Mazatlán, Sin. Después de tres meses de vivir en el confinamiento, María del Rosario Flores Galindo volvió a su trabajo, pues las deudas que acumuló mientras duró la cuarentena demandan ser saldadas.
Este fin de semana, a las 6:00 de la mañana, la comerciante llegó a su puesto de venta de pescado que se encuentra en el embarcadero de Playa Norte, donde inmediatamente colocó el producto que ofrece sobre una mesa de concreto.
Reconoció que la apertura del establecimiento se debió a que se quedó sin dinero, ya que lo poco que tenía lo gastó desde que inició la cuarentena, desde el pasado 20 de marzo.
Acababa de pagar la renta del mes pasado cuando me pidieron la casa, ahora debo este, y pues no tengo dinero y menos para dónde ir, por eso decidí regresar al trabajo.
María del Rosario Flores
Dijo que son mil 500 pesos mensuales los que paga de alojamiento en un humilde cuarto, que se encuentra en un asentamiento que se ubica al norte de Mazatlán.
Además de la renta, señaló, también tiene que finiquitar un adeudo obtenido por el servicio de energía eléctrica, que asciende a 700 pesos, por dos meses.
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Flores Galindo dice que la situación es desesperante, y más porque no hay clientes que compren el pescado que vende, pues un día antes sólo había obtenido 50 pesos en el transcurso de seis horas.
Afortunadamente, aseveró, hay personas que le han ‘echado la mano’ al fiarle producto para que pueda seguir con su trabajo, sin importar el día en que pueda pagarles.
La pronta apertura de las playas, aseguró, es una posible solución al problema por el que atraviesan los vendedores de pescado de Playa Norte, ya que atraen principalmente a personas que gustan consumir el pescado fresco que ahí expenden.
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