Escuinapa, Sin.- Luego de ser por varias décadas una de las principales fuentes económicas y sustento de cientos de familias escuinapenses, la producción de sal ha quedado prácticamente en el olvido.
Este mineral, de acuerdo a la historia de Escuinapa, se producía desde la época prehispánica durante la temporada de sequía en los esteros y marismas del municipio, que comprende desde los meses de febrero o marzo hasta cuando caen las primeras lluvias, las cuales impiden que se pueda realizar esta actividad.
La zona donde se produce sal en este municipio es principalmente en los esteros que se encuentran en ambos costados de lo que es ahora la carretera estatal Escuinapa-Teacapán, desde La Guanera hasta poco antes de la comunidad de Celaya, en donde se instalaban decenas de ranchos salineros donde los hombres vivían con sus familias durante toda la temporada de producción.
En una investigación realizada por el finado cronista escuinapense Jorge Alberto Macías Gutiérrez, la cual plasmó en su libro “Monografías de Escuinapa”, se relata cómo fue el surgimiento de la explotación de la sal de manera comercial y el ocaso que tuvo esta misma.
LOS INICIOS
La época de bonanza de la explotación de la sal en el municipio de Escuinapa se dio cuando los hombres que se dedicaban a la actividad optaron por organizarse para tener una mejor ganancia por la sal.
Fue entonces, en el año de 1928, cuando se formó la primera cooperativa salinera en Escuinapa, la cual llevó por nombre “Sociedad Cooperativa General Juan Carrasco”, la cual fue organizada por Diego Peregrina Campero. Se inició con un total de 400 socios, todos ellos productores de sal.
También puedes leer: Historias del Sur: Los inicios del mango en Escuinapa
Esta misma cooperativa, después de poco más de una década cambió de nombre a “Sociedad Cooperativa Salineros Unidos de Escuinapa”.
Durante los primeros años en los que se trabajó la sal ya de manera organizada, esta se trasladaba de los ranchos salineros hasta la cabecera municipal en Escuinapa, en carretas jaladas por animales, para después encostalarlas en sacos de Yute de 100 kilogramos y enviarlas al mercado nacional por el ferrocarril.
En la década de los años 30 y 40, cuando se formalizó la actividad salinera, se producían entre 10 mil y 15 mil toneladas de sal por temporada. Eran tres tipos de sal las que se producían en ese entonces, que eran la de cuajo grueso, espumilla y beneficio, cada una de ellas tenían diferente uso en el mercado.
Los dividendos que dejaba la comercialización de la sal para la cooperativa eran favorables, por lo que la necesidad de contar con un espacio propio para el almacenamiento de esta era apremiante.
Así, se adquirió un terreno en el año de 1942, el cual es en donde actualmente se encuentra ubicada la tienda comercial Ley; asimismo, se compraron vehículos para facilitar el traslado de la sal, como camionetas y un camión de carga.
Los cambios de administración en la cooperativa se daban cada dos temporadas, por lo que se llevaban a cabo las asambleas para que todos los socios dieran el nombramiento de quienes llevaban las riendas de la cooperativa.
En el año de 1957 se dio un cambio favorable para la actividad, ya que la administración de ese año aplicó recursos para mejorar la producción y se construyó una bodega moderna, se adquirieron básculas, además de que se inició el yodatado de la sal y encostalado en sacos de plástico, algo que ya el mercado lo requería.
LAS COSAS CAMBIARON
Posteriormente a esta época, la actividad comenzó a tener altibajos que poco a poco generaron muchas mermas, uno de los factores fue la producción de sal en Guerrero Negro, por lo que ya resultaba más difícil poder vender la sal que se producía en Escuinapa. El mercado se ponía cada vez más difícil.
Además, la cooperativa inició a tener severos problemas financieros, los cuales se dieron por los malos manejos de los dirigentes.
Lo último de la cooperativa fue la venta de los bienes que aún se tenían, como el almacén y el terreno, los cuales fueron vendidos en 575 mil pesos, además de la venta de las últimas tres mil toneladas que se tenían almacenadas.
Con el recurso que se obtuvo de la venta de todo eso, se llevó a cabo la liquidación de los socios que quedaban activos aún, que fueron 178 en total, de 400 que en su momento llegaron a conformar dicha cooperativa.
Tras la desaparición de la cooperativa, la actividad prácticamente dejó de ser costeable para quienes en su momento se dedicaron a producir sal.
En la actualidad son solamente dos o tres familias las que trabajan la sal, pero los dividendos que se generan ya no se comparan con los que se tuvieron en su época de bonanza.
Los hermanos “Gómez” realizan la actividad de la producción de sal, ellos cada año trabajan en el rancho “El Cuarrán”, en la zona ubicada entre La Estacada Celaya.
Ellos aplican las mismas técnicas para la explotación de la sal, como se utilizaba hace casi cien años, la cual es la formación de las llamadas “eraz”, en donde vacían la poca agua que queda de los esteros y se pone a cuajar.
Ya después de dos o tres días que se forma la capa de sal, esta es recogida y se pone a secar entre dos o tres días, para posteriormente poder ser aprovechada y comercializada.
Lee más aquí: