoro marino de Mazatlán que sale de las profundidades para conquistar los paladares de los mazatlecos.
Oferta y demanda
El pez pajarito realiza un proceso de migración en enormes cardúmenes para buscar aguas tranquilas en donde pueda aparearse y desovar.
Daniel Martínez, vendedor de pescado desde hace 35 años en el Embarcadero de la Isla de la Piedra, señaló que actualmente una cubeta llena de pajaritos ronda entre los 300 y 450 pesos, mientras que el kilo está en 100 pesos ya limpio.
"Si el producto está escaso, va a estar caro en su precio, pero si hay en abundancia va a estar más barato, mientras más producto se saque del mar, mejor para la gente que gusta comprarlo”.
Un manjar de corta temporada
Los pajaritos son una delicia que los mazatlecos esperan cada año para disfrutar por su rico sabor, que forman parte de una tradición culinaria de temporada en Mazatlán.
La forma de disfrutarlos es muy sencilla, se limpian y fríen en aceite bien caliente, para después comerlos como botana o como una comida completa acompañada de frijoles, salsas y tortillas.
Disminución de la especie
Según información del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo de Mazatlán (CIAD), la pesca del pajarito solía realizarse por muchos años de manera sencilla entre abril y mayo. Sólo hacía falta esperar el atardecer, saber usar la atarraya y dirigirse a una zona tranquila, como la pequeña bahía arenosa que se ubica cerca de la Isla Venados, para encontrar grandes cardúmenes.
Sin embargo, desde el año 2012 la pesca de esta especie ha disminuido sustancialmente debido a diversos factores, entre ellos la pesca no regulada, pues el único límite para esta captura es la capacidad de carga de las pangas.
El cambio climático es otro factor, debido a la variabilidad atípica en las temperaturas de las aguas marinas costeras; y es que de acuerdo con la propia experiencia de los pescadores, los pajaritos han migrado a zonas en las que el agua está más caliente.