Escuinapa, Sin.- "Horas de infierno" fue lo que vivieron los pobladores de la comunidad de El Trébol I, al convertirse en el campo de batalla en un enfrentamiento que se dio entre fuerzas federales y grupos de la delincuencia organizada en Escuinapa, luego de la captura de Ovidio Guzmán el jueves en Culiacán.
Este poblado, el cual se encuentra a la zona sur de Escuinapa y a más de 300 kilómetros del poblado de Jesús María, en donde fuerzas federales aprehendieron al hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, fue uno de los lugares donde se presentaron actos violentos durante el “jueves negro” que se vivió a lo largo y ancho del estado de Sinaloa.
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Los pobladores, a quienes les tocó vivir en carne propia este enfrentamiento, aún este viernes sentían el nervio y la preocupación por lo vivido. Para ellos "fue un 5 de enero trágico", el cual jamás lo olvidarán.
Relatan que fue poco después de las once de la mañana cuando se escucharon las primeras descargas de armas de grueso calibre.
"Fue cuando inició el agarre ahí en la carretera, no se escuchaba otra cosa en ese momento, más que las descargas de armas, cuernos de chivo y quien sabe que armas serían, pero eran armas grandes", dice uno de los pobladores.
Al escuchar los disparos, quienes se encontraban en la calle de inmediato se refugiaron en sus casas, cerrando puertas y ventanas.
Fue poco tiempo después del encontronazo de las fuerzas federales y civiles en la carretera cuando se escucharon camionetas y personas corriendo a pie entre las calles del pueblo. Para ese entonces los disparos ya se escuchaban ahí mismo.
"Nos refugiamos donde podíamos, nos metimos debajo de las camas, donde sea que nos sintiéramos seguros, para que no nos fuera alcanzar una bala perdida y acabara con la vida de un inocente. No fueron cientos, fueron miles de disparos los que se escucharon de un lado y de otro".
Después de los disparos se escuchó sobrevolar un helicóptero, lo cual los hizo pensar que ya el peligro había pasado, pero no fue así.
"Cuando se escuchó el helicóptero la balacera duró como una media hora más, se escuchaba como que disparaban del helicóptero hacia los cerros, pegados al pueblo, donde se echaron bala también".
Horas de terror
Fue después de las dos de la tarde cuando todo cesó, los elementos de las fuerzas federales que participaron en el enfrentamiento se retiraron del poblado, pero a pesar de ello, todos permanecieron encerrados en sus hogares, por el temor a que se volviera a dar otro enfrentamiento.
En la carretera federal México 15 y en las calles del poblado quedaron cientos de casquillos percutidos de arma de grueso calibre, los cuales la mayoría fueron recogidos por los niños, quienes después de sentir el temor salieron esta mañana a las calles a seguir con su vida diaria.
Ahí mismo en el poblado, junto al comedor comunitario, quedaron abandonados cuatro vehículos de modelo reciente, en donde viajaban los civiles armados y huyeron rumbo al monte durante la balacera.
Las unidades son una camioneta Suburban, negra; una Gran Cherokee oscura, una Pick Up RAM, negra y una Cheyenne, blanca; las cuatro unidades estaban ponchadas y con daños en su sistema eléctrico y mecánico.
Los pobladores aseguraron que fue en el enfrentamiento en la carretera donde presuntamente fue herido el coronel Juan José Moreno Orzúa, quien falleció en Acaponeta, Nayarit, tras haber resultado herido junto con unos escoltas.