Rosario, Sin.- Las corridas de toros o las fiestas taurinas forman parte de la historia del pueblo mágico de Rosario, al ser por muchos años una tradición para los rosarenses de mayor poder económico.
El historiador y cronista de Rosario, Leopoldo José H. Bouttier, relata lo importante que fueron las fiestas taurinas para este municipio, quien tuvo la dicha de tener en sus tierras o los mejores exponentes de las corridas de toros.
“El Coso”, como le era conocido a la plaza de Toros Colón, fue el lugar en donde acudían principalmente los rosarenses de mayor poder económico a presenciar de las corridas de toros.
“Fue principalmente en la época del auge minero cuando se daban las corridas de toros en Rosario, en ese entonces la gente tenía el recurso económico para poder acudir a observar estos espectáculos, se trajeron en ese entonces a grandes exponentes de las corridas de toro”.
Uno de los grandes exponentes que estuvo en “El Coso” fue Ponciano Díaz, este fue el primer torero mexicano en presentarse en Estados Unidos, también inauguró la plaza Bucareli en México y además, tuvo la dicha de torear en Madrid.
“Fueron dos fechas en las que Ponciano Díaz se presentó en Rosario, fueron el 7 y el 14 de abril del año 1895, en aquella ocasión estuvo toreando unos toros de Pedro Lizárraga de Corral de Piedras, en la última corrida sufrió una herida por una cornada, se dice que las corridas se las dedicó a Lupita Salas, una joven de quien Ponciano terminó enamorado”, dijo.
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Otro gran exponente de la fiesta taurina, fue el “Reverete Mexicano” Arcadio Ramírez, quien también tuvo su presentación en Rosario.
En septiembre de 1907, los periódicos del sur de Sinaloa, entre ellos, "El Demócrata", publicaron las "magníficas corridas de toros que en el mineral del Rosario tuvieron por el renombrado torero Reverte Mexicano".
La afición taurina del Rosario recibió con entusiasmo a Reverte Mexicano, quien ya había triunfado en Puebla y México, al lado de los sevillanos, Antonio Reverte y Manuel García. Se dijo de él: “es muy valiente y tan capaz, como espectacular".
Todos ellos dejaron su huella en la historia de la fiesta taurina del antiguo mineral.
Con el paso del tiempo, las fiestas taurinas fueron perdiéndose, hasta llegar el momento en que “El Coso” fue derrumbado para dar paso a lo que fue el Teatro Colón y posteriormente el cine Crespo.
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