Mazatlán. Sin-. Vecinos de la colonia Olímpica esperan que la Jumapam regrese a terminar los trabajos que dejó a medias tras reparar tres fugas, dos de agua potable y una de drenaje, en la calle General Rosalío Hernández.
La señora Verónica, quien tiene su domicilio entre las calles Acuario y Andrés Soler, relata que tiene seis meses batallando con el drenaje, pues se le regresa por el patio.
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Menciona que luego de reportar por varias semanas, atendieron su llamado, pero el trabajo a realizar tenía un costo de más de tres mil pesos, cantidad que pagó, sin embargo, el problema no se resolvió.
"Todo se me regresa por el patio, casi diario estoy yendo a la Jumapam y me dicen que mañana, que ahorita, que no hay material ni herramientas", mencionó.
Expresó que estar en esta situación es muy incómodo, ya que ella y sus familiares no pueden ni bañarse, ni lavar, porque el patio se empieza a rebosar, por lo que hacen un gasto extra al llevar su ropa a la lavandería.
Añadió que al parecer toda la línea está azolvada y por eso los residuos no se van, o posiblemente ya colapsó, pues tiene más de 50 años en servicio.
Más adelante, entre Andrés Soler y Jorge Negrete, al señor Gabriel le rompieron la banqueta para reparar una fuga de agua potable,
Él señala que hicieron "un túnel" para meter un pedazo de manguera y nunca regresaron a reponer el concreto.
Indicó que la fuga duró alrededor de seis meses y apenas hace unos cuatro fueron a repararla, la zanja que hicieron solo la rellenaron con tierra, pero ya no repusieron el concreto, por lo que él tuvo que pagar de su bolsa a un albañil para evitar más accidentes, pues tres personas, entre ellas un adulto mayor, ya se habían caído ahí.
"La fuga se reportó muchas veces, yo tuve que pagar para que un albañil me arreglara. Metieron la máquina y vibraba la casa, para una sola manguera un túnel que abrieron, se andaba cayendo mi señora y se cayeron dos niños, entonces se reportó, vinieron a echar el relleno, pero hasta ahí quedó, para venir a echar el colado duraron eternidades", indicó.
El problema ahora es que tampoco han regresado por el escombro y la tierra, limitando la movilidad y el acceso a su casa y a la de su vecino.
A unos cuantos metros, pero a media calle, está otra gran zanja, hace tres meses que se reparó una fuga de agua potable y los escombros nunca fueron levantados.
"Este ya tiene unos tres meses y es puro peligro por las piedras, pasan las motos, los carros y las avientan. Había una fuga, vinieron, la arreglaron y ya no han regresado", dijo una vecina.