Mazatlán, Sin.- Sebastián Marroquín, hijo de Pablo Escobar Gaviria, quien fue uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo en los 80 y principios de los 90, presentó ante jóvenes mazatlecos un relato sobre la vida que tuvo al lado de su padre en Colombia.
En el Centro de Usos Múltiples de este puerto habló de sus experiencias personales y anécdotas con su padre, pero sobre todo ofreció una perspectiva cercana de los impactos que tuvo el narcotráfico en el ámbito familiar.
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"Mi padre creó el barrio Pablo Escobar para ganarse a la gente, su apoyo, pero no significa que Pablo Escobar era buena persona, tuve muchas fiestas lujosas para celebrar los cumpleaños, pero no era feliz", afirmó Marroquín.
El propósito de la charla fue que los jóvenes reflexionen sobre la influencia de las series y películas que glorifican figuras del narcotráfico, y que no tomen esos modelos como aspiraciones.
Marroquín señaló que estos contenidos, que proliferan en diversas plataformas de streaming, suelen ofrecer una visión distorsionada de la realidad.
"Es una falsa perspectiva del éxito, no te dicen la verdad de lleno, te dicen de las fiestas y los lujos, pero no te dicen todo, no puedes estar tranquilo ni por un minuto, mi padre llegó al punto en el que ya no confiaba en nadie y no podía disfrutar la fortuna que había amasado, no tenía tiempo de disfrutar", añadió.
El encuentro buscó generar conciencia en los asistentes sobre los peligros del crimen organizado, e instó a rechazar cualquier idea de éxito asociada con esta forma de vida.
A la charla acudieron el alcalde Édgar González, funcionarios municipales y empresarios.
El verdadero nombre de Juan Sebastián Marroquín es Juan Pablo Escobar Henao, y tras la muerte de su padre tuvo que cambiarse el nombre porque pesaba sobre toda la familia.
Incluso, cambió su residencia a Buenos Aires, Argentina, donde radica actualmente, aunque sigue con la ciudadanía colombiana.