Escuinapa, Sin.- Al igual que cientos de hombres y mujeres que llegan al valle de Escuinapa, Micaela dejó su tierra en busca de una mejor calidad para su familia, hoy sus hijos esperan su cuerpo y el de su pequeño para poder sepultarla en su pueblo.
Micaela de 32 años y su pequeño de menos de dos, fueron las víctimas que perdieron la vida al ser atropelladas por una camioneta mientras dormían en la Isla del Bosque.
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Según lo relatado por Silvino, quien dijo ser primo de Micaela, era la primera vez que ella venía a trabajar en el corte de chile en los campos agrícolas del valle de Escuinapa.
Ella era originaria de un pueblo llamado "La Guacamaya", municipio del Nayar, asentado en lo alto de la sierra del vecino Estado de Nayarit, para el cual se hacen alrededor de 12 horas para poder llegar.
Fue en el mes de diciembre cuando dejó su casa y se vino junto con tres hijos, dos de ellos de 18 y 20 años, quienes ya están casados y su bebé de dos años quien era el que vivía con ella.
Por desgracia, ambos perdieron la vida en este fatal accidente, mientras dormían en una humilde vivienda que rentaban, la cual estaba construida con lámina, cartón y hule negro, la cual quedó destruida tras el impacto de la camioneta.
Sus hijos, quienes viven a algunas cuadras donde ocurrió el accidente, fueron enterados por unos vecinos, quienes de inmediato acudieron a ver lo sucedido, pero su mamá y su hermano ya habían perdido la vida.
Hoy, tras más de 24 horas de sucedido el percance, los hijos y otros familiares de Micaela se encuentran a las afueras de las oficinas del Ministerio Público en espera que les entreguen los cuerpos y en búsqueda de recursos para poder trasladarlos hasta La Guacamaya para poder darles cristiana sepultura.