Mazatlán, Sin. -Luego de que Acapulco viviera el embate del huracán “Otis”, que destrozó gran parte de la ciudad con sus fuertes vientos, se prenden las alarmas en Mazatlán, donde las torres de departamentos que en la última década han tapizado el Malecón se convierten en un riesgo durante las temporadas de huracanes.
Decenas de "esqueletos" estructurales surgen en la zona costera, uno tras otro, parecen imponentes gigantes indestructibles que forman una pared en el Pacífico; sin embargo, son la base de futuros hoteles o condominios "huecos" por dentro y derrama económica por fuera. “Otis” dejó al descubierto lo endeble que son estos edificios "prefabricados" y el riesgo que representan para quienes los habitan.
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Actualmente, hay alrededor de 90 proyectos de este tipo por toda la zona costera, desde Olas Altas hasta Cerritos; sin embargo, no existe un marco jurídico claro en materia de construcción que garantice la seguridad en este tipo de estructuras que se construyen solo pensando en el beneficio económico que generan. Más del 50 por ciento de ellos sobrepasa los 20 niveles de altura, que es lo permitido, lo que aumenta el riesgo ante los fenómenos meteorológicos.
Los desarrolladores presumen que se realizan con los más modernos materiales, blocks anti humedad y que aíslan el ruido, con sistemas tecnológicos que le permitirán a quienes habitan en ellos controlar todo desde su celular, pero ¿qué pasa cuando llega un huracán?, ¿las paredes, pisos y ventanas son seguros? ¿Las personas pueden resguardarse en un piso a más de 30 metros de altura?
Vulnerabilidad muy alta
Conselva Costas y Comunidades advierte que el puerto tiene una vulnerabilidad física muy alta, tanto por sus condiciones geográficas, como por ser muy susceptible e incapaz de hacer frente a los estragos del cambio climático.
En una publicación del organismo ambiental basada en sus estudios y en datos de diversas instituciones, los especialistas en desarrollo sustentable exponen que se define como vulnerabilidad al grado en que una ciudad es susceptible e incapaz de hacer frente a los efectos adversos del cambio climático, incluyendo la variabilidad y los extremos climáticos.
Entonces plantean qué tan vulnerable es Mazatlán ante eventos hidrometeorológicos extremos como huracanes y sequías.
“Debido a su geomorfología de planicie costera con altos grados de erosión, pendientes suaves, propensión a inundaciones y relativa baja altura con respecto al nivel medio del mar, Mazatlán tiene una vulnerabilidad física muy alta ante el cambio climático”, señala el documento.
Por su ubicación geográfica en el Océano Pacífico, el nivel de peligro ante los efectos de huracanes en el litoral de Mazatlán es alto, particularmente debido a sus altas temperaturas que calientan el agua del mar.
Los escenarios de cambio climático indican incrementos en la temperatura media anual entre 1.4 y 4.1 grados para el 2080. Para el caso de Mazatlán, expone, se pronostica un aumento del nivel del mar por cambio climático de 3 milímetros por año, lo que lo hace aún más vulnerable a inundaciones, ya que la ciudad se encuentra a solo 3 metros sobre el nivel del mar.
Además, hay un alto grado de erosión en las playas de Mazatlán, con pérdidas de hasta 4.7 metros por año en algunas zonas, incrementando su vulnerabilidad al fuerte oleaje.
Edificios al desnudo
Para los hoteleros de Mazatlán, el destructor huracán que azotó Acapulco desnudó muchas cosas, desde la reglamentación en la construcción de centros de hospedaje, pasando por los clausulados de las aseguradoras, sin dejar de mencionar los créditos a los que están sujetos los hoteleros.
El presidente de la Asociación de Hoteles 3 Islas, José Ramón Manguart Sánchez, agregó que algo que le preocupa mucho son los tiempos de alerta, ya que “Ottis” cambio de intensidad en horas y no quiere pensar que pasaría si un huracán impacta Mazatlán de madrugada, cuando todos -huéspedes incluidos- están durmiendo.
Indicó que hay que pensar en la vida de los turistas y de los trabajadores, así como de la comunidad en general, y empezar a tomar acciones anticipadas, para ello es importante estar en comunicación con las autoridades, como el caso de Protección Civil.
“Si comparamos Acapulco, hasta donde tengo entendido, su ciudad está por encima del nivel del mar y Mazatlán está por abajo, por lo que estamos en un escenario donde las vidas de muchas personas estarían en juego”, alertó.
Por su parte, Carlos Berdegué Sacristán, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Mazatlán, resaltó la importancia de que el puerto debe estar listo ante cualquier contingencia meteorológica, poniendo de ejemplo a Acapulco y los estragos que dejó a todos los sectores, enfatizando que en pleno Siglo 21 los fenómenos naturales serán más recurrentes según los expertos.
Puntualizó que todos los sectores, y en su caso el turístico, deben estar atentos con pólizas de seguros, ya que el recurso gubernamental no alcanzará para todos, por lo que estará teniendo un acercamiento con el alcalde para plantear la visión que pudiera servir en un futuro en caso de que Mazatlán pueda ser víctima de algún fenómeno natural.
"Mazatlán tiene que aprender de lo que le pasó a Acapulco, tenemos mucho que trabajar e inspeccionar, hay que revisar todo, desde pólizas de seguros en hoteles y desarrollos inmobiliarios, toda esta tragedia tiene que servir para reflexionar", puntualizó.
Cumplimiento de la norma
El alcalde de Mazatlán, Edgar González Zatarain, indicó que es necesario que el desarrollo del puerto sea ordenado y seguro para evitar desgracias como la ocurrida en Acapulco.
Por ello hizo un llamado a los colegios de ingenieros y arquitectos a hacer las cosas correctamente, cumpliendo con la normatividad y asegurando con esto un desarrollo ordenado que minimice los riesgos y vulnerabilidad de las construcciones en la ciudad.
Aseguró que tanto el gobierno municipal como los desarrolladores deben entrar en una dinámica diferente, que agilice la burocracia, pero siempre observando el cumplimiento de la norma para evitar desgracias como la ocurrida en el puerto de Acapulco con el paso del huracán “Otis”, pues aseguró, Mazatlán es aún más vulnerable.
“Y lo vemos hoy con los desarrollos, hoy vemos edificios con menos cajones de estacionamiento de los que deberían de tener, hoy vemos edificios sin los amortiguamientos, sin los espacios que deben tener al frente, en los laterales; no es un reclamo, es un asunto de decirles que hay cosas bien hechas hay cosas que no están bien hechas, igual nosotros como gobierno aceptamos nuestra responsabilidad, pero yo creo que es hora de ponernos de acuerdo para hacer las cosas bien hoy no los exige la desgracia de Acapulco”, señaló.
Derivado de los resultados de un estudio realizado por expertos en diferentes ramas de la ingeniería en edificios de la ciudad, se determinó la necesidad de conformar en Mazatlán un comité técnico de seguridad en obra que garantice la calidad y el cumplimiento de las construcciones que se realicen a futuro en el puerto.
"Debe estar constituido por especialistas que vamos a traer de la Ciudad de México y de otros lugares que se van a integrar a este comité, que nos van a exigir que cumplamos con cada uno de esos elementos que tienen que ver con la estructura, el vidrio, el aluminio, el PVC antes de que planeación pueda otorgar determinada validación tendrá que estar validado por este comité que vamos a estructurar", detalló.
Registro histórico de huracanes en el Pacífico
El Centro Nacional de Huracanes de Miami en Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), concentra el registro histórico de ciclones tropicales desde 1949 en el Pacífico.
En México han impactado dos huracanes de categoría 5 en el Pacífico, Patricia en 2015 en las costas de Jalisco y a finales de octubre de 2023 Otis, que impactó el puerto de Acapulco.
El ciclón Otis, que impactó el estado de Guerrero el pasado 25 de octubre, rebasó los modelos internacionales de pronóstico meteorológico, pues en menos de 12 horas pasó de ser tormenta tropical a huracán categoría 5. Así pasó de desarrollar vientos de 64 kilómetros por hora (km/h) hasta llegar a 270 km/h.
No es común que un ciclón llegue a su máxima intensidad en un tiempo tan corto, fue un comportamiento atípico. Se rompió el récord histórico de intensificación en México, que era de 24 horas, observado en el huracán Patricia en 2015.
Oficialmente, la temporada de huracanes en el Pacífico mexicano inicia el 15 de mayo y concluye el 30 de noviembre, por lo que todavía el puerto está en riesgo.
Los inversionistas le están apostando a Mazatlán y eso es benéfico para la ciudad, pero antes de pensar en construir la torre más alta de la ciudad se deben tomar en cuenta el tema de seguridad para las personas que vivirán ahí.
Y es que muchas de estas edificaciones se levantan con materiales que no aguantarían un huracán categoría 5 como el que impactó Acapulco. Al existir un vacío legal que regule la seguridad de estos inmuebles, la vulnerabilidad en paredes, pisos, ventanas y estructuras es muy alta.