Mazatlán, Sin.- Tanto el municipio como el estado se han visto incapaces de frenar la problemática de la drogadicción en la entidad, señaló Enrique Escobar Ríos, presidente del Colegio de Psiquiatras de Mazatlán.
Dijo que todos los drogadictos que rondan por las calles del puerto tarde o temprano se convierten en un gran problema de salud mental, pues tampoco se cuenta con los recursos e infraestructura necesaria para atenderlos.
Contabilizó que en hay en la ciudad entre 40 y 50 albergues para drogadictos, pero no en todos se da el tratamiento adecuado o se trabaja el problema de fondo, por lo que en vez de ayudar empeora el problema.
"Existen entre 40 y 50 albergues para drogadictos, que la mayoría son manejados por ex adictos y muchas veces lo único que hacen es tenerlos encerrados para que pasen seis meses sin usar droga, pero el gran problema es que no reciben la atención apropiada como para que esa persona deje de ser drogadicta, sale de ahí, vuelve a su mismo ambiente y ¿qué ocurre?, regresa otra vez al albergue", dijo.
En muchos casos el abuso de sustancias nocivas tiene su origen en el uso recreativo o placer, también por problemas en el seno familiar, por la disponibilidad de las drogas y hasta por las condiciones socioeconómicas como la pobreza.
"Aumentan los drogadictos y con el tiempo se les generan lesiones cerebrales, estos se trastornan y se vuelven locos, ¿qué hacen las familias que no tienen recursos? pues los avientan a la calle, los que pueden los meten a un albergue, en otros casos los meten a tratamientos psicológicos y psiquiátricos, eso sería lo adecuado, pero en la mayoría de los casos no sucede eso", explicó.
El otro problema, añadió, es que los drogadictos se vuelven personas peligrosos, además de que su realidad está trastornada, con tal de conseguir la droga son capaces de robar y hasta de matar.
Mencionó que en Mazatlán existen pocas instituciones que trabajan en materia de prevención, como el Centro de Integración Juvenil, pero el problema ha sobrepasado su capacidad.
Por allá en el 2017 se aprobó la Ley de Salud mental de Sinaloa, sin embargo, enfatizó nunca se ha aplicado, ya que no se ha instalado siquiera el Consejo Estatal de Salud Mental
El artículo 4 establece que toda persona que habite o transite en el estado de Sinaloa, independientemente de su origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones y las preferencias sexuales, el estado civil, tiene derecho a la salud mental.
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