Culiacán, Sin.- El espíritu de lucha siempre estuvo presente en Jovanny, desde que su adolescencia comenzó a despuntar también lo hizo su resiliencia a la autoridad y al Status Quo. Cabello largo y ropa casual eran habituales en su presentación así como la discriminación recibida por las mismas razones.
Los comentarios recibidos eran los clásicos que todo joven escucha: “es una etapa” “es una moda” y todas esas frases que a esa edad suenan ridículas y hasta desafiantes. El tiempo pasó, cambiando todo, los amigos, las circunstancias, todo menos sus ideales.
Durante esa juventud anárquica y alejada de toda regla social, Jovanny estaba concibiendo la idea de crear algo que pudiera acercarle a esa utopía anhelada, el momento era lo más importante, disfrutar del limitado tiempo de la vida sin depender de planes que lo amarraran a una rutina y pensaba en lo que canta el viejo Joaquín Sabina “…envejecer con dignidad; una blasfemia…”
EL DINERO
La presión de la falta de dinero y oportunidades fue tanta que por allá del 2013 cambió el cabello largo y pintado de colores por un look más conservador ataviado de ropa formal y zapato reluciente. Consiguió un empleo en una empresa de telecomunicaciones en el área de servicio a clientes, una tragedia. Su mente y cuerpo empezaron a resentir esa represión, sus jornadas comenzaban y terminaban con el sol apenas asomándose, para entonces ya había comenzado una familia y el precio más caro que estaba pagando por la estabilidad era el de perderse los momentos más valiosos con su hija.
Pasaron los años y parecía haberse rendido al sistema que tanto había atacado y desafiado, pero el espíritu de lucha renació con más fuerza cuando se dio cuenta de la traición que estaba cometiendo a su persona. Sin más apoyo que el retrato del Che gritándole desde la pared, en su casa, y el símbolo de la anarquía contradiciendo el yugo al patrón invisible de su odiado trabajo, decidió renunciar. Su esposa aplaudió el paso que acababa de dar, pero era necesario actuar si querían seguir adelante y como él mismo dice entre risas: no morir de hambre.
Su abuelo lo recibió como ayudante de albañil y su madre le regaló un triciclo para que lo restaurara. Después de unos meses trabajando en la obra y en la restauración del pequeño vehículo, Jovanny dejó de laborar con su abuelo para dedicarse a vender jugos y sándwiches en zonas concurridas de Culiacán. Era un paso, comenzó a trabajar por su cuenta. Él cuenta que comenzó con la venta de alimentos porque es algo sencillo que siempre tendrá demanda pero no iba a detenerse allí.
Jovanny aclara que el estar en contra del sistema no significa aislarse del mismo, y cuenta que si ve oportunidad de sacarle provecho, lo hace sin pensarlo.
LA CARPINTERÍA
Después de ver que el negocio de alimentos iba por buen camino buscó el apoyo por desempleo que otorgaba gobierno en ese entonces, y junto a sus ahorros pudo comprar una carreta móvil para expandir su servicio de venta. De esa compra nació una necesidad: ¿Dónde iban a comer los clientes? Todo el dinero se había terminado con la compra de la carreta así que Jovanny consiguió unas tarimas de madera, descargó unos planos de internet y fue con su padre a pedirle consejos en cuanto a la fabricación de mesas, su viejo le regaló un desarmador, un martillo y una segueta, algo grande estaba comenzando.
Sus rústicas mesas hechas de tarimas comenzaron a llamar la atención a sus clientes y la idea de comenzar a venderlas se hizo presente.
Las personas me preguntaban el número de celular del negocio que hacia las mesas y pues ahí empecé a ver que se podían vender.
Desde entonces y hasta la fecha Jovanny se ha dedicado a aprender más sobre carpintería. Él se considera una persona autodidacta y aprovecha cada oportunidad que se le presenta. Comenta que no es importante la educación formal pues todo el conocimiento está disponible en internet de manera gratuita y un título universitario no te garantiza éxito. En una más de las interesantes contradicciones que se pueden presentar en su persona está que Jovanny fue un excelente estudiante en su época en la preparatoria, sin mucho esfuerzo podía alcanzar notas perfectas superando a compañeros que llegaban al límite de sus capacidades para igualarlo.
El proyecto tomó forma cuando entendió que tenía que aprender a trabajar con calidad y desarrolló disciplina en su trabajo y en su método de aprendizaje. Los pedidos son a la medida y en su filosofía no puede decir que no. Si no sabía cómo fabricar un mueble, él lo aceptaba y después se preocupaba por aprender cómo hacerlo. Jovanny puede presumir que hasta ahora no ha tenido ninguna queja por parte de sus clientes, en cambio son reiteradas las muestras de agradecimiento y recomendaciones a nuevas personas interesadas.
Jovanny vive de manera austera y sencilla con su esposa y su hija, disfruta de su tiempo libre y ritmo de trabajo. Dice que no aspira a vivir con lujos pero sí trabaja duro para convertir su proyecto de fabricación de muebles en una fuente de empleos basada en su ideología de no explotación.
“El problema en sí no es el trabajo, es el patrón”, dice sonriendo, Jovanny.
Los pedidos llegan con regularidad y el trabajo no para, él mismo ha fabricado sus herramientas, pasó de tener un desarmador, martillo y segueta, a trabajar en un taller completo con sierras, taladros y lijadoras, todo construido con sus propias manos y esfuerzo. Dice que espera alcanzar una plenitud profesional y poder transmitir su esencia a sus futuros empleados, que no lleguen a él solo por ganar dinero, sino para aprender a trabajar de manera honesta sin traicionarse ni reprimirse.
La pregunta obligada que nace después de conocer la historia de Jovanny está en la contradicción propia de su ideología antisistema ¿No te estas convirtiendo en lo que luchabas por destruir?
El joven sencillo de cabello largo y pantalones raídos saborea su cigarro y con una sonrisa ladina responde que vive en una delgada línea entre sus ideales y el sistema contra el que lucha, mientras siga firme y seguro de su esencia podrá trascender como un ejemplo claro de conseguir su propia definición de éxito sin traicionarse.
Jovanny
Anarquista
“El problema en sí no es el trabajo, es el patrón”.
