Culiacán, Sin.- La presidenta del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa, Cristina Isabel Ibarra Armenta, aseguró que la mayor demanda del uso del agua en el estado la ocupa la actividad agrícola, por lo que es importante analizar qué tipos de producciones o qué tanta superficie se debe considerar, ya que los niveles de agua en las presas son muy similares a los del año pasado.
El nivel de las presas actualmente está al 31.3 por ciento, un poco arriba a las mismas fechas del 2023, sin embargo, se debe administrar bien para evitar una mayor afectación a la del año anterior.
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La economista destacó que la asignación de uso de agua es muy importante, ya que los productores en Sinaloa insisten en sembrar maíz, aún y cuando las presas tienen bajos niveles, al igual que el 2023, y se sabe que no es suficiente para la demanda.
Cabe destacar que la aprobación del plan tentativo de siembra por parte del pleno del Consejo Estatal de Desarrollo Rural Sustentable es sembrar 490 mil hectáreas en todo Sinaloa para el ciclo agrícola Otoño-Invierno 2024-2025.
La propuesta es que la mayor parte de la superficie al cultivo de maíz sea con 295 mil hectáreas, tomando en consideración el volumen de almacenamiento de las presas.
Consumo de agua
De acuerdo con la información publicada por CONAGUA, Sinaloa es el estado que más agua demanda a nivel nacional, con un 11 por ciento del total, y le siguen otros estados como Sonora, Veracruz, Chihuahua, Jalisco y Michoacán, siendo todos estos estados los primeros lugares a nivel nacional por su valor de producción primaria. Ibarra Armenta explicó que el 93 por ciento del agua que se capta en Sinaloa se utiliza en el sector agrícola, siendo la actividad que más consume, y solo el uno por ciento es para el uso doméstico, sin embargo, existen otros tipos de consumos como el de servicio público, urbano, termoeléctricas, entre otros.
La especialista en economía mencionó que este año las captaciones de agua en las presas están un poquito encima a las del año pasado, por lo que la sequía puede ser igual al año anterior, al menos que se presenten algunas precipitaciones, ya que la sequía traería una afectación importante a la economía al elevar los costos de producción.
Agregó que el agua que se extrae en los pozos y en los módulos de riego está concesionada, pero consideró que existen asociaciones como Conselva que buscan mejorar la captación de agua en cuencas y su administración correcta.
En ese sentido, Cristina Ibarra indicó que en el tema económico-administrativo hace falta una revisión exhaustiva en cuanto al uso del agua que se le da en Sinaloa, sin buscar culpas, sino generar más conciencia sobre la necesidad de inversión de gobierno federal a través de Conagua y la mejora administrativa de los módulos de riego.
Aclaró que el 30 por ciento aproximado, que ya está captado en el nivel de las presas, sería suficiente para el ciclo agrícola si no hubiese tanta pérdida de agua ante la falta de infraestructura y que no está en sus óptimas condiciones en canales y módulos de riego.
La presidenta del Colegio de Economistas en Sinaloa reiteró que hace falta mayor inversión más que buscar limitar el agua, si no hacer un uso con menos desperdicios.
Impacto
El impacto principal es la reducción de la superficie cultivada en el ciclo agrícola 2023-2024; de las 800 mil hectáreas de riego en Sinaloa se establecieron 500 mil, resultando en una reducción superior al 35 por ciento, cifras que se esperan para este nuevo ciclo agrícola 2024-2025.
El 2023 fue un año de sequía extendida en la mayor parte del territorio mexicano, lo que trajo consigo afectaciones significativas, al grado de poner en riesgo el agua para uso humano en algunas ciudades como la Ciudad de México, zonas del estado de Sinaloa, especialmente en el medio rural, donde se tuvieron que abastecer con pipas.
Esta situación afecta no solamente la vida cotidiana de la población, sino que tiene efectos negativos en las actividades productivas.
En el 2020, Sinaloa empleó 9.4 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales el 93 por ciento se emplearon en la agricultura, el 5.3 por ciento para uso público, 0.4 por ciento tuvo uso industrial y el 1 por ciento restante incluye el uso de termoeléctricas, doméstico, acuacultura, comercio y servicios, entre otros.
Esta misma situación y uso del agua se ha venido dando en los últimos cuatro años para el estado de Sinaloa, por lo que de no implementarse nuevas inversiones de infraestructura para un uso racional y administrativo, podría darse una sequía más severa y afectar aún más los sectores productivos como económicos.
Existe un intrincado conflicto de interés cuando se habla de la administración del agua y su eficiencia; la realidad es que aún faltan estudios más certeros y específicos sobre la eficiencia en la conducción del recurso a nivel nacional. Según estudios de CONAGUA, los distritos de riego en el país tienen una eficiencia promedio del 50 por ciento, lo cual se pierde prácticamente la mitad del recurso en presas.
Finalmente, ante esta situación, queda claro que el tema del agua se debe resolver con un enfoque de inversión y mejoras en la administración del recurso, no obstante, ello puede implicar la confrontación con importantes grupos de interés, mismos que son necesarios si deseamos tener seguridad hídrica en el largo plazo.