Mazatlán, Sinaloa.- La mañana del primero de mayo, Saúl Herrera Camacho, guía de exploraciones de Onca, empresa dedicada al ecoturismo y avistamiento de ballenas y delfines, interrumpió su expedición en mar abierto, luego de que una de sus exploradoras avistará dos tortugas que parecían estar amarradas; se trataba de una tortuga golfina (Lepidochelys olivácea) y una tortuga prieta (Chelonia mydas), enredadas entre sí del cuello y aletas pectorales, por una red de nylon, tipo chinchorro.
El experto no dudó en comenzar el rescate, el cual procedió de manera exitosa, consiguiendo en 10 minutos liberar a las dos tortugas, pero estas corrieron con suerte, ya que esta especie sólo puede soportar aproximadamente entre una y dos horas cargando con el peso de estas redes; se debilitan rápidamente y se ven impedidas de poder subir a superficie a tomar aire.
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Un animal enmallado tiene poco tiempo de vida, en el caso de las tortugas, a fuerzas necesitan salir a respirar, en una que no puedan por el peso que traen, se mueren en el mismo día, en minutos. Por ejemplo, la ballena puede pasar semanas, es más fuerte. Es nuestro primer rescate del año.
Saúl Herrera Camacho, guía de exploraciones de Onca.
Desafortunadamente, señaló, en sus expediciones se hace cada vez más frecuente el encontrar animales marinos enredados en redes fantasmas y basura; ellas tuvieron suerte porque no se hacen expediciones diariamente, y eso los deja pensando que puede haber más animales en su situación que no serán auxiliados por nadie; al año realizan aproximadamente entre uno y dos rescates.
“Todas las veces que hemos visto tortugas enmalladas, lo hemos logrado, el liberarlas, incluso las hemos subido a la lancha para cortar las redes. Son situaciones de actuar de ya, y es rápido, son golpes de suerte”.
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Olivia Guzón Zataráin, gerente de comunicación de Onca, informó que en seis años han realizado un aproximado de seis rescates de tortugas marinas enmalladas, que lograron sobrevivir y continuar con su camino; del que obtengan clientes para realizar las expediciones depende el que puedan salvar especies.
“Los rescates son golpes de suerte, los cuales los hacemos sin el apoyo de nadie. Cuando tenemos salidas y expediciones, y en el camino nos encontramos una situación así, actuamos, pero debemos admitir que no recibimos ni un peso de gobierno o alguna organización, es nuestra forma de proteger nuestro trabajo, porque nosotros vivimos del turismo ambiental, sustentable. Hasta basura sacamos, lo más extraño que hemos encontrado fue un sillón en el mar”.
En lo que va del 2019, ha realizado un rescate de dos tortugas marinas y han encontrado cuatro lobos marinos muertos, tres tortugas muertas y una ballena enmallada, que por la magnitud del ejemplar, no pudieron proceder para ayudarla, además de basura como globos, redes de pesca de arrastre, de chinchorro, así como botellas, bolsas y otros tipo de plásticos.
Para ellos la clave está en la población y el manejo de los desechos, así como en la regulación de las diferentes artes de pesca.
EN LA COSTA
Desde hace 29 años, Acuario Mazatlán, a través del programa de Conservación de la Tortuga Marina, se ha encargado de proteger esta especie realizando recorridos a lo largo de 21 kilómetros de playa, que abarca de Olas Altas hasta Cerritos.
José Barrón Hernández, responsable del programa, señaló que su tarea principal es proteger a las hembras anidadoras y sus nidos, así como tortugas enfermas o heridas e incluso entierran aquellas que quedan varadas en la playa, en trabajo conjunto con la Procuraduría Federal de Protección Ambiental; Laud, Prieta y Golfina, son las que llegan a visitar las playas mazatlecas, siendo la más común esta última.
“El año pasado fue una temporada muy buena, de hecho se rompió el record de anidación de tortugas, la mejor temporada había sido el 2015. Ese año se lograron proteger mil 678 nidos y este 2018 protegimos mil 685 nidos, fue un brinquito solamente, pero se superó el 2015. Se lograron proteger 155 mil 337 huevos y se lograron liberar 131 mil 282 crías”.
A pesar de estas cifras, que brindan un aliento para la especie, el 2018 también fue el año en el que más tortugas marinas fueron encontradas varadas en la playa, resultando en 16 decesos, en su mayoría tenían heridas, algunas amputaciones y estaban enfermas.
“Salen demasiado enfermas, hay algunas que se han podido recuperar y regresar a su hábitat que es el mar, hay otras que no logran sobrevivir de lo mal que vienen. Llegan muy enfermas, deshidratas […] principalmente la contaminación hace estragos, no nada más en las tortugas, sino también en otras especies, hasta el ser humano. Estamos comenzando a consumir el plástico, porque ese plástico que tiramos a la calle, va a dar al mar, se fragmenta en particulas y lo consumen las especies marinas”.
Subrayó que muchas personas suelen juzgar cuando una especie rescatada fallece, mientras recibe tratamiento, es por ello que pidió a la ciudadanía ser más consciente, pues el Acuario se autofinancía con recursos obtenidos de las entradas, y de ahí tienen que darle alimento, atención veterinaria, así como gastos de mantenimiento, transporte y recurso humanos empleados en más de dos mil especies resguardas, junto a aquellas que son rescatadas, “El medicamento de esas especies es bastante caro, y a veces muy complicado de conseguir”, dijo.
De junio a noviembre, el trabajo incrementará para el equipo de Acuario Mazatlán, ya que comienza la temporada de desove, lo cual los obliga a realizar jornadas de las 20:00 horas a las 06:00 horas del siguiente día, donde recorren la costa para así detectar cualquier hembra que venga a depositar sus huevos en las arenas de Mazatlán.
EL PUNTO FLACO
María Lourdes San Juan Gallardo, directora de Ecología y Medio Ambiente de Mazatlán, reveló que esta dependencia junto con activistas y para-municipales como Acuario Mazatlán, se encuentran al pendiente en caso de que algún ciudadano realice una denuncia de alguna tortuga o animal varado, y así darle atención y realizar el rescate adecuado.
“De tortugas principalmente es Acuario Mazatlán, desgraciadamente mar adentro es complicado para nosotros, porque esto es incidental, es decir, no tenemos una patrulla ambiental, no la tenemos. Y por esa razón es que tantos animalitos llegan a morir a la playas o ya están muy lastimados”.
Subrayó la necesidad de que entes como la Marina, Capitanía de Puerto y la Profepa, intensifiquen el apoyo para poder realizar estos rescates en el mar, ya que además, es un hecho que hay gente, seres humanos involucrados detrás de las muertes de estos animales, dijo.
“No tenemos quién lo haga, una policía de costa, de vigilancia, eso necesitamos. Ya lo platiqué con Profepa aquí en Mazatlán, pero es una cuestión de recursos, de dinero, y ese es el punto flaco de todo esto. Necesitamos más apoyo en vehículos, en lanchas y herramientas que faciliten este trabajo”.
PANORAMA
A pesar de la existencia de entes, personas o incluso iniciativa privada que colabora en la protección de esta especie y hasta realiza rescates, el panorama sigue siendo grave para la tortuga marina, sobre todo con el aumento de las temperaturas en el mar, la liberación de desechos tóxicos y basura como plásticos, que ponen día con día su salud y bienestar en riesgo, así como su existencia en la tierra.
A esto se suma la pesca furtiva, que después del descubrimiento realizado el pasado sábado 4 de mayo, en donde 40 caparazones de tortugas marinas fueron encontradas en la zona de manglar en la Isla de la Piedra, se comprueba que en Mazatlán se necesita luchar contra esta clase de delitos ambientales, que ponen en peligro a la especie y el equilibrio de la biodiversidad.
DATO
MARCO LEGAL
De acuerdo con el Código Penal Federal, la captura, daño, muerte, transportación o colecta de los productos o subproductos de tortuga marina, es considerado un delito contra la biodiversidad, cuya sanción va de uno a nueve años de prisión.
La especie golfina (Lepidochelys olivácea), se encuentra en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, bajo la categoría de En Peligro de Extinción (P).
