Mazatlán, Sin.- La contaminación acústica en Mazatlán no es un tema nuevo, desde tiempo atrás personas se han acercado a profesionales de la salud mental y emocional en busca de ayuda por los altos niveles de estrés y trastornos del sueño que padecen debido a la constante exposición al ruido.
El sicólogo Luis Ángel Salinas Gudiño, presidente de Ayudemos a los Jóvenes A.C. y miembro de Colegio de Psiquiatras de Mazatlán, señaló que hay personas más susceptibles que otras, ya que todo depende de la afectación y la exposición de cada una.
Entre los síntomas "leves" que este tipo de contaminación genera están los dolores de cabeza, la cero tolerancia a la frustración, irritabilidad y el mal humor. Y entre los padecimientos más graves están los trastornos del sueño.
"Una persona que no duerme bien va a tener falta de concentración, humor inestable, como agresiones o cuestiones de desesperación o algún tipo de depresión", señaló.
La calidad del sueño, agregó, es sumamente importante en todas las edades y afecta desde un recién nacido hasta un adulto mayor.
"En los niños los daños se duplican, porque el descanso adecuado y un sueño correcto, desde bebés hasta los primeros años, es fundamental para el desarrollo para el cerebro del niño", agregó
Advirtió que la acumulación de estrés puede llevar a síntomas de ansiedad y traspasar la barrera de lo psicológico a lo físico, generando incluso alteración en la presión arterial.
"Muchas veces también se vuelve contraproducente, porque es una larga lucha no ha sido la primera manifestación, el sentimiento de frustración al estar luchando y no obtener una respuesta favorable puede ser un arma de doble filo a nivel emocional", advirtió.
Buscar actividades de relajación o terapias alternativas como yoga, recomendó, puede ayudar a bajar los altos niveles de estrés.
"Actividades donde puedan encontrar esa quietud y esa paz que desafortunadamente no la están encontrando en sus hogares y por supuesto la ayuda profesional en la salud mental cuando así lo requiera, cuando se presenten los trastornos del sueño, afectivos o de ansiedad", recomendó.
La Organización Mundial de la Salud define como ruido cualquier sonido superior a los 65 decibeles (dB) se vuelve dañino si supera los 75 y doloroso a partir de los 120.
Recomienda no superar los 65 decibeles durante el día y para tener un sueño reparador, el ruido del ambiente nocturno no debe exceder los 30 dB.
La Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales señala que el sonido se convierte en contaminante invisible cuando produce efectos nocivos fisiológicos y psicológicos; la contaminación acústica es el resultado de sonidos excesivo y molestos causados por distintas actividades humanas como el tráfico automovilístico, aéreo, obras de construcción, ocio nocturno, animales (como ladridos de perros), entre otros.
Entre las consecuencias que esté tipo de contaminación produce destaca los problemas psicopatológicos, psicológicos, del sueño y conducta, produce pérdida de atención, de audición, de memoria y alteración del ritmo cardíaco, incluso afecciones en el embarazo, además, no menos importante de daño a los ecosistemas al ahuyentar especies de animales.
La NOM 081 de la Semarnat precisa que para exteriores de zonas residenciales de 6:00 de la mañana a 10:00 de la noche, el máximo permitido es de 55 dB y de 10: 00 de la noche a 6:00 de la mañana de 50.
En el mismo horario pero en zonas industriales es de 68 y 65 decibeles, respectivamente y en ceremonias, festivales y eventos de entretenimiento, durante cuatro horas límite, el máximo de 100 dB.
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