Culiacán, Sin.- "Me estoy curando con yerbitas porque estos desalmados no te otorgan ni una pastilla. No hay, no hay”, nos dicen. Bibiana es una maestra jubilada con diabetes e hipertensión arterial que al igual que miles de derechohabientes del ISSSTE, no cuentan con el servicio médico, medicinas y no se diga si requiere con urgencia una cirugía.
“Dios me guarde si llego a requerir una cirugía, téngalo por seguro que me dejan morir, porque este gobierno no sé qué está pensando que nos han dejado desamparados, quieren que muramos lentamente”, dijo.
El peregrinar de los derechohabientes del ISSSTE y también del IMSS, donde trabajadores al servicio del estado, llámense maestros, empleados de oficinas o médicos, albañiles, amas de casa y otros, la situación es alarmante ya que aseguran que además de que están enfermos, acuden por si obra un milagro, pero nada de eso pasa y se arriesgan de contagiarse por el Covid-19 para volver a casa con las manos vacías.
Caras largas, desesperadas, angustiadas, desoladas y todos los adjetivos que se puedan encontrar, es lo que a diario vemos en las instalaciones de estas instituciones, donde los derechohabientes llegan con receta en mano, y así salen, solamente un “no hay, no hay”, es la respuesta.
“Hasta hace unos meses solamente nos surtían los medicamentos más baratos, los caros desde hace mucho que dejaron de surtirlos, pero ahora ni los baratitos se encuentran pa’ remedio” lamenta la maestra María Elena Sánchez.
Dice que además de hacer un gran sacrificio para llegar a las instalaciones del ISSSTE, para arreglar unos documentos, el mal trato que reciben los derechohabientes no lo merecen.
“Tengo flebitis y con todo y eso debo de subir un montón de escalones para llegar a donde debería de arreglar los papeles para que me pudieran surtir los medicamentos, luego te recibe una mujer con cara de pocas amigas para que finalmente en la farmacia me digan que no hay medicamentos y no saben para cuándo los tengan”, señala.
PÉSIMO SERVICIO
Los entrevistados dicen que ya están hartos de que nos les surtan las medicinas que vienen en sus recetas, pero además se quejan de la pésima atención médica, porque ante la falta de galenos no les dan espacio para entrar a las consultas médicas.
“El abasto de medicamentos y la atención médica es una pesadilla que estamos viviendo como nunca, no sabemos en qué va a parar esto", lamenta la señora Isabel Soto, derechohabiente del IMSS y que fue diagnosticada desde hace varios años de Lupus.
Además de pasar por eta enfermedad en la que el sistema inmunológico destruye las células sanas, se ha enfrentado a la falta de especialistas y lo peor es que desde que cursa esta enfermedad, el servicio nunca ha sido bueno y la carencia de medicamentos es un problema frecuente que soporta únicamente porque conseguir su tratamiento de manera privada es incosteable.
“Pero este año la situación se ha agravado. Una o dos veces me han surtido la receta, me traen vueltas y vueltas, ya hasta esconden los letreros de los teléfonos a donde uno podía llamar para preguntar si ya habían llegado las medicinas, como también desaparecieron los letreros donde uno podía presentar sus quejas”, lamenta.
Dice que es una situación insostenible, ya que cuenta que a ella le ha tocado estar junto a otros pacientes que llegaban a solicitar los medicamentos y que por falta de suministro de éstos han fallecido.
SIN CAPACIDAD
“El gobierno se ha vuelto insensible, no les importa que el pueblo sufra. Siempre dicen que si hay medicamentos, pero que nos digan dónde están para ir por ellos, son una bola de embusteros, pero lo peor es que les sigamos creyendo”, dijo.
Aseguró que solamente quien sufre en carne propia todas estas atrocidades saben el alcance que tiene el no contar con recursos, incluso, para una pastilla que te alivie la gastritis.
“Ojalá que los que dicen que sí hay medicamentos o a los que les vale madre que el sistema de salud desde hace mucho tiempo dejó de existir, agarren conciencia, les duela ver a un niñito que se fue debilitando y murió, sí murió y a mí me tocó verlo cómo se iba deteriorando, cómo sus papás salían del IMSS con el rostro bañado en lágrimas, receta en mano y con la vergüenza y todo, y ahí afuera solicitaban ayuda para comprarle medicamentos para atacar el cáncer que en el Instituto no le daba ”, dice llorando.
Destaca que si dejara de recibir sus medicamentos fuera la solución para que se solucionara el problema, ella con mucho gusto se inmolaba.
“Con gusto daría mi vida, si esa fuera la solución. La verdad gente, la situación está muy difícil, hay que hacer conciencia y unirnos todos para buscar la solución, porque hoy soy yo, mañana pudieran ser ustedes: no hay medicamentos, ni para curarse un dolor de cabeza."
EN ESPERA
Saúl Gutiérrez, es otro derechohabiente, se queja que a veces dura hasta dos horas en espera de que le surtan el medicamento y sale con las manos vacías.
“Llega uno, no está el de la farmacia, se fue a desayunar, cuando llega, ya no sale que porque está en no sé qué madre, después de casi dos horas de espera, me dice que solamente tiene un medicamento que no me lo lleve que en unos días llegaría el otro y que entonces me surte la receta completa, porque si no ya no tendrá vigencia”, señala.
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Explica que esto pasó en octubre, aunque recuerda que pocas veces le han surtido su receta. “Siempre me dicen venga después, ese día le hice caso al despachador, porque e aseguró que ya estaba regularizada la entrega de medicamentos y que volviera en unos días. Le pedí que me diera un día exacto. Vente el 18 de octubre…y hasta la fecha es hora que no llega ni el ácido acetilsalicílico”, concluyó.
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