Fraternidad de Personas Excepcionales se abre camino sin apoyo ni recursos

Se trata de un grupo de discapacitados que se apoyan entre sí para salir adelante; a la fecha han atendido a más de 50 personas

Juan Carlos Ramírez I El Sol de Mazatlán

  · lunes 20 de enero de 2020

Denise Iliana Nava, Ramona Lizárraga, Bárbara Longo y Julio Torres, forman parte de la Fraternidad de Personas Excepcionales. Fotos: Juan Carlos Ramírez I El Sol de Mazatlán

Mazatlán.- Sin apoyo ni recursos, salvo el esfuerzo y la voluntad de ellos mismos por alentar a otros que van iniciando en el proceso y desarrollo de la discapacidad, la asociación civil Fraternidad de Personas Excepcionales de Mazatlán se mantiene en funciones todos los sábados, desde el día de su creación hace 28 años.

Hoteles de la avenida Del Mar se preparan para recibir a los turistas durante el Carnaval. Foto: Rolando Salazar I El Sol de Mazatlán

Este grupo de fraternidad llegó a ser la primera asociación que tuvo personas que practicaban tenis en silla de rueda, destacando en torneos locales, regionales e internacionales.

Actualmente, se reúnen en la escuela primaria Ignacio Zaragoza, de la colonia Pueblo Nuevo, que les abrió las puertas hace más de 20 años, al ser uno de los primeros planteles con instalaciones de inclusión.

Ramona Lizárraga Barraza, fundadora de Fraternidad, platica que contra marea, esta asociación que empezó con alrededor de 10 miembros en el año 1992, ha sobrevivido gracias al esfuerzo de cada uno de sus integrantes, quienes pese a los obstáculos y carencias, se han mantenido firmes en ayudar a otros que inician en el proceso de la discapacidad.

Aquí han llegado personas de todo tipo, hoy en día hay muchos accidentes y enfermedades que a los adultos les llega de repente, esas personas de momento pierden el rumbo de la vida, no saben ni para dónde dirigirse, se enteran de este grupo y llegan aquí recién accidentados o enfermos, ven cómo nos movemos y qué platicamos, y como que dicen, hay algo más que puedo hacer, me fue mal, pero la vida puede retomarse de otra manera, puedo vivir la vida de una manera distinta, pero la sigo viviendo.

Lizárraga Barraza


Foto: Juan Carlos Ramírez │ El Sol de Mazatlán

Aquí, las personas discapacitadas conviven con otros que están en su misma condición o peor, pero que eso no los deja inmovilizados, por el contrario buscan desarrollarse en los físico, intelectual y emocional.

Entre los congregantes hay cuadripléjicos, personas con problemas psicomotores o malformaciones, amputados por diabetes, gente de la tercera edad que ya no pueden caminar, que se suman a las tareas de esta asociación civil.

La persona que llega a Fraternidad aprende desde cómo manejar la silla de ruedas, subirse o bajarse de ella, hasta repararla o engrasarla; hacer ejercicio, jugar tenis o algún otro juego adaptado.

Pero lo más importante, es la convivencia al aire libre, bajo una techumbre rodeada de árboles y desde donde se escucha el canto de las aves que se entremezclan como fondo en las clases de alfabetización que reciben algunos de los integrantes, como es el caso de Denise Iliana Nava Martínez, quien se congrega desde hace 5 años.

Lo que la persona quiere es una condición física, ya no camina con sus piernas, pero se desplaza en una silla de ruedas, ya no dice ‘soy la única persona que está así, nomás a mí me suceden estas cosas’, esto le ayuda mucho en lo que es en el duelo, aquí han venido personas que le han cortado un pie porque tienen diabetes, personas mayores, adultas, y encuentran otra manera de ver la vida y de moverse.

Lizárraga Barraza

Entre los asistentes están las hermanas María y Ramona Lizárraga, los esposos Macario Jiménez y Gloria Magañanez, Martha Gurrola, Lupita Tirado, Lucila, Jesús Luna, don Jorge, Graciela Duarte, Yovany, Téodulo Osuna García, Manuel León y José Antonio Muñoz.


Foto: Juan Carlos Ramírez │ El Sol de Mazatlán

REQUIEREN DE APOYOS

Salvo la colaboración de dos personas estadounidenses que asisten a las reuniones de los sábados, Bárbara Longo y Leon Holt, son pocas las ayudas que recibe la Fraternidad.

Ellos además de convivir y ofrecerles algún aperitivo o alimento a la hora de la comida, les enseñan a hablar inglés, durante las reuniones, al tiempo que ellos perfeccionan su español.

En otras ocasiones, han tenido obras de teatro en inglés con el apoyo de estadounidenses que los visitan.

José Antonio Muñoz Pérez, con 10 años en el grupo, es el presidente actual de la asociación civil, señala que son muchas las necesidades del grupo, ya que no cuentan con instalaciones propias ni unidades para trasladar a los integrantes de la Fraternidad.

Si bien, han logrado que especialistas en sicología, nutrición y trabajo social asistan a darles pláticas a sus reuniones, no hay una constancia, y son ellos mismos los que conviven con las personas que llegan y les ayudan a adaptarse a su nuevo ritmo de vida.

Aquí se reunían muchas personas con discapacidad, se han ido poco a poco porque algunos ya no tienen transporte para moverse, actualmente tenemos una lista de más de 25 personas que asisten con frecuencia, pero han estado hasta 60, el doble, pero el problema es que seguimos sin tener transporte, eso nos atora para crecer.

José Antonio.

Refirió que en algunas administraciones pasadas, el DIF ayudaba a transportar ida y vuelta a las personas, fue cuando hubo más asistentes.

Dijo que se están haciendo las gestiones para adquirir una camioneta van con rampa para personas con discapacidad.

Lo hemos solicitado al actual gobierno, pero no nos han resuelto nada, y también a otras asociaciones, pero no han podido.José Antonio

Otras de las necesidades es contar con instalaciones propias para sostener reuniones entre semana, y así poder ayudar de mejor manera a las personas que van iniciando con su discapacidad, como lo hacen otras asociaciones que cuentan con el apoyo gubernamental.

SUPERACIÓN Y AYUDA MUTUA

Macario Jiménez Cortés, con más de 20 años en el grupo, es el vicepresidente de la Fraternidad, él es el encargado de entrenar a los jóvenes y adultos que se integran para que concursen y participen en la clínica del tenis y el torneo internacional que se celebra cada año en uno de los hoteles del puerto, en el que participan canadienses y discapacitados de otros países.

Él fue pieza clave en el equipo de tenis de Fraternidad por más de 20 años; sin embargo, desde hace 2 años dejó de practicarlo, pero sigue con el entrenamiento.

Además de entrenar a los integrantes del grupo, Macario es técnico en reparación de sillas de ruedas, así que este conocimiento se los comparte a las personas con discapacidad que se reúnen cada fin de semana con ellos, y les da mantenimiento a las sillas, sin costo, siempre y cuando compren las refacciones.

También ayuda para que las personas con discapacidad se adapten a sus sillas y aprendan a sacarle mejor provecho en su movilidad.

Él al igual que toda la mesa directiva, hicieron un llamado para que las personas con discapacidad acudan y se integren a la fraternidad, con el propósito de sumarse como compañeros y ser miembros activos de esta loable tarea: ayudar a aquellos que inician en el proceso de discapacidad.

TEXTUALES

Aquí no se cobra por llegar, el cupo es ilimitado, y estamos para servirles en Fraternidad, ayudarlos en lo que más se pueda, convivir entre todos y compartir el alimento.MACARIO JIMÉNEZ, vicepresidente

El llamado es que la gente se acerque con confianza, no importa qué discapacidad, aquí los vamos a ayudar en lo que podamos.

José Antonio, presidente


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