Mazatlán, Sin. Los feligreses mazatlecos no dejan de apoyar económicamente a parroquias católicas como la “San Carlos Borromeo”, que al igual que otros templos, han registrado una disminución considerable en las aportaciones que brindan los devotos.
El sacerdote Rafael Martínez Gallardo, reconoció que las limosnas de los fieles católicos no llegan de la misma manera a las iglesias, debido a que registran una baja asistencia por la situación de pandemia que registra el país.
“Como una consecuencia de que la gente no va a los templos, sus aportaciones que diariamente otorgan no se han dado como de costumbre, pues la mayoría se queda en sus casaEl sacerdote Rafael Martínez Gallardo
Lo ocurrido, aseguró, repercute en los pagos de servicios que normalmente tienen que realizar las parroquias católicas, como es el uso de teléfono, el consumo de agua y el suministro de energía eléctrica.
También hay otros gastos que brinda el personal que realiza el aseo del inmueble religioso, además de gente que se encarga de custodiar las iglesias al encontrarse solas.
No obstante, reconoció que hay personas que hacen llegar aportaciones económicas a las parroquias, que es lo que permite sacar adelante lo que se adeuda en 1 o 2 meses.
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Los feligreses que no lo hacen, aseveró, seguramente en su momento ayudarán a la iglesia, aunque reconoció los días difíciles que se viven, no sólo en el municipio, sino en todo el país.
Dice un refrán popular, primero son los dientes y luego los parientes, entonces la gente tiene que ver primero sus necesidades personales, familiares y ya después lo demás.
El sacerdote Rafael Martínez Gallardo
Actualmente, comentó, hay una disposición del Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, en la que en una determinada hora se abra la iglesia, mientras que el culto se lleva a puerta cerrada.
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