Mazatlán, Sin.- Los ganaderos del sur de Sinaloa enfrentan la peor crisis en la última década por la falta de agua y alimento para sus hatos, lo que ha generado una crisis económica y productiva sin precedentes.
La situación para los más de 4 mil productores de Mazatlán, San Ignacio, Concordia y Escuinapa es la misma, la falta de lluvias y altos costos de operación los han orillado a vender sus cabezas de ganado para salir adelante.
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La Asociación Ganadera Local de Mazatlán estimó que en los últimos dos meses han tenido que vender alrededor de 3 mil 500 reses en el sur de Sinaloa, para evitar registrar más pérdidas, pues con la falta de agua y alimento pierden peso y se pone en riesgo la supervivencia de los animales.
La cuenca lechera más importante de Sinaloa se encuentra en Mazatlán y está conformada por alrededor de 2 mil 300 ganaderos en el municipio.
En el caso de Mazatlán es donde más ganaderos se han tenido que deshacer de sus hatos, principalmente en la zona de El Walamo, El Quelite, luego sigue San Ignacio, Concordia y Escuinapa, con pérdidas económicas que se calculan en más de 52 millones de pesos.
Parte de esta crisis se debe a la sequía y falta de agua en las presas.
El 94 por ciento de la superficie de Sinaloa tiene problemas de sequía, esto es 19 de los 20 municipios. Además, las presas se ubican al 22 por ciento de su capacidad, el nivel más bajo de los últimos 30 años.
Venta y sacrificio de ganado
El presidente de la Asociación Ganadera Local de Mazatlán, José Antonio Lizárraga Rivera, señaló que la situación es grave, pues más de 3 mil 500 cabezas de ganado han sido sacrificadas o vendidas debido a la imposibilidad de mantenerlas.
“Hay muchas partes donde no tienen alimento y se han dado a la tarea de vender. De hecho, hay ranchos que ya han vendido todo el ganado. Estamos hablando de un reporte de más de 3 mil 500 cabezas que se han vendido a un bajo precio, de 15 mil pesos por cabeza", explicó.
Además de las pérdidas en el sector ganadero, la sequía también ha afectado a la economía local y al bolsillo de los consumidores.
En Mazatlán los precios de productos lácteos y carne se han elevado, lo que ha generado preocupación entre los habitantes que enfrentan un aumento en el costo de vida debido a la reducción en la oferta de estos productos.
Para enfrentar la crisis, los ganaderos han comenzado a construir pozos artesanales y han solicitado apoyo al Gobierno municipal para la elaboración de represas y bordos abrevaderos.
Y no se quita el dedo del renglón con el tema de la construcción de la planta de leche Liconsa en Mazatlán.
Además, en una reciente reunión con la alcaldesa Estrella Palacios Domínguez, los productores gestionaron la entrega de semillas para enfrentar la temporada de estiaje, la cual se prevé incierta debido a la falta de lluvias continuas.
El panorama es aún más complicado porque el sector ganadero ha sido excluido de los beneficios de riego provenientes de las presas Picachos y Santa María, lo que limita su acceso al agua, recurso esencial para su actividad.
Favorece descenso en las temperaturas
El dirigente ganadero reveló que el descenso de la temperatura empieza a favorecer al sector, ya que el clima fresco que anuncia la temporada invernal estimula la producción de leche en las vacas.
Mencionó que han observado un incremento en la producción de leche de 10 mil litros, actualmente producen 90 mil litros diarios, de los cuales 60 mil van para los queseros del sur de Sinaloa y 30 mil a las pasteurizadoras.
Sin embargo, todavía sigue pendiente la reunión con las empresas pasteurizadoras para gestionar el aumento del precio en el que compran por litro, y que se ha pospuesto hasta inicios de 2025 por motivos de agenda y la inseguridad.
San Ignacio
Los ganaderos de San Ignacio también emprendieron la venta de sus animales, antes de que pierdan peso y tengan mayores pérdidas económicas porque la falta de agua agudiza la situación en esta zona de Sinaloa.
Martín Ignacio Zúñiga Manjarrez, presidente de la Asociación Ganadera local en San Ignacio, presidente de la Asociación Ganadera local en San Ignacio, indicó que son varios los hatos vendidos por los socios, ya que conforme pasa el tiempo la situación es más crítica para ellos, debido a que sin agua tampoco hay alimento para los animales, y de tardarse, más pronto comenzarán a perder peso y será más difícil tener demanda en el mercado.
“Estamos checando que las presas tienen poca agua, vamos a valorar, ya estamos vendiendo ganado, porque ahorita es cuando está el ganado en condiciones de peso, es cuando el pasto está maduro, antes lo hacíamos en noviembre, pero ahora desde septiembre y octubre nos adelantamos a vender ganadito, sobre todo, los que vamos detectando”, expresó.
Compartió que en sus 60 años de vida no le había tocado ver un panorama tan desolador para el sector primario de San Ignacio, donde los ganaderos tengan que estar ya de manera temprana deshaciendo de sus animales.
"Se ve una situación compleja ante la falta de lluvias, en otros tiempos septiembre representaba la salvación y este año fueron escasas e insuficientes para las labores", lamentó.
Concordia
En Concordia muchos ganaderos han tenido que trasladar a sus animales a otras zonas en busca de recursos, mientras que otros se han visto obligados a sacrificarlos por la escasez de sustento.
El dirigente de la Asociación Ganadera Local de Concordia, Pablo Castillo Pacheco, abundó que enfrentan su peor crisis en años debido a la falta de agua y alimento para sus hatos, lo que pone en riesgo la supervivencia de sus animales en pleno noviembre.
Explicó que algunos productores han intentado traer agua mediante pipas o vehículos particulares, pero la falta de pasto hace insostenible el mantenimiento de los animales en las áreas afectadas.
“Sin duda estamos luchando al 100 por ciento en el municipio, no hay suficiente agua ni comida para los animales. Los que están en los agostaderos prácticamente ya no encuentran comida y tienen que bajarse”, enfatizó.
Escuinapa
En el caso de Escuinapa la situación es la misma, si bien el frente frío número 10 y la primera tormenta invernal dejaron lloviznas, no se resuelve la escasez de agua.
El presidente de la Asociación Ganadera de Escuinapa, Antonio Herrera, expresó su preocupación por la falta de lluvias.
“Todo sigue igual, la lluvia era la esperanza hasta para que naciera la siembra. Las tierras que dedica uno para sembrar pastura no dejan de ser tierras delgadas, y si no llueve, no hay”, puntualizó.
Ante la crisis hídrica, los ganaderos solicitaron apoyo al presidente municipal, Víctor Manuel Díaz Simental, y buscan reunirse con la Secretaría de Agricultura y Ganadería para asegurar recursos en el presupuesto 2025 destinados a garantizar agua y alimento para el ganado.
En este contexto, los ganaderos locales han hecho un llamado urgente a las autoridades para implementar medidas eficaces y sostenibles que les permitan salir de la crisis y garantizar el futuro del sector ganadero en Sinaloa y en todo México.
De lo contrario, advirtieron, la situación podría empeorar y afectar no solo la economía local, también la estabilidad de los precios de los alimentos a nivel nacional.
Caída en ganadería
Según los datos del tercer informe de Gobierno en Sinaloa, este 2024 la ganadería producirá 348 mil 166 toneladas con un valor de 16 mil 301 millones de pesos, lo que representa el 25 por ciento menos de productos ganaderos y una caída del 12 por ciento en el valor de la producción pecuaria, por lo que no se cumple la meta de crecimiento del PIB primario del Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027.
En cuanto al estatus zoosanitario para exportar a Estados Unidos, si bien es cierto que hay avances en el barrido para detectar hatos enfermos y la prevalencia es del 0.07 por ciento, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) establece 0.5 por ciento para el estatus de Acreditado Preparatorio, la realidad es que mientras USDA no haga una supervisión y verifique estos datos no se puede dar válida la meta.
La situación de Mazatlán refleja un fenómeno más amplio que afecta a varias zonas productoras de carne en el país.
Según el Banco de México el 74.9 por ciento de la producción bovina en el país depende del pastoreo, lo que pone en riesgo tanto los ingresos de los ganaderos como la oferta de carne de res.
En estados como Jalisco y Veracruz, los cuales producen aproximadamente una cuarta parte de la carne de res en el país, los efectos de la sequía también son palpables.
El análisis revela que el riesgo de periodos de estiaje más largos y frecuentes podría afectar la oferta de carne a corto plazo, y aunque a mediano plazo los precios puedan aumentar, los ganaderos se ven forzados a vender el ganado antes de tiempo, lo que reduce el peso de los animales y su valor en el mercado.