Mazatlán, Sin. -Aunque la Glorieta Sánchez Taboada es una de las zonas más visitadas por los turistas en Mazatlán y sus intrépidos nadadores exponen sus vidas cada vez que se lanzan al mar desde una altura de 20 metros, el área del Clavadista luce deteriorada al no recibir el mantenimiento adecuado que le permita ser funcional.
Y este 2024, de los 314 millones de pesos para obra pública que ejercerá el Ayuntamiento, solo 3 millones se destinarán a la reparación e intervención de monumentos turísticos ubicados sobre el Malecón y Paseo Claussen, pero se desconoce el porcentaje que podría destinarse a su rehabilitación.
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La situación
El emblemático Clavadista presenta desde hace varios años un estado de deterioro notable. La falta de mantenimiento, así como la ausencia de pintura, bancas enlamadas y una barda baja, ha generado preocupación entre los acróbatas del aire que realizan sus arriesgados saltos en este espacio.
"Es mucho riesgo porque más allá de un mantenimiento, se necesitan arreglos por todo lo que representa, tanto una atracción para los turistas, como un riesgo para nosotros subirnos", comenta Luis, quien realiza clavados en la zona.
Los nadadores han expresado su descontento al señalar que llevan casi cuatro años en espera mejoras en la zona. El estado actual del Clavadista no solo afecta su seguridad, sino que también pone en riesgo la integridad de quienes asisten a presenciar sus actuaciones.
"Hoy en día es inseguro y la verdad le da mala imagen a Mazatlán todo esto, porque es de los sitios turísticos más significativos del puerto, le falta pintura y más arreglos, bardas más altas, que se vea que quieren invertir en algo tan importante para el puerto", añade Luis.
Actualmente, son 11 clavadistas los que saltan en la Glorieta Sánchez Taboada para deleite de turistas y locales.
Y aunque el riesgo es grande, ya que al caer pueden golpearse en las rocas que se encuentran al pie del Clavadista, estos nadadores realizan con gran pasión su labor.
“Ya sabemos cómo está la zona, cómo caer y luego regresar a la superficie, es riesgoso, pero si conoces bien el área donde caes no te lastimas”, expresa.
En los últimos 10 años solo se tiene el registro de dos nadadores que han muerto tras haber realizado un salto desde la glorieta del Clavadista, por golpearse con las rocas.
Ellos ganan la propina que los turistas y locales les dan por sus saltos, ya que no tienen un sueldo base. En promedio perciben hasta 300 pesos por día en temporadas normales, pero cuando hay crucero turístico o en periodos vacacionales como verano y Semana Santa triplican sus ganancias.
No se sabe con exactitud cómo y cuándo nació esta tradición de aventarse clavados desde el Clavadista de Mazatlán, pero gran parte de la ciudadanía comenta que empezó alrededor de 1960, supuestamente con el salto de un joven desde lo más alto del lugar por cumplir una apuesta con un amigo.
Y no cualquiera puede aventarse, ya que los clavadistas que practican dicha actividad cuentan con muchos años de práctica y experiencia, pero una de sus principales técnicas para disminuir el riesgo es la de coordinar su caída con la llegada de una ola de gran tamaño.
Es justo en ese momento cuando el mar aumenta su profundidad de manera momentánea, lo que permite que el nadador tenga el espacio suficiente para caer al agua y no golpearse contra las piedras afiladas o contra el fondo del mar.
