Con más de 400 años de historia, tras haber sido fundado en el año de 1564, el poblado de Chametla, en Rosario, es uno de los sitios que fue parte de la conquista de los españoles.
En la sindicatura que se encuentra en el margen izquierdo del río Baluarte, se encuentran casonas y algunas construcciones que tienen decenas de años de haberse edificado, las cuales son testigos de la historia de este pueblo.
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En medio de la sindicatura se encuentra edificado el templo San Pedro Apóstol, el cual según los datos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), tiene ya un total de 224 años de haberse construido.
De acuerdo a un texto que se encuentra en la parte posterior de la entrada principal del templo, este fue construido por Don José Buenaventura Santamaría en el año de 1798. Él se desempeñó como cura por más de 23 años en Chametla.
“La construcción de la parroquia de Chametla dio inicio el 20 de agosto de 1796, a las 4 de la tarde se tomaron las medidas por el maestro albañil Doroteo y 3 mozos, y después de trazar las líneas, el párroco José de Buenaventura Santa María dio el principio abriendo el mismo el cimiento, hizo una cruz y la firmo para que quedara evidencia de este acto”, dice el texto.
Luego de haber concluido su construcción, en el año de 1799, el templo fue consagrado, esto de acuerdo a información que plasmó el INAH en una placa que se encuentra al lado derecho del acceso principal al lugar.
En una investigación que se realizó por parte de Rubén Romero Ibarra y que fue publicada en el portal, mazatlaninteractivo.com.mx, se expone que el material básico que usaron para su construcción es la piedra cantera, ya que está situado junto al cerro llamado Canteras de Chametla, y su ubicación es de norte a sur, haciendo el pueblo una especie de “V” abierta y en el centro se encuentra el templo, al frente, a orillas del pueblo pasa el río Baluarte, uno de los más caudalosos de Sinaloa.
Las bóvedas de este templo están hechas de ladrillo, y el estilo es de tipo Misión, similar a otras edificaciones de los misioneros franciscanos, cuyas dimensiones son de 6 metros de ancho por 35 de largo, esta edificación fue desarrollada en una planta arquitectónica de nave rasa muy prolongada y con un presbiterio que por sus inflexiones de muros laterales se puede decir que tiene una organización poligonal.
Sus pilastras empotradas con fustes corresponden al barroco tablerado; la iglesia es muy sencilla y funcional y no tiene más decoraciones que la expresada en la clave del arco de medio punto donde aparece la efigie de San Pedro dentro de un medallón circular.
El interior de la nave se cubre con una bóveda de cañón corrido, misma que descarga en una estructura de contrafuertes y muros de mampostería de piedra y ladrillo, el campanario es una sencilla torre sostenida con un amplio soporte.
Una característica de este templo es que en sus sótanos existen unas tumbas en donde descansan restos de sacerdotes de más de 200 años, estas tenían el acceso en el interior del mismo templo, pero fueron sellados con concreto. También se dice que debajo del templo existen algunos túneles, de los cuales uno de ellos tiene salida al río Baluarte, pero no se sabe exactamente dónde está la ubicación de esta.
Este templo es uno de los más longevos que se encuentran en el sur de Sinaloa, siendo construido después de la invasión de los españoles y que actualmente mantiene abiertas sus puertas para los feligreses que acuden de diversas partes del mundo a conocerlo.
Para saber
El templo de San Pedro Apóstol recibió en el año 2018 obras de rehabilitación de la estructura, la cual a más de 200 años de mantenerse en pie ya presentaba signos evidentes del nivel de deterioro que tenía.