Culiacán, Sin.- Sol Castro ingresó a Cruz Roja en el año 2014, con grandes ilusiones de ayudar a la comunidad, sin pensar que seis años después una “era pandémica” llegaría para cambiar las formas de trabajar en las ambulancias.
En febrero de 2020, ya por terminar el mes, se detectó en Sinaloa el primer caso de SARS-CoV-2, un virus que para los expertos resultaba difícil de comprender; todos los países tomaban extremas medidas ante la nueva enfermedad, y en México se llamó a la población a una cuarentena obligatoria.
Las dudas dentro de Cruz Roja llegaban con cada caso nuevo detectado, María del Sol se cuestionaba a sí misma qué seguía. ¿Cómo se iba a trabajar dentro de la ambulancia? ¿Qué pasaría si alguien se contagiaba? ¿Cómo se iban a cuidar? Y sobre todo su miedo llegaba al pensar en sus hijos, ¿Cómo los tenía que proteger?
Castro recuerda su primer servicio por Covid-19 con orgullo, aunque en ese momento la ansiedad estaba presente, dentro de su guardia había miedo y cuando les llaman para un caso donde se atendería a un paciente que aparentemente padecía del virus.
Sol se envalentonó y tomo el servicio. Con sumo cuidado, se metió en el traje especial y con el corazón a mil por hora subió a la parte trasera de la unidad de socorros. Cuando salían de la estación, Castro Corona se sentía tranquila. Sin embargo, a medida que se acortaba la distancia hacia el domicilio, las dudas regresaron.
María del Sol se cuestionaba sobre todas las posibilidades, sobre lo malo que podía pasar estando con el paciente.
Al llegar, los familiares del paciente informaron a la socorrista que este había fallecido, por lo que sus compañeros informaron por radio que procedían para entrar en el domicilio donde Castro Corona sería la única en entrar.
Al estar dentro de la habitación donde yacía el hombre sin vida, Sol señaló a los familiares de este apagar el aire. A simple vista su labor se limitaba a revisar si el paciente había fallecido, ya que es ese momento no contaban con un equipo que pudieran utilizar en ese tipo de casos.
Ya de regreso a la base de nueva cuenta en la parte trasera de la ambulancia Sol viajó en soledad, y así al llegar a la delegación debía seguir una serie de protocolos para desmontar el traje y desinfectarse ella y la ambulancia.
EXPERIENCIA
Fue a partir de esta situación que Castro Corona, desde su experiencia, fue llamada para apoyar en los cursos impartidos a los estudiantes y compañeros sobre el uso correcto del equipo para Biocontingencia y enseñar a sus compañeros que, a pesar de la pandemia, podían protegerse para seguir dando atención a la comunidad.
María debió aprender nuevas formas de aplicar las maniobras, se convirtió en maestra de oficio, impartiendo cursos vía Zoom desde su experiencia.
Los trabajos para esta socorrista se duplicaron, y así, de estar en la base brindando cursos presenciales, pasó a grabarlos, editarlos y desde casa era que se conectaba en la plataforma.
PERFIL
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María del Sol Castro Corona, inició en Cruz Roja en 2014 y de a poco fue formándose como paramédica, tomando distintos cursos, siendo esto lo que la llevó a ser llamada para apoyar en los cursos impartidos por la benemérita.
Así mismo realiza distintas actividades cuando no está en Cruz Roja, siendo madre de 5, como administrativa en una supervisión escolar, es dueña de una empresa de seguridad privada y funge sus labores como encargada de la seguridad industrial de una obra con 30 personas a su cargo, al mismo tiempo que termina sus estudios universitarios como contable.
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