Mazatlán, Sin.- Alrededor de 30 familias precaristas invaden terrenos contiguos al arroyo Jabalines, en una zona considerada como de alto riesgo, para levantar cuartos de lámina y cartón que servirán como viviendas y locales para estanquillos y puestos de venta de alimentos, a la altura del asentamiento irregular Ampliación Bugambilias La Esperanza.
El grupo de invasores señaló a El Sol de Mazatlán que son las mismas personas que ya fueron retiradas por la administración municipal pasada y que por no dárseles opciones de vivienda, volvieron a apostarse en esa zona.
Insistieron en que por necesidad están ahí, pues las autoridades municipales no han respondido a sus demandas de un terreno dónde edificar sus casas y, mucho menos, abrir fuentes de empleo.
Aída, Mónica, Sandra y Mireya, quienes forman parte del comité de representación del grupo de invasores, dijeron que el terreno se dividió en 30 lotes chicos para negocios de familias necesitadas, la mayoría son personas de la tercera edad que no tienen un ingreso fijo o personas con varios hijos, principalmente madres solteras.
“Somos gente que queremos trabajar, yo aquí tengo la tiendita otros para vender ropa, hay mucha gente que ocupa un espacio para construir su casa, mujeres con dos o tres criaturas, es la gente que la quitaron una vez, están volviendo, es la misma gente”, expresó Aída.
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Ante el riesgo de sufrir inundaciones en tiempo de lluvias, comentó que todo Mazatlán es zona de alto riesgo porque la mayoría de las colonias fueron asentadas en zonas bajas, inclusive, agregó, hay fraccionamientos como El Cid, El Toreo y La Marina que se han inundado de agua varias veces, mientras que la Ampliación Bugambilias La Esperanza, que tiene 7 años, nunca.
Mónica “N” refiere que la gente que decidió extender la invasión hasta la avenida Manuel J. Clouthier, lo hizo por necesidad, pues no cuenta con ingresos y que busca vender ropa usada, fierros viejos, comida, cena, gorditas, atole o hacer su negocio.
“Los que vivimos aquí es porque tenemos necesidad, queremos que el gobierno nos ayude y apoye, en cuestiones como limpiar el canal, poner alumbrado porque las calles están oscuras, casi no se mete la policía por acá, eso debe ayudar el gobierno”, apuntó.
Por su parte, Sandra “N” dijo que todos en Mazatlán tienen derecho a un techo y a un pedazo de tierra donde vivir, y lo que se busca es un espacio dónde vender y trabajar.
“Queremos trabajar, ya ve que con la pandemia estamos desempleados. Primero se pusieron tres locales y de ahí empezó, ahora nosotros estamos abriendo 30 espacios para vivienda y negocios pequeños”, indicó.
Señalaron que ya son más de 500 familias las que viven en la invasión, a un costado del arroyo Jabalines, la cual se extiende ahora desde la avenida Clouthier hasta la calle El Walamo, del fraccionamiento Bugambilias La Esperanza.
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