Escuinapa, Sin.- Los campos agrícolas de la zona del valle de Escuinapa son testigos de la difícil situación que viven las familias de jornaleros migrantes que dejan sus hogares en los estados del sur del país en búsqueda del sustento económico.
Los primeros días del mes de septiembre, que es cuando inicia la temporada de trabajo en los campo agrícolas de Escuinapa, es la fecha en la que inicia el arribo de cientos de familias que acuden en búsqueda de empleo y que permanecen en este lugar durante varios meses, la mayoría de ellos hasta el mes de mayo del siguiente año, que es cuando concluye la temporada de cosecha de hortalizas.
La jornada de trabajo de estas familias inicia todos los días alrededor de las 5:00 o 6:00 de la mañana y culmina hasta las 7:00 de la tarde.
Victoria "N" es madre de una de estas tantas familias; entre carencias, duro trabajo y falta de apoyo por parte del gobierno, trata de ganarse la vida.
Comenta que ella, su esposo y sus hijos provienen del estado de Guerrero, en donde tienen su hogar, en el cual pasan cuando más cuatro meses del año, que es cuando el trabajo del campo se termina.
Relata que para poder llegar hasta la sindicatura de la Isla del Bosque, en Escuinapa, que es donde radican el tiempo que laboran por el sur de Sinaloa, tiene que hacer un viaje de un día completo.
"Soy de Guerrero, venimos de lejos pagando el pasaje, venimos buscando qué comer, venimos de lejos, son 24 horas desde mi pueblo hasta aquí, a la Isla del Bosque".
La falta de empleos en su tierra es el principal motivo que los hace a ellos dejar sus casas y migrar a Sinaloa.
"Allá en nuestra tierra no hay trabajo, es por eso que venimos hasta acá a buscar qué comer, el dinero que guardamos de lo que ganamos aquí, lo usamos para comer cuando regresamos a nuestro pueblo y a esperar que vuelva a ver trabajo aquí para regresarnos".
Uno de los principales problemas a los que estas familias se enfrentan es el tener que llevar a sus hijos a los campos agrícolas, quienes pasan el día corriendo entre los surcos de tierra mientras sus papás trabajan.
"Tenemos que traernos a los niños, no los podemos dejar allá, la mamá viene a trabajar y se los tiene que traer, no tenemos donde dejarlos".
Al estar en las comunidades del valle de Escuinapa, estas familias se ven en la necesidad de alquilar una vivienda, la cual tiene un costo de entre mil y dos mil pesos mensuales, dependiendo de la necesidad.
Cada uno de los integrantes de estas familias de jornaleros, quienes ya tienen la fuerza suficiente para poder trabajar en el corte de chiles, tomates u otros productos que se cosechan en esta zona, alcanzan a obtener ingresos de entre los 500 y mil pesos diarios, los cuales tratan de ahorrar lo más posible para cuando llegue el momento de regresar a sus hogares.
Al sur de Sinaloa arriban cada año alrededor de 13 mil personas que son jornaleros migrantes, de los cuales se estima que el 40 por ciento son menores de edad y de ellos el 70 por ciento termina en los campos agrícolas.
Los jornaleros y sus familias se albergan mayormente en las comunidades de Isla del Bosque y Teacapán y en menor número, en las comunidades de Celaya, Palmito y Cristo Rey, en el municipio de Escuinapa.
En la zona del valle de Escuinapa se cuenta con un albergue para dar alojamiento a estas familias, el cual tiene una capacidad aproximada para 70 familias.
Se tiene otro en construcción en la sindicatura de Teacapán, pero todavía no entra en operación.
Lee más aquí ⬇