Escuinapa, Sin.- El gusto por la historia y su amor por Escuinapa, municipio que terminó por convertirse en su tierra adoptiva, fueron los motivos que llevaron al reconocido doctor Jorge Alberto Macías Gutiérrez a trabajar durante muchos años para rescatar la historia del lugar.
En este mes de abril se cumplen nueve años de la muerte del conocido “doctor Macías”, quien además de tener el reconocimiento por ser uno de los primeros médicos especialistas (pediatra) en llegar a la Perla Camaronera, fue partícipe de la vida social y política de este municipio.
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En un texto escrito por el finado Adrián García Cortés, quien fuera secretario de la Crónica en Sinaloa, se reconoce la gran valía de Jorge Alberto Macías por el rescate de la historia de Escuinapa.
“Vivió como su diosa Ixcuina lo había formado. Cuidaba de los niños para que sobrevivieran sobre los males que la misma diosa les deparaba. Cultor asiduo de su mito, se esforzó porque su patria adoptiva fuese dueña de su destino. Ixcuina fue la nodriza benévola que, según el mito, era la vegetación naciente de la costa del Pacífico que en su manto encubría y se cubría de huehuetéotl, el viejo Dios del Fuego, para corregir o combatir muchos de los vicios sociales”, relata.
“Está sola virtud fue suficiente para que a Jorge Alberto Macías Gutiérrez se le dedicara un mausoleo en la memoria y el corazón de todo escuinapense. Porque cuanto hizo, la alegoría nos dicta que su paso por esta vida fue casi una reencarnación del perfil mítico que le dio a Escuinapa.
Como médico fue pediatra; como hombre de campo, hortícola (los mangos en su haber); como luchador social, político militante del "bien común"; como funcionario público, desfacedor de entuertos; como relator cronista, destacado; y como investigador un esforzado combatiente por la verdad y la identidad”.
Macías nació en Guanajuato, un 18 de septiembre de 1934, por lo que antes de morir iba a cumplir 79 años, de los que más de 50 años se los dedicó a su nueva patria. Llegó muy joven, 28 años como médico general, pero a la edad de 31 se dedicó a la pediatría.
“Esculcó todos los rincones geográficos de Escuinapa y sus colindancias. Pareciera que llevaba un inventario puntual de los acontecimientos a partir de distintas líneas de investigación que su motivación heurística le indicaban. Desde entonces, más que por su filiación política, que la vestía con humildad y servicio, mantuve una relación constante por su vocación a la historia, a la crónica y a la investigación de la identidad de los pueblos”.
Sus "Viñetas Escuinapenses" fueron una revelación; su monografía sobre Escuinapa su consagración; su Natividad Toledo, una confirmación de escritor, investigador, historiador y cronista.
En sus "Viñetas", el propio doctor Macías revela cómo fue su inclinación hacia la historia escuinapense:
"Hace treinta y tantos años, al llegar a Escuinapa, comentaba y preguntaba con los vecinos cuál sería la antigüedad de Escuinapa como pueblo y como asentamiento humano; y poco era lo que me podían explicar".
Y como poco fue lo que obtuvo, él mismo se puso a investigar con apoyo en estudios realizados por antropólogos de universidades de Nueva York y Búfalo. A partir de entonces (1968), empezó a rescatar y escribir la memoria escuinapense.
CONDECORACIÓN
El doctor Macías recibió el reconocimiento de la Academia de la Historia Regional de Texcoco en el marco del Undécimo Congreso Nacional de la Crónica, de manos del historiador Dr. Miguel León Portilla.