Max y Chak, los más perrones de la unidad K9 de la Policía Municipal de Mazatlán

En la Unidad Cinotáctica K9 de la SSPM los caninos desempeñan un papel crucial en una amplia gama de tareas, desde la búsqueda y rescate, hasta la detección de drogas y explosivos

Carla González | El Sol de Mazatlán

  · lunes 4 de diciembre de 2023

Los perros policía reciben entrenamiento profesional. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Max, tiene 11 años de edad, es de personalidad seria y no se deja intimidar por el ruido; Chak, tiene 10 años, es activo y con mucha experiencia; Kanus, tiene siete años de edad, es nervioso pero muy obediente; Zeus, también tiene siete años y es un poco más agresivo que sus compañeros. Estos cuatro perros pastor belga conforman la Unidad Cinotáctica K9 de la Secretaría de Seguridad Pública de Mazatlán y durante el 2023 han participado en más de 100 operativos en estadios y escuelas.

En esta unidad, creada hace 14 años, los caninos son entrenados para desempeñar un papel crucial en una amplia gama de tareas, desde la búsqueda y rescate, hasta la detección de drogas y explosivos, gracias a su gran sentido del olfato e intuición, facilitando el trabajo de las corporaciones policiacas.

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Por su genética: perros muy activos, inteligentes, de fácil aprendizaje que alcanzan una madurez muy temprano, a los dos años, son ideales para desempeñar estas funciones.

Las unidades K9 se han convertido en una parte integral de muchas fuerzas de seguridad en todo el mundo. En México, después del sismo de 1985 surgieron iniciativas para hacer protocolos más seguros en caso de terremotos, una de estas fue la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas que pertenece a la Dirección General de Análisis, Protección y seguridad Universitaria de la UNAM; se creó en 1986 para formar perros rescatistas.

Maximino García Quintero, comandante de la Unidad Canina en Mazatlán, detalló que los perros son entrenados para detectar sustancias ilegales o explosivos, capaces de identificar olores específicos incluso en pequeñas cantidades o lugares ocultos, así como localizar cadáveres o restos humanos, más no personas vivas.

Son empleados, sobre todo, en operativos que se realizan en los estadios deportivos de la ciudad o en eventos masivos como el Carnaval, pudiendo revelar desde pirotecnia o pólvora (incluidas armas de fuego) hasta sustancias como mariguana, cocaína y cristal.

"Nosotros apoyamos a Secretaría de Seguridad Pública en cuestión de operativos especiales que tienen en los estadios de futbol, beisbol, en los Carnavales y en Semana Santa, tenemos a la Unidad Canina a las afueras del estadio y antes de empezar también vamos al interior para prevenir la introducción de sustancias o explosivos", detalló.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Entrenamiento

Los caninos fueron donados ya adiestrados por parte la Policía Estatal y La Marina, y en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal solamente se refuerza esa preparación.

A diferencia del viejo entrenamiento, que era de corrección, en la dependencia se trabaja en positivo, se refuerza la confianza del perro y el vínculo con su entrenador; no se maltrata ni hay mano dura, eso puede crear canes desconfiados.

En esta preparación se premian las buenas conductas, ya sea con una pelota, con alimentos como salchichas y croquetas, o simplemente con una sobada, en cambio las malas conductas no son premiadas, tampoco se corrigen.

El entrenamiento consiste en vincular un aroma con un premio, para que el ejemplar al momento que perciba ese aroma cerca se acuerde que ahí hay un premio. El proceso de entrenamiento varía según el propósito específico para el cual se está capacitando al perro, pero en general se basa en la obediencia básica, la socialización, la detección y la respuesta a comandos verbales y gestuales.

"Él no va por el aroma, el va por el premio es ahí cuando a nosotros nos avisa: ‘aquí está mi premio, dámelo’".

En cuanto a la detección de sustancias prohibidas, cada vez que se asemeja un olor que ya tienen relacionado la conducta del perro es diferente, el marcaje puede ser pasivo o activo.

"En el marcaje activo estamos hablando de un perro que empieza a ladrar, que se empieza a descontrolar y un marcaje pasivo es un perro que se sienta a un lado de donde puede estar la sustancia, nosotros como manejadores vemos la reacción del perro y ya sabemos realmente dónde buscar", explicó el comandante.

Se empieza con porciones pequeñas y va subiendo paulatinamente, se trabaja de menos a más, por ejemplo si se trata de mariguana se comienza con un gramo o dos gramos; los aromas son gases que se acumulan y el perro detecta.

"El perro, por naturaleza, sabe buscar, desde cachorros saben trabajar con olores, lo hacen para encontrar la fuente de su alimento que la teta de la mamá, saben discriminar olores y eso les ayuda a encontrar su alimento o premio", señaló.

Para labores de búsqueda y rescate son entrenados de manera específica para un propósito particular, por ejemplo, los caninos de la SSP solo reciben adiestramiento para el rastreo de cadáveres pero no personas vivas, para ello se lleva una bitácora con muestras de restos humanos de diferentes fechas de descomposición.

"El cadáver tiene muchas etapas de descomposición, no es lo misma un cadáver de ahora que de mañana, todo eso se tiene que entrenar con el perro, guardar muestras con tales fechas que cada día van a oler de manera diferente, todo eso se tiene que guardar en una bitácora", detalló.

Recientemente se recibió un curso de búsqueda de cadáveres en agua dulce y salada y pronto estarán listos para salir a campo.

Para su bienestar, diariamente se hace mantenimiento de jaulas y se limpia su espacio, también salen a pasear por las mañanas y reciben un baño cada una a dos semanas.

Cuando son cachorros su dieta es a base de grasas para desarrollar su cuerpo y cuando son adultos requieren de mucha proteína; llegan a comer de 800 a 900 gramos de alimento al día.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán


"Muchos piensan que aquí los animales se maltratan, pero no, viven cómodamente, tienen su aire, tienen su salida de paseo, tienen su alimento, todos los días estamos jugando con ellos", aclaró.

Para una efectiva relación entre el entrenador y el perro se crean códigos de comunicación, de parte del elemento humano puede ir desde señas hasta la emisión de sonidos.

"Se les habla en francés, se le puede hablar en cualquier idioma, a final de cuentas el perro lo que detecta son las ondas del sonido, esto es para que no sean manejables y manipulables por otras personas, es como un código", comentó.

Cada canino tiene su propia personalidad y lo que la corporación busca en general es tener perros más pasivos y tranquilos, que tengan la proximidad con la gente y puedan hacer su trabajo sin ningún problema.

"Hay dos tipos de perro, el que es muy activo y un perro tranquilo, a mí me funciona más el perro tranquilo, porque es un perro que piensa mejor, que me va a durar más trabajando, que no va a salir desesperado por su premio, en cambio un perro activo, que nada más quiere su premio, es un perro que se va a cansar a los 15 a 20 minutos y no aguanta una jornada laboral y que con tal de encontrar su premio marca a veces donde no hay nada", ejemplificó.

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán


Los binomios

Un binomio canino está conformado por un humano y un perro, ambos capacitados para realizar una tarea específica. El entrenamiento que requieren es muy especializado; la formación del canino comienza desde sus primeros meses de vida (6 a 8 meses), mientras que el elemento humano debe dedicar gran parte del tiempo a la convivencia con el perro para consolidar la relación de confianza y lograr una comunicación más efectiva. En K9 hay cinco elementos, tres operativos, uno administrativo y el comandante.

"Lo que quiero para K9 es que cada elemento tenga su ejemplar, se lo esté llevando y trayendo a su casa para que el vínculo sea más fuerte y en el trabajo el perro se sienta con confianza, no que tenemos a los perros aquí, llega un compañero, lo cambian y ese vínculo que tenía ya se perdió", comentó.

Para García Quintero es importante el vínculo que pueden establecer sus "perros policía", a base de trabajo constancia y dedicación, al grado de que estos lo lleguen a ver como un guía y sentirse seguros cuando están a su lado y viceversa."Conocer sobre este tema, me ha cambiado la manera de ver la vida, la manera de educar a un perro. El querer educar a la antigua puede ser algo que les marque la vida. En mi experiencia me quedo con el entrenamiento en positivo; cosas buenas que queremos que el perro vuelva a repetir las premiamos y cosas malas que no queremos que repita solo no premiamos ni castigamos, el perro entenderá y dirá: ‘si hago esto hay premio, pero si hago esto no hay nada’".

Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán


Jubilación

Hace cuatro meses falleció Beretta, la primera perrita que estuvo en esta unidad. Los años de servicio recomendados son entre 9 y 10, después de ello el perro tiene derecho de gozar el privilegio de ponerse en adopción.

Sin embargo, no cualquier persona se acerca y dice "yo me lo llevo a casa", pese a que hay campañas de adopción, por el simple hecho de haber sido perro policía. Si no se logran poner en adopción se quedan en la dependencia hasta cumplir su ciclo de vida (hasta 14 años).

Los perros más longevos, Max y Chak, están a punto de cumplir sus años de servicio, para cuando se jubilen se quiere incorporar a dos canes de la raza labrador.

Operativos

En este año la Unidad Canina o K9 ha participado en más de 100 operativos. Además de eventos masivos en estadios, acuden a escuelas, hacen proximidad social y también en operativos mochila.

"Estamos haciendo operativo mochila con el fin de prevenir la introducción de cualquier sustancia prohibida o cualquier artefacto que pueda poner en riesgo la vida de los alumnos. En el estadio de futbol han encontrado dos veces pirotecnia, querían introducir bengalas de colores", señaló García Quintero.

Personalidades

Los pastores belga se caracterizan por ser una raza robusta, fuerza física, llenos de energía, son leales inteligentes y obedientes, pero cada ejemplar tiene personalidad propia.

Max, de 11 años de edad, es un perro serio, no lo intimida el ruido; Chak, de 10 años de edad, es muy activo y con mucha experiencia; Kanus, de siete años de edad, es nervioso pero muy obediente y Zeus, de siete años de edad, es agresivo, no hay que hacerle confianza.