Mazatlán, Sin.- La pandemia del Covid-19 ha logrado poner a prueba el ingenio y talento de las personas para salir adelante. Y más si sufren por la falta de un empleo.
El amor por la cocina y su espíritu emprendedor llevó a Antonio López, de 37 años, a acondicionar un triciclo para vender chilaquiles exprés en la vía pública.
Normalmente este platillo que gusta a todos, se encuentra en un restaurante o una fonda, pero desde hace un mes él inició con el negocio, en una esquina del centro de Mazatlán.
Al quedarse sin empleo por la pandemia, el joven originario de Los Mochis, junto con su socio, planeó durante meses su proyecto, al diseñar su carrito que no es otra cosa que un triciclo adaptado con maderas y un estilo innovador, en donde prepara chilaquiles.
Pero más innovador es que en un espacio rodante tan pequeño traiga todo un concepto moderno para ofrecer una comida muy urbana, de buen gusto y tradicional como son los chilaquiles.
Con orgullo, Toño presume que para que sus chilaquiles estén calientitos cuenta con una estufa pequeña y un tanquecito de gas dentro de la caja del triciclo.
Para preparar los chilaquiles sencillos, coloca los totopos en un plato contenedor con una de sus tres salsas a escoger, roja, verde o cremosa, luego los baña con una salsa de frijol negro, pone cebolla morada, cilantro, queso fresco, crema, aguacate y le puede agregar huevo cocido, pollo o carnitas.
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"Nació la idea de lanzarnos con carritos porque estaba el concepto de las bicicletas y empezamos con este, que son los chilaquiles, pero nosotros lo quisimos hacer informal, exprés, es un producto que gusta mucho, le adaptamos algunas cosas como el huevo cocido y meterle un concepto urbano, nuevo".
Los chilaquiles no tienen el estilo propio de un lugar, con lo que ha probado aquí, allá y lo que le gusta fue creando el propio y la salsa cremosa es la que más ha gustado por su sabor diferente.
Comparte que anteriormente emprendió un restaurante de mariscos estilo Sinaloa en Monterrey, pero no se le dio y lo cambió a hamburguesas, alitas y ensaladas, pero cuando llegó a Mazatlán quiso hacer algo diferente.
Aquí hay muy buenos lugares de hamburguesas y tendría una competencia fuerte, por eso quise hacer un cambio, algo nuevo y salió esto.
Toño
Afortunadamente ha gustado y la gente de Mazatlán apoya a los emprendedores, por lo pronto seguirá probando este punto y aprovechar para aprender lo que es el negocio. El segundo paso sería abrir otra ubicación, además de tener otro carrito para eventos y poder moverse a diferentes lugares y poder llevar los chilaquiles Shilo.
"Me gusta la vida aquí, la playa, el mar, siempre había tenido la intención de vivir en Mazatlán, por el momento no tengo la intención de moverme, estoy cada vez más a gusto, me gusta la vibra del puerto".
Si usted quiere probar los chilaquiles Shilo lo único que tiene que hacer es darse una vuelta por la esquina de Luis Zúñiga y Guillermo Nelson, a una cuadra de la plazuela Zaragoza.
El costo del platillo es de 50 pesos y con proteína 70 pesos.
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