Escuinapa, Sin.- La plazuela Ramón Corona ha sido por muchos años un sitio que ha dado vida a pequeños comercios gastronómicos los cuales con el paso de los años han ido dejando de funcionar.
Uno de esos comercios que surgieron en la plazuela principal de Escuinapa, es el puesto de hot dogs “El ratón”, un establecimiento que ha pasado a formar parte de la historia y tradición de este municipio, ya que tiene cerca de cincuenta años funcionando.
Este establecimiento actualmente está funcionando a cargo de Jorge Alberto Altamirano Cruz quien es nieto de Don Martín Cruz quien era bien conocido por los escuinapenses como “El ratón”, nombre el cual lleva este negocio.
Jorge Alberto platicó un poco de la historia de este pequeño establecimiento que ha sido el sustento de su familia además de ser parte de la esencia de él, lo cual le fue inculcado por su abuelo.
Comentó que fue exactamente en el año de 1975 cuando su abuelo “El ratón” inició con la venta de los hot dogs, en esos años eran pocos los establecimientos que existían sobre la venta de este platillo.
“Mi abuelo buscó poner un negocio, en ese entonces fue a pedir el permiso ahí a la presidencia municipal y lo dejaron que se pusiera aquí donde estamos ahorita, a un lado de la iglesia y donde sigue la tradición”.
Dice que desde los 13 años de edad él se iba ayudarle a su abuelo “No era mucho lo que hacía, le ayudaba a dar los refrescos, a hacer los mandados que ocupara, pero a esa edad yo me venía ayudarle a mi abuelo”.
Durante 25 años aproximadamente fue que don Martín “El ratón” se mantuvo al frente de su comercio, todos los días se le veía caminar empujando el carretón desde su casa en la calle Francisco I Madero hasta llegar a la plazuela Ramón Corona.
Fue hace 20 años cuando don Martín falleció, desde entonces Jorge Alberto se quedó con el negocio el cual a pesar de haber tenido ya otros trabajos, prefirió dejarlos de lado y seguir con la venta de los hot dogs.
Actualmente sigue vendiendo en el mismo lugar donde su abuelo emprendió el negocio, pero ahora lo hace acompañado de su esposa, la señora Carmen.
“Aquí hay gente que viene todos los días a comerse un hot dogs, vienen y se sienten en las bancas de la plazuela y de pasada se compran su hot dogs”.
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Relató que hace algunos años, hubo un presidente municipal quien intentó quitarlo del espacio en el que trabaja, con el argumento de no permitir los establecimientos sobre la plazuela, situación que no se llevó a cabo.
Para finalizar, dice que él va seguir con su negocio siempre hasta que las fuerzas le den para hacerlo, ya que de este pequeño establecimiento su familia se ha mantenido toda la vida.
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