Mazatlán, Sin.- A través de un micrófono y un estilo muy particular de denuncia, Jorge Alberto Rodríguez Pasos se popularizó en el puerto con su programada radiofónico “En la mira”.
Se trataba de un espacio en el que la ciudadanía llamaba por teléfono a la cabina para exponer las problemáticas de su barrio y denuncias contra autoridades municipales y agentes de policía que violaban derechos humanos en detenciones arbitrarias.
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Ahí, el Pasos, como se hacía llamar, construyó una imagen que a la postre le sirvió para entrar en la política y buscar un puesto como representante popular por Mazatlán.
Con la llegada del nuevo milenio, en el 2000, Pasos se convirtió en candidato del Partido del Trabajo por el extinto Distrito 08 federal, que por aquellos años correspondía al casco urbano de Mazatlán, una demarcación que históricamente se había distinguido por premiar o castigar con el voto al partido en turno.
El día de la elección federal, aquel 1 de julio de 2000 que encumbró al PAN por primera vez en la Presidencia con Vicente Fox Quesada, Pasos se impuso a la candidata del PRI Esperanza Kasuga, algo imposible de creer, ya que la empresaria de origen japonés tenía todo el respaldo de los “sectores vivos” de Mazatlán.
Su paso por la Cámara de Diputados fue gris, apenas unos meses, cuando en una operación política del PT lo designó como su candidato a la alcaldía mazatleca.
En aquel 2001 Alejandro Higuera Osuna era el alcalde porteño, el cual daba continuidad a un panismo que se veía fuerte en Mazatlán, pues su antecesor también era emanado de las filas del blanquiazul, Alejandro Camacho Mendoza.
Pasos contendió contra Carlos Felton, quien recién había dejado la gerencia de la Jumapam por no ser el delfín de Higuera para la Presidencia Municipal.
El día de la elección, el 11 de noviembre de 2001, Mazatlán se cimbró con el asesinato de dos magistrados de circuito en el fraccionamiento El Cid, pero este hecho no socavó la elección.
Entre Higuera y el Pasos había rencillas, ya que el primero era uno de los personajes a los que el segundo solía atacar en los micrófonos de “En la mira”.
Llegado al poder municipal y con un Cabildo conformado por personajes que a cada rato daban nota, la estructura de gobierno se volvió un desastre.
Pero el hecho que marcó su presidencia fue que en un fin de semana de enero de 2002, propinó una fuerte golpiza a su entonces esposa Consuelo Olivas, que la mandó al Hospital Militar.
De inmediato fue enterado el comandante de la Tercera Región Militar de ese tiempo, el General de División Tomás Enrique Salgado Cordero, de quien se dice informó al Gobernador Juan Millán Lizárraga, hecho que le cayó como “anillo al dedo” al mandatario estatal para comenzar a fraguar su salida del Gobierno de Mazatlán.
En las siguientes semanas Millán Lizárraga, asiduo a realizar eventos en el puerto para promocionar a la Perla del Pacífico, “abandonó” al puerto, pues fue notorio el distanciamiento entre ambos personas, pero la ruta ya estaba clara y la única vía posible para el mandatario estatal era el desafuero.
Con un Congreso mayoritario del PRI, se inició un juicio de procedencia que terminó en el desafuero de Pasos, quien ya no tenía peso político en la ciudad.
En ese periodo de gobierno Mazatlán tuvo tres alcaldes: Pasos, Gerardo Rosete y Ricardo Ramírez.
En los siguientes Pasos se casó con Guadalupe Valle, con quien a la postre tuvo dos hijas.
Como si se tratara de una reedición de su primer matrimonio, en 2020 volvió a ser noticia local al sustraer a sus dos hijas menores sin el permiso de la mamá.
Guadalupe Valle inició una cruzada para que su ex marido le entregara a sus hijas, pero el Pasos y las menores se “esfumaron”, nadie sabía de ellos.
El año pasado la Fiscalía General del Estado giró una orden de aprehensión contra Jorge Pasos por el delito de sustracción de menores y violencia vicaria, y ofrecía una recompensa de 1 millón de pesos a quien proporcionara información de su paradero y de las niñas.
La semana pasada se supo que había ingresado grave al Hospital General de Mazatlán, por lo que su ex esposa y un colectivo feminista de Culiacán exhortaron a las autoridades a no permitir que huyera de nuevo.
La Fiscalía General del Estado asignó policías para su custodia, pero al día siguiente la propia fiscal dijo que por el momento no se le detendría.
Este miércoles Jorge Alberto Rodriguez Pasos falleció en el nosocomio tras siete días de agonía, dejando atrás un legado de escándalos.