Mazatlán, Sin.- A no confiarse y ejercer el autocuidado, reforzando las medidas preventivas en lo individual y colectivo como son el uso del cubrebocas y guardar la sana distancia en lugares públicos y cerrados, así como lavarse constantemente las manos o, en su caso, aplicar gel antibacterial, llamó la terapeuta voluntaria de la Línea Covid-19 en Sinaloa, Martha Hernández Lizárraga, tras el repunte de casos en Mazatlán y la entidad.
Insistió que el uso del cubrebocas debe ser obligatorio y no dejarse de usar, ya que ha demostrado ser clave en la prevención y disminución de los contagios por Covid-19.
“Yo insisto mucho en el asunto del cubrebocas, porque no podemos dejar de usarlo, jamás, no estamos todavía para eventos masivos, para tener contactos de grupos numerosos y demás”, expresó.
De acuerdo a información publicada en plataforma por la Secretaría de Salud de Sinaloa, el municipio de Mazatlán encabeza la lista de pacientes activos con 93 casos, le siguen Culiacán con 91 y Ahome con 89.
En los primeros 12 días del mes de junio, el municipio porteño ha registrado 9 jornadas con más de 90 pacientes activos, con picos de 95, 98 y 99, a sólo dos puntos de llegar a semáforo rojo.
En tres días se reportaron 3 decesos por Covid-19 y en 4 del mes en curso, 2 víctimas por este flagelo.
Hernández Lizárraga comentó que además de los contagios nuevos que se presentan en el día, se suma que de cada 5 personas que son tratadas por Covid-19 en las líneas y redes de salud mental, 3 están presentando secuelas colaterales o efecto post Covid-19 que van desde trastornos de la atención y concentración hasta el estrés postraumático.
Comentó que los casos que se están atendiendo en la línea Covid-19 y las redes de la salud mental son pacientes que tuvieron el virus el año pasado y están teniendo secuelas post Covid-19.
“Los efectos post Covid-19 están siendo a nivel físico, síntomas a veces inclusive de trastornos de la atención, concentración o inclusive de pasar al estrés, al estrés postraumático”, apuntó.
Indicó que hay casos en los que el Covid-19 “retraumatizó” a la persona, es decir, pacientes que ya traían traumas previos y se reactivaron.
“Se trata de un porcentaje menor, que al identificar ese tipo de casos, necesitamos la intervención del psiquiatra y ya se canalizan o nos damos cuenta que precisamente son personas previamente traen traumas y requieren otro tipo de atención”, indicó.
Refirió que es importante que la persona que ha tenido el virus se cuide y vigile su estado emocional porque puede sufrir secuelas de la enfermedad, así que tiene que observar cómo está durmiendo, en qué condiciones está la calidad de su sueño, su alimentación y realizar actividades físicas como caminar y salir al sol.
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