Rosario, Sin.- Cerca de cien años han pasado ya del incendio del tiro de San Antonio, un suceso el cual marcó la época minera y cobró la vida de cuatro jóvenes trabajadores de las minas.
El cronista rosarense y responsable del museo regional de historia, Leopoldo José H. Bouttier, relata lo sucedido a mediados del mes de mayo de 1992, de acuerdo a los registros históricos que se tienen en El Rosario.
Fue el 16 de mayo de 1922, cuando la quietud del viejo mineral se vio interrumpida por una noticia que aterrorizó a las familias rosarenses; el Tiro minero de San Antonio ardía en llamas.
"La noticia luego comenzó a correr, la gente estaba asustada por el riesgo que corrían a causa del incendio, se sabía que esto podría causar una tragedia mayor".
Del Tiro salía mucho humo, se decía, por haber estallado un incendio en el cuarto de máquinas del piso 500 de la Mina. Esto causó que en los niveles inferiores las máquinas de bombeo del agua dejarán de funcionar, por lo que fue necesario que bajarán cuatro operarios para encender las bombas del nivel 800.
Los operarios fueron los jóvenes: Joaquin Jarero Sotomayor, José Arce, Juan Castañeda y Charles Ellios, de origen suizo.
Estos llegaron hasta el Tiro inclinado, en el nivel 900, la parte más profunda de la Mina. El fuego se propagó porque la madera de los ademes se incendió, lo que produjo que el aire respirable se enrareciera y los gases de nitrato invadieran los pisos inferiores.
Se estableció que Joaquín Jarero falleció en el punto llamado "Zacatecas" tratando de hacer funcionar un malacate para proteger a sus compañeros. Los otros tres operarios, Arce, Castañeda y Ellios, descendieron hasta el nivel 900 para evitar que el agua subiera, y contener la inundación de las galerías y el tiro principal, así como de hacer funcionar las válvulas de aire.
Según el peritaje realizado por el agente del Ministerio público Ángel López Portillo, estos tres fallecieron de manera casi "inmediata" por las concentraciones del gas mortal.
Este hecho conmovió al pueblo del Rosario por muchos años. Estas acciones, sin duda alguna, salvaron las vidas de muchos rosarenses y vieron los riesgos de la vida de un minero.
"Este no fue el único incidente que se registró en la época minera, pero sí uno de los más marcados por haber cobrado la vida de esos cuatro jóvenes".
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