Mazatlán, Sin. - La situación de los embarazos precoces requiere de una mejor atención desde la edad temprana, donde la educación sexual es la clave para disminuir los casos, ya que los datos más recientes hablan de que entre el 10 y 13% de los casos registrados en Sinaloa son menores de 15 años, y de esos, alrededor del 10% son menores de 11 años de edad, señaló el sexólogo y expresidente del Colegio de Psicólogos de Mazatlán, Christopher Leonardo Rendón Castillo.
De acuerdo a datos del Sistema Estatal para la Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, en el último año en Sinaloa se registraron 259 menores de 10 a 14 años de edad embarazadas.
Rendón Castillo comenta que a pesar de que estas niñas o adolescentes pueden ser fértiles en su pubertad, no están preparadas en lo físico, lo suficientemente maduras, para llevar a cabo ese embarazo, más cuando cada vez son más pequeñas de edad.
“Ese peso social, emocional y psicológico para ellas es tremendo y puede terminar en diferentes situaciones, y esto sin contemplar que los partos en adolescentes entre 13 a 19 años, que es el embarazo precoz, es la segunda causa de muerte, aquí ya estamos hablando de una complicación más fuerte”, expresó.
Refiere que en Sinaloa se ven muchos casos de embarazo precoz en adolescentes de 14 años y cada vez son más chiquitas, lo cual tiene que ver con la parte cultural y social, el entorno en el que viven, así como la influencia del internet, las redes sociales y la música.
Hace un lado los casos de embarazos por abuso sexual, y se enfoca en aquellas que salen en estado de gravidez por descuido, muchas de ellas se tratan de niñas que son sexualmente activas desde los 13 y 14 años de edad, ya son fértiles, pero todavía no están suficientemente maduras ni física ni emocionalmente para enfrentar un embarazo.
“Físicamente apenas se están desarrollando, ya están reglando, ya pueden embarazarse, pero ni siquiera se han desarrollado diferentes partes del cuerpo, esa es una desventaja tremenda porque el desarrollo de un bebé en su vientre está en riesgo, esto puede terminar en complicaciones para el bebé como también para la mamá”, apuntó.
Después del parto, agrega, los problemas que pueden enfrentar son muy fuertes, desde una depresión pos-parto hasta el rechazo hacia el bebé porque vino a arruinarle la existencia y la vida que llevaba en su adolescencia.
“El bebé le cambia la vida, lo resiente, ya deja de hacer todas las cosas que una adolescente tenía que haber hecho o, si lo sigue haciendo, ya no será la misma tener un compromiso de una criatura nueva a tener el compromiso de ella sola, ya tienes un hijo y tendrás que buscar la forma de solucionar sus problemas”, indicó.
Comenta que todo esto no puede evitarse, pero sí disminuir el número de casos, si se da una educación sexual a temprana edad, y esta debería de empezar alrededor de los 10 años de edad.
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Aclara que no es lo idóneo ni debería de ser así que una niña de 14 años sea sexualmente activa, pero si ya lo es, hay que hablarle de cómo cuidarse, para que no salga embarazada.
“Qué es lo que tenemos que hablar con ellas: de los preservativos y la forma de cuidarse, de que si no sale embarazada también puede contraer una enfermedad de transmisión sexual, cuántas niñas de 13 y 14 años no hay con VIH, así que la clave es la educación sexual y debe de empezar desde temprana edad”, concluyó.
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