Mazatlán, Sin.- Beatriz Santillán Chávez comenzó a trabajar como florista hace cuatro décadas. Tenía poco más de 17 años cuando cada fin de semana ayudaba a su suegra en un puesto de la plazuela Zaragoza. En poco tiempo se dio cuenta de que este oficio le gustaba mucho, así que comenzó a dedicarle horas y a aplicarse para saber más sobre las flores, sus colores y olores.
Aprendió a manejar las flores y a hacer arreglos, con el tiempo aprendió a amar el oficio, que le provoca relajación y alegría.
Fue en 1990 cuando pudo abrir un local en el Mercado de Las Flores en el Centro de Mazatlán, donde todavía continúa en la espera de que vengan tiempos mejores.
Hasta hace unos años, vender flores de diferentes variedades, en ramos, arreglos y coronas, era buen negocio, incluso se trabajaba las 24 horas, pero en la actualidad cierran a la 1:00 de la mañana, por las bajas ventas y también por la violencia.
El coronavirus llegó a México el 28 de febrero y uno de los primeros casos se presentó en Sinaloa, casi un mes después, se detuvo toda la actividad en el puerto.
El primer golpe que vivió el sector fue la cancelación de eventos, donde muchos negocios se quedaron con las flores en mano y los pedidos sin entregar.
A doña Bety y su familia, este negocio le ha dado para sobrevivir, porque como en todo hay temporadas buenas que son de noviembre a junio, y las malas de julio a octubre, pero la pandemia vino afectarlos más y a dejarlos en completa incertidumbre.
Las ventas se redujeron poco a poco y las florerías se vieron obligadas a cerrar por tres meses, perdiendo fechas muy importantes como el Día de la Madres y del Padre, entre otras.
“Las ventas cayeron un 60%, estamos sobreviviendo. Cerramos tres meses cuando empezó la pandemia, me acabé todos mis ahorros, porque tenía que seguir pagando a mis dos empleados, luz, agua y basura y pues ahí se fueron todos los ahorros”.
Las florerías se "marchitan" poco a poco, pues en Mazatlán todavía están prohibidos los eventos masivos como bodas, quince años y fiestas en general.
Paradójicamente, también se ha hundido la venta de flores ligadas a los funerales, pese a que estos se han disparado.
Para el sector, el golpe ha sido doble, porque además de las bajas ventas que hay actualmente, se tienen grandes pérdidas porque se trata de un producto perecedero.
Comenta que la flor se la surten dos días a la semana de la Ciudad de México, ahora con un incremento en el precio y casi el 50% de ella se pierde. Eso ocasiona que se estén endeudando con los proveedores.
“Las flores de los arreglos cuando mucho duran cuatro días y cuando hace mucho calor y el sol está intenso, se hace en la mañana, y para las 2:00 de la tarde se tiene que cambiar, es flor que se tira y nosotros la tenemos que pagar, ahí nos estamos endeudando con los proveedores, porque nos conocen desde hace muchos años y nos fían, si no fuera peor”.
Puedes leer: Ventas en el mercado Pino Suárez se mantienen al 40%
Para la vendedora del Mercado de Las Flores, se trata de un producto que acompaña a las personas desde el nacimiento hasta la muerte, muy ligado a las emociones y a los sentimientos, los colores, las alegrías y las tristezas.
En este lugar siempre han utilizado el servicio a domicilio y los arreglos que más piden, de diferentes tamaños, son los de rosas, lilis, girasoles y gerberas, que en su caso, estas últimas son las preferidas por lo colorido y aroma.
“Me piden arreglos diferentes, desde pequeños ramos, hasta los extravagantes de 200 rosas, flores especiales, ahora ya los sacan del internet y los piden así, antes no había dónde ver y nosotros teníamos que formar la idea”.
Aunque la venta empieza muy lenta, la florista confía en que pronto pase la pandemia del Covid-19 y vengan tiempos mejores para ellos, para que así esto que se vive actualmente quede como un recuerdo.
"Estamos sobreviviendo a la pandemia, esperando con muchas ansias el 2021, ya lo visualizamos mucho mejor que este año, ahorita estamos a lo que venga porque estamos conscientes de esta pandemia y tenemos que aguantar”.
Lee más aquí ⬇