Mazatlán, Sin.-La madrugada del 8 de octubre, la vida de la familia de Juan Luis Osuna Pérez cambió de manera drástica. Un grupo armado llegó hasta su hogar y se lo llevó sin dejar rastro.
Desde entonces, la angustia y la incertidumbre son la única certeza para su esposa y sus hijas, quienes esperan día y noche su regreso.
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“Juan es un hombre trabajador y cumplido; no tiene vicios ni enemigos. Todos los días sale a trabajar de Mazatlán a lugares como El Rosario, Escuinapa, Villa Unión, Concordia, La Cruz de Elota, siempre regresando sin problemas,” relata su esposa.
La desaparición de Juan Luis ha dejado una herida profunda en su familia, sobre todo en sus hijas, quienes apenas alcanzan a comprender la magnitud de lo sucedido.
"Mis niñas no comprenden lo que pasa, solo preguntan cuándo va a volver su papá. Yo no sé qué responderles, no sé cómo decirles que ni siquiera sabemos dónde está", dijo.
La desesperación la ha llevado a movilizarse entre Culiacán y Mazatlán, tocando puertas, pidiendo respuestas.
Les suplica a las autoridades que actúen y avance en su caso, pues señala que el derecho a la libertad está siendo violado por sus captores.
"Le pedimos a la fiscalía, al vicefiscal y al gobernador que no nos abandonen. Somos ciudadanos con derechos; el derecho a la libertad de mi esposo está siendo violado", exige.
Mientras tanto, las horas se hacen eternas, y las miradas de su esposa y sus hijas no dejan de buscar.